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La ficción del debate

TRIBUNA ABIERTA

El periodista tucumano Martín Faciano analiza los debates que organiza el diario La Gaceta en la antesala de las elecciones provinciales. "Los minutos de intercambio libre, que se parecen a una riña de gallos", alerta el autor.

Beatriz Ávila y Rossana Chahla en el debate de La Gaceta. (Foto: Twitter @Beatriz_AvilaOK)


Debatieron en La Gaceta quienes aspiran a conducir la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. La semana pasada debatieron candidatos a intendentes de Yerba Buena. Y en las próximas semanas lo harán los principales aspirantes a la Vicegobernación y a la Gobernación.

Desde el año 2015 que La Gaceta estrenó estos debates, y si mal no recuerdo, desde entonces al diario centenario solo le interesa el debate de los candidatos de esas dos intendencias nomás. Uno se puede preguntar: ¿Por qué en la previa a los comicios provinciales no se invita a los postulantes de todos los municipios? 

Puede sonar obvio remarcar que por más que La Gaceta produzca contenidos periodísticos, no deja de ser una empresa que tiene como principal objetivo maximizar sus ganancias y que en ese contexto y bajo la lógica comercial que la atraviesa y determina cómo empresa, la información que producen, es una mercancía

Pero esa mercancía no es cualquier baratija: es una mercancía con poder de legitimar, deslegitimar, posicionar, negativizar y de hacer todo lo que en términos de sentido puede resultar de las operaciones semánticas y construcciones discursivas que se realizan en las producciones periodísticas de esta diversificada empresa y medio de comunicación. Y todo, claro, amparado bajo el status y las bondades intrínsecas e incuestionables del periodismo clásico que niega sus intereses políticos partidarios y se embandera en la pureza de defender los intereses del "ciudadano de a pie", haciendo como organismo de contralor moral de las acciones de los miembros de los gobiernos a los cuales su gerente comercial (ejerciendo una aristocrática diplomacia) les solicita encarecidamente que por favor no haya demoras con los pagos de las órdenes de publicidad  que emiten los distintos organismos del Estado que patrocinan en el diario de la centenaria empresa fundada por los hermanos García Hamilton.

De lo dicho hasta acá, nada nuevo. Preguntarse por qué La Gaceta solo convoca en las elecciones provinciales a debatir a candidatos a gobernador, vice y a candidatos a intendentes de Capital y Yerba Buena, puede tener muchas explicaciones que nadie las pide ni las necesita, pero también nos habilita a suponer lo que queremos y a incluso expresarlo, por más que a nadie le interese y a  que a algunos colegas les pueda molestar que a varios nos haga ruido, o nos caiga mal, que una empresa periodística que factura millones de pesos en pauta oficial, después presente a su editorialista estrella para levantar el dedito acusador hablando de gasto público, remarcando la importancia de que los candidatos puedan dialogar en los minutos de intercambio libre, que se parecen a una riña de gallos.

Quizás lo más burdo y tedioso de todo este proceso es el lugar de autocelebración que elige el principal conductor de Panorama Tucumano, Federico Van Mameren: las chicanas insistentes al invitado ausente; la constante ironía lamentando que el ausente “justo tenga otros compromisos”, los inducidos planos de cámara a una “silla vacía” y todo ese tipo  de situaciones previsibles devenidas ya en lugar común. Lo que finalmente termina empalagando es lo que superficial y genuinamente Van Mameren deja entrever: su convencimiento de que ofrecerles (para que se maten) algunos minutos y paginas a los candidatos y personas  que representan a sus principales patrocinadores estatales, es una verdadera contribución la consolidación de esta democracia imperfecta que  nuestros viejos supieron conseguir y que  nosotros, por acción u omisión, imperfeccionamos cada día un poco más.

Sin embargo hay algo que destacar en La Gaceta: la visión estratégica de desarrollar y ocupar un lugar que debería haber generado y ocupado, una institución como la Universidad Nacional de Tucumán

Que los candidatos de las distintas fuerzas políticas avalen hoy estas instancias de debate organizadas por una empresa, en parte tiene que ver con que este es el único ámbito de debate electoral institucionalizado, al menos hasta hoy. 

Habrá que ver si los debates que organiza y estrena ahora la Federación Económica de Tucumán logran generar impacto, instalarse y sostenerse con el paso del tiempo. En este, el primer intento organizando el debate de candidatos a intendentes de San Miguel de Tucumán y de Concepción, la FET ha mostrado una ingenuidad o un sesgo. Organizar para convocar a discutir solo a los candidatos a jefes municipales de intendencias administradas por la oposición, pareciera indicar que la FET está mas interesada en hacer lobby en el marco de sus círculos de influencia que en lo que los candidatos para conducir el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, tengan para decir.