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El subsuelo de la Patria

OPINIÓN

El título de la columna del economista tucumano Horacio Rovelli hace referencia a la frase pronunciada por Raúl Scalabrini Ortiz allá por 1945. Es que para el especialista económico hoy estamos igual o peor que en aquella época, según los datos del INDEC. Sus razones.

Manifestación (1934), de Antonio Berni. Temple sobre arpillera. 182 x 248. MALBA, Buenos Aires.


Raúl Scalabrini Ortiz, memorando el 17 de Octubre de 1945 dijo: “Era el subsuelo de la patria sublevado” y lo fue, porque eran los trabajadores los que entraban por la puerta de nuestra historia, quienes recibían salarios paupérrimos, con lo que tener un trabajo no garantizaba salir de la pobreza, dado que el modelo imperante agropecuario exportador necesitaba poca mano de obra. Con el peronismo y el desarrollo del mercado interno, tener un trabajo significó salir de la pobreza.

En pleno Siglo XXI estamos igual, o peor, según el INDEC, la Canasta Básica Total mensual que necesitaba una familia compuesta por matrimonio y dos hijos (sin contemplar el pago del alquiler de la vivienda) en diciembre de 2022 era de $ 152.512.-  y la Canasta Básica Alimentaria era de $ 67.187.- por mes. El salario mínimo vital y móvil fijado por el Ministerio de Trabajo, Empleo, y Seguridad Social de la Nación era en diciembre de 2022 de $ 61.953.- no alcanzaba ni siquiera para la alimentación de la familia. El RIPTE  (salario promedio según informa el MTEySS) de diciembre 2022 fue de $ 194.175,11, promedio de la remuneración de los 12 millones de trabajadores registrados, sabiendo que los trabajadores de los sectores exportadores perciben mensualmente dos o tres veces esa suma, por ende no menos del 60% de los trabajadores registrados perciben remuneraciones que no alcanzan a cubrir la CBT  del INDEC. Trabajan y son pobres.

Esto fue posible por el modelo impuesto a sangre y fuego por la dictadura cívico-militar, que sustituyó el crecimiento interno y la sustitución de importaciones por una matriz productiva y distributiva basada en las exportaciones de productos primarios (minerales, hidrocarburos, granos, carnes, etc.), que requiere pocas horas de trabajo por un lado y, por otra parte, requiere reducir el consumo nacional para aumentar los saldos exportables.

Otro gran pensador nacional, Arturo Jauretche, con respecto al Plan Prebisch que definió como el “retorno al coloniaje” afirmaba: “La enorme masa de obreros y empleados tendrá que ajustar el cinturón a fin de salvar al país de una catástrofe que sólo existe en la inventiva de Prebisch. Pero al tiempo que el pueblo efectúe ese sacrificio, las clases parasitarias argentinas volverán a participar desmesuradamente en el reparto de una riqueza a cuya producción no han aportado ni esfuerzo ni inteligencia”.

Y se repite la historia y el motivo es pagar una deuda de más de cien mil millones de dólares de la gestión de Cambiemos, que compraron principalmente y a precio vil, los dueños de las 200 empresas que se benefician con la venta a como dé lugar de los recursos naturales que nos pertenecen a todos y que, representan el 70% de nuestras exportaciones. Exportaciones que son realizadas básicamente por acopiadoras y comercializadoras de productos agropecuarios y su industrialización, y empresas ligadas a la minería y a la energía. Las primeras las vimos en la nota pasada, y las extractivistas son: 

Minas y energía

Hasta mediados de los años 70, en los países de América Latina, el dominio minero y energético formaban parte de la soberanía estatal y eran considerados un patrimonio fundamental, incluso propiciado por las Naciones Unidas que lo presentaba como base e instrumento de un Estado para poder hacer uso de sus recursos naturales y en particular los no renovables. 

La desregulación y privatización del sector minero y energético en la Argentina desde el golpe cívico-militar de 1976 y potenciado por el menemismo en los 90 (incluido el art. 124 de la Constitución Nacional que en su segundo párrafo dice:  “Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”), tuvo como objeto la maximización de la tasa de ganancia y una preponderante participación del capital extranjero, dejando de lado la lógica de la prestación de un bien que produce la naturaleza y la generación del servicio para el desarrollo del país, por la lógica exclusiva de maximizar el retorno de la inversión en divisas para sus dueños

La Minería

Las exportaciones mineras de Argentina vienen creciendo sistemáticamente todos los años.  El INDEC va a publicar el total de las ventas externa del año 2022 del complejo del sector minero metalífero y litio el 2 de marzo 2023, pero si podemos proyectar que va a ser una cifra record, ya que el sector declaró exportar por 2.840 millones de dólares en el primer semestre 2022, cifra que supera en un 36,5 % a igual período del año 2021.

