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Argentina Potencia

Entendiendo...

Nuestro país está enfermo. La inflación, recesión, corrupción y demás son solo síntomas, es fiebre y vómito. ¿Cuál es la causa entonces? ¿Cuál es el virus o infección? Todo esto parecen formas de autoflagelo, y la enfermedad está ahí, en el pesimismo, en sacar ventaja, en el “ya fue”. En castigar y castigarnos por no creernos merecedores del país que tenemos. Y eso nos lleva a otra pregunta, ¿cómo es ese país del que no nos creemos dignos?, y por sobre todo, ¿por qué estamos obsesionados con cumplir la profecía del país inviable por sobre nuestra inexorable condena? Es así, Argentina está de hecho condenada al éxito y aquí vamos a intentar explicar el porqué.

Arte de Paolo Soria.


El presidente Alberto Fernandez lanzó un spot recientemente proclamando que el país experimentó en los últimos 2 años un crecimiento del PBI solo comparable con el de China. Muchos dirán que ese crecimiento es solo un rebote de lo perdido en la pandemia y más atrás. Sin embargo, debemos pensar que en el 2022 los mercados internacionales se desplomaron. 

Cifras más, cifras menos, en 2022 el mercado de Estados Unidos se desplomó un 20%, mientras que el argentino creció un 40% (siempre hablando en dólares). Entonces la hipótesis del rebote es un tanto falaz ya que la regla es que nuestro mercado de capitales siempre se vea arrastrado por las tendencias del norte. 

El mundo al revés

Creo que no vi ni un titular marcando este contrapunto. Esto es, cómo el mercado argentino va a contrapelo del mundo, lo cuál no es para nada usual. Esto no es magia, el crecimiento del mercado argentino se cotiza en Estados Unidos, y allá no regalan nada, es decir, algo bueno se está viendo. Vamos a explicar primero por qué al mundo le fue tan mal en el 2022 y cómo esos factores, sin querer, favorecieron a nuestro país.

Todo esto amerita un artículo aparte, pero la situación endeble del “afuera” se debe mayormente a la flexibilización monetaria (regalar dinero sin interés), la guerra con Ucrania (la cuál traté en este artículo) y la tensión entre occidente y China. Todo esto se suma a la burbuja de las empresas tecnológicas encarnadas por el fracaso del metaverso y el despilfarro de adquirir una red social basura como Twitter por parte de Elon Musk. Todo esto entre un sinfín de conexiones que solo alimentan la sospecha ya no infundada de que el “falso occidente” está en plena decadencia. En pocas palabras, el fin de la pandemia disipó la polvareda y al oeste quedaron los espejitos de colores y al oriente la energía, industria, poder humano, militar y, por sobre todo, las ganas de mejorar.

Eso es todo. Estamos en el team de “ganas de mejorar” o en el team “me quiero ir”. Queda claro que emigrar es un acto de fe inconmensurable del cual se erigió nuestro país, sin embargo, el querer escaparse de casa por no querer ordenar y limpiar tampoco es una gran guía. Estamos confundiendo actos de superación con actos de resignación o desesperación, una diferencia de lo más peligrosa. Pero cortemos con las apreciaciones y vamos a los bifes, a los números reales. 

Ya pasó más de un año de un artículo que escribí sobre las piramidales y criptomonedas. Allí hice algunas estimaciones a modo ilustrativo que al día de hoy quedaron algo así como una profecía. Pero no se trata de tener la bola de cristal, se maravillarían de los resultados del pensamiento crítico y racional, no pasional, sobre casi cualquier tema. El punto es que el Bitcoin no fue refugio de valor ni mucho menos, desde entonces perdió literalmente la mitad de su valor y varias estafas Ponzi como el caso de Adhemar se desenmascararon. Pero vamos a lo importante. En dicho artículo, en un epígrafe decorativo hice un análisis técnico sobre el mercado local que parecía un delirio por ese entonces.

Nuestro mercado, el MERVAL, se encontraba en diciembre de 2021 a 376usd y en aquel etonces estimé que se debería acercar a los 600usd. Hoy nos encontramos 656usd, superando mi estimación y casi duplicando la valuación, siempre hablando en dólares. Entonces, considerando que la suba del dólar no alcanzó siquiera a la inflación, deberíamos cuestionarnos un poquito qué hacemos con la plata. 

De nuevo, más allá del análisis técnico, esto no fue magia, hay fundamentos y nuestra empresa insignia nacional es en buena medida la responsable de este bullmarlket.

YPF

Esta empresa bajo control accionario estatal y que cotiza en Nueva York experimentó un salto de 4 a 12 dólares, es decir, un crecimiento en la cotización del 200% en poco más de un año. Quiero remarcar que la cotización se marca afuera en Estados Unidos, evidentemente algo están haciendo bien. Ese algo tiene muchas explicaciones que, de nuevo, merecen un artículo específico, pero lo simplifiquemos. La OTAN y compañía embargan al principal proveedor de energía de Europa, el precio de los combustibles sube y nosotros tenemos una de las mayores reservas no convencionales de petróleo. Fin.

Hablamos de Vaca Muerta, que bien sabemos que  generó cierta controversia en cuanto a la construcción del Gasoducto Nestor Kirchner. Dicho contrapunto fue despejado a mi entender por Juán José Aranguren, ex CEO de Shell y ex secretario de Energía de Mauricio Macri, quién expresó que toda la obra está en orden. El punto es que la obra va. Va bien y nos posiciona con un margen de ventaja estratégica pocas veces visto en la historia de nuestro país.

No puedo evitar la ocasión para echar un clavo más en el ataúd del llamado “movimiento libertario” encarnado por Javier Milei. Ya escribí demasiado sobre el tema, lo que quiero remarcar es cómo una empresa bajo control estatal descolla en el mercado internacional. Recordemos otras épocas donde el gobierno neoliberal de Carlos Menem (uno de los mejores gobiernos de la historia según Milei) remató esta empresa a Repsol con un resultado nefasto y cómo dicho recurso estratégico fue recuperado por el kirchnerismo.  

Diagnóstico

Existen otros motivos