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La oligarquía tucumana amordaza la voz de una mujer trabajadora

OPINIÓN

Raquel Grassino es docente y la única candidata mujer a la Gobernación de Tucumán por Política Obrera. Denuncia que fue borrada por La Gaceta del ciclo de debates que culmina este martes.


En la larga historia de opresión del trabajador tucumano, la oligarquía y sus partidos han defendido a muerte el monopolio de su poder despótico en todos los ámbitos:  en el trabajo rural, el ingenio o la servidumbre doméstica. Pero también en el ámbito sindical o político. 

El trabajador fue siempre silenciado y proscripto. La tarea sindical le fue ´encomendada´ a los burócratas; la representación política, a los partidos defensores de la explotación despiadada sobre el zafrero, el maestro, la enfermera o la empleada casa adentro. Esa opresión se reforzaba hasta el infinito cuando se trataba de una mujer trabajadora. En la Tucumán de los “de arriba”, el señor dicta su orden; la mujer, calla.

Hoy, en pleno siglo XXI, el diario de los García Hamilton, “La Gaceta”, ha resuelto mantener en pie la tradición oprobiosa acuñada en tantos siglos de opresión.  Al tradicional debate de candidatos a gobernador que este diario organiza en cada elección, han sido invitados cinco de los seis postulados. Quien esto escribe, Raquel Grassino, candidata de Política Obrera y única postulante mujer para este cargo, ha sido excluída del debate.

Los argumentos para esta exclusión resultan difíciles, no ya de creer, sino incluso de mencionar: por ejemplo, se nos ha dicho que la empresa periodística carece de los atriles suficientes para albergar a todos los candidatos. Si el atril faltante le correspondiera a alguno de los voceros del Estado y del capital que se postulan a esta elección, el diario destinaría algunos billetes de su caja chica para solucionar el inconveniente.

Naturalmente, no es el caso: la lista que encabezo y que se presenta en todas las secciones electorales, en numerosos municipios y comunas, está integrada por referentes de los principales reclamos que se han producido en la provincia. Nuestros candidatos son secretarios de sindicatos combativos, delegados de importantes establecimientos de la salud, delegados escolares, líderes de los trabajadores del limón, referentes barriales y del movimiento de mujeres y de lucha contra la impunidad.

Aquí radica, esencialmente, la causa de esta proscripción:  en medio de los conflictos que envuelven a los trabajadores, de la salud, la docencia y a los obreros del limón, entre otros,  al tradicional diario de Tucumán le ha brotado la comezón de los “señores del ingenio”:  hay que callar al explotado, y todavía más si se trata de una mujer trabajadora. En efecto: soy docente en el sistema educativo público provincial y en la escuela preuniversitaria de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), animadora de todas las luchas de la docencia autoconvocada.

Con nuestro silenciamiento, La Gaceta sale en defensa del orden social y político que hoy ejerce en la provincia el pejotismo, pero en nombre de los mismos e históricos intereses explotadores. Algunos de los viejos patrones de ingenio han sido reemplazados por multinacionales; lo propio sucede con la agroindustria del limón. Pero la condición del trabajador no ha variado, en materia de sobreexplotación, precariedad laboral y miseria salarial. 

“Política Obrera” ha hecho de esta campaña electoral una tribuna vigorosa de denuncia y organización de los trabajadores -eso es lo que duele. Con nuestra proscripción, además, los pretendidos “republicanos” de la industria editorial han salido a proteger políticamente a los candidatos responsables del fraude electoral más ominoso de toda la Argentina -el que se practica a través del régimen de acoples.

Mal que les pese, “señores” de “La Gaceta”, la maestra no se calla. Tampoco la enfermera, agobiada por un sistema de salud en ruinas; tampoco la mujer que sostiene a su familia con changas mal pagadas, y puebla las columnas piqueteras. 

En defensa del derecho a actuar, a expresarnos y luchar, reclamamos nuestra participación en el debate de este martes. Fuera o adentro del debate, haremos oír nuestra voz con la misma convicción y la energía con la que lo venimos haciendo.

Raquel Grassino

Docente y militante de Política Obrera.