Las crecientes exportaciones de minerales, tras las reforma del marco normativo y dirigido por la Inversión Extranjera Directa (IED) en la explotación de yacimientos metalíferos (explotaciones de oro, cobre, plata, y litio, fundamentalmente) sobre áreas cordilleranas y a gran escala, así como otros materiales (metálicos y no metálicos) generan concentrados minerales destinados a la exportación. 

Por su importancia y por ser el metal más exportado, las minas de oro del país han sido hasta ahora las que más se han desarrollado: Veladero (Barrick Gold- Shandong) en San Juan (está considerada entre las diez minas más grandes de oro del mundo); Bajo la Alumbrera y Agua Rica en Catamarca (Principal accionista es Glencore, firma en la que tiene participación Blackrock); Cerro Vanguardia (Anglo Gold) y Cerro Negro (Goldcorp –Canadá) en Santa Cruz;  todas ellas explotadas por empresas extranjeras y, en el mejor de los casos, con algún grado de participación del Estado provincial. La producción argentina de oro declarada ronda los 62.000 kilos anuales y los principales mercados de destino se concentran en Suiza, Canadá  y Australia. 

Litio: Si bien es cierto que China controla más del 70% de la fabricación mundial de baterías de litio, no menos cierto es que la producción de litio de Chile y Argentina está dominada desde hace décadas por capitales de Estados Unidos, Canadá y (más recientemente) Australia y Japón, sin embargo se asume como propio el temor de Estados Unidos expresado por la jefa del Comando Sur, Laura J. Richardson, que ve amenazado su dominio actual sobre el Triángulo del Litio (Puna de Bolivia, Chile y Argentina que representa el 60% de las reservas de carbonatos de litio del mundo) advirtiendo la incipiente presencia de China y Rusia: “Están allí para socavar a Estados Unidos, están allí para socavar las democracias” dijo sin inmutarse.

La empresa norteamericana Livent explota el Salar del Hombre Muerto de Catamarca hace ya 25 años (Incluso fue multada por demostrarse fehacientemente que exportaban más y a mayor precio de lo que declaraban). El segundo proyecto en operación del país está en Jujuy, a cargo de un joint venture formado por la australiana Allkem y la japonesa Toyota Tsuyo.  Y el tercero es en el Salar del Rincón en la provincia de Salta (explotado por Río Tinto empresa anglo australiana) 

En un marco en que las regalías es de apenas el 3% del  precio declarado y cuentan con la estabilidad fiscal por 30 años, que implica la exención impositiva y del pago de derechos de importación, gracias a la Ley 24.196 de "Inversiones Mineras" del año 1993.

Energía

En el sector energético, 2 (dos) empresas concentran el 70% de la extracción de petróleo crudo (YPF SA en que Blackrock posee un 6,06% de participación en su capital) y Pan American Energy (de la familia Bulgheroni y la British Petroleum de Gran Bretaña); 5 (cinco) empresas concentran el 80% de producción de gas y, 5 (cinco) concentran el 50% de generación de energía eléctrica.

Obviamente, que la explotación de la Cuenca Norte del Mar Argentino por la filial de la noruega Equinor e YPF, que se dividirán en partes iguales el 70% del bloque y Shell ingresará con el 30% restante, que comprende un área de 15.000 km2, y es el bloque más grande de la Cuenca Norte del Mar Argentino, significa la aparición de un tercer gran operador.

Actualmente, Equinor e YPF son socios en otros dos bloques off shore en la cuenca Argentina Norte, el CAN 102 y el CAN 114, que fueron adjudicados en la licitación que realizó el anterior Gobierno.

YPF, Shell y Equinor ya se encuentran asociadas en el bloque no convencional de Bandurria Sur, en Vaca Muerta. Equinor, además, participa con el 50% en el bloque Bajo del Toro, de 157 kilómetros cuadrados, en la formación neuquina de hidrocarburos no convencionales, a través de un acuerdo que se firmó en enero de 2018 con YPF.

En la etapa de extracción de gas las empresas que participan son: YPF, Total Austral, Pan American Energy (PAE), Petrobras, Pluspetrol, LF Company, Tecpetrol, Apache y Chevron.

El transporte es controlado por Transportadora General del Norte (TGN) de Techint y Eurnekían, y Transportadora General del Sur (TGS) de Pampa Energía (Marcelo Mindlin, Joseph Lewis, Blackrock y las familias Sielecki y Werthein), que conectan las cinco cuencas que existen en el país.

Por su parte, el sector de la distribución es manejado por nueve empresas que son Metrogas, Gas Natural Fenosa, Camuzzi Gas Pampeana, Camuzzi Gas del Sur, Ecogas Centro, Ecogas Cuyana, Litoral Gas, GasNor y Gas Nea quienes se encargan de distribuir el gas a lo largo del país.

En las 100 empresas que fugaron capitales durante la gestión de Macri aparecen Pampa Energía SA comprando 903.829.771 dólares; YPF SA por 602.766.335 dólares; Total Austral SA por 272.177.928 dólares; Wintershall Energía SA Argentina por 270.044.431 dólares;  Transportadora Gas del Norte por 231.384.402 dólares; Transportadora Gas del Sur por 162.291.030 dólares; Pan American por 98.400.040 dólares; Pluspetrol SA por 96.075.676 dólares; Tecpetrol SA (grupo Techint)  por 92.627.000 dólares;  Gamuzzi Gas Pampeana SA por 92.125.232 dólares; Compañía de Hidrocarburo No Convencional S.R.L por 83.832.490 dólares; Petrobras Energía SA por 82.992.275 dólares.

En la Argentina tras la privatización del servicio público de electricidad y en el año 1992, se creó CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A) que, si bien es una sociedad anónima, el principal accionista es el Estado Nacional y, es la compañía responsable del despacho de electricidad en el país ya que establece quién vende, cuándo y a qué precio. Pero también interviene en las importaciones de gasoil y fuel oíl para reemplazar al gas en la generación térmica de electricidad, todo con subsidios del Estado fijado en el presupuesto nacional que es en pesos, pero fue equivalente a unos 10.000 millones de dólares por año, hasta el 2022.  

La fuente principal de energía eléctrica en el país es la térmica, en base al carbón, al petróleo o gas natural (prácticamente el 60% de la generación eléctrica), se le suma un 23% aproximadamente de la generación en base a las represas y saltos (energía hidráulica) provenientes esencialmente de Yaciretá y después Piedra del Águila, Salto Grande, Chocón Cerros Colorado, Futaleufú, Alicurá y otras menores; y con una baja participación en la generación están las restantes fuentes. 

En el caso específico de la electricidad, el transporte de energía eléctrica de alta tensión de la República Argentina se hace por grandes empresas privadas, la principal es TRANSENER SA (su principal accionista es el grupo Pampa Energía), que es concesionaria de servicio público que opera y mantiene en forma directa el 85% de la red de alta tensión y supervisa el 15% restante de todo el territorio nacional argentino.  

Otras transportadoras de energía eléctrica de alta tensión son Transba S.A. que es la concesionaria del servicio de Transporte de Energía Eléctrica por distribución troncal en la Provincia de Buenos Aires; Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución Troncal de Cuyo S.A.;  Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución Troncal de la Patagonia S.A;  Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución Troncal del Comahue S.A; Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución Troncal del Noreste Argentino S.A.; Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución Troncal del Noroeste Argentino S.A.; etc.

En el caso de las Distribuidoras las principales son EDENOR SA en la que Blackrock y el grupo Mindlin eran sus principales accionistas y la vendieron a la corporación Vila – Manzano – Filiberti por una suma declarada de cien millones de dólares, cuando la empresa EDENOR SA tenía una deuda con CAMMESA mayor a esa suma (en gran parte condonada por la Resolución 642 de la Secretaría de Energía del 12/09/2022, publicada en B.O. del 13/09/2022).

La segunda distribuidora es EDESUR SA, cuyo principal accionista es el Ente Nacional de Energía Eléctrica (ENEL), la empresa estatal italiana que administra la energía de Italia y tienen en EDESUR participación minoritaria las firmas ENDESA  de España y EDESUR de Chile. 

Finalmente las empresas Edesa, Eden, Edes, Edea y Edelap que preside Rogelio Pagano, quién años atrás fue socio menor de Marcelo Mindlin.

En síntesis, como podemos apreciar, una fuerte concentración y extranjerización de nuestros recursos naturales en donde impera la propiedad privada, como lo demuestra Joseph Lewis con sus 38.000 hectáreas en la Argentina incluido el Lago Escondido.


Referencias

(1) Por la Resolución 642 de la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía de la Nación, las distribuidoras eléctricas Edenor SA y Edesur SA refinancian la deuda que acumularon durante los últimos años con Cammesa, cuyo monto total asciende a 219.615 millones de pesos, por lo que abonarán 80.210 millones entre ambas, en 96 cuotas

Horacio Rovelli

Tucumano, Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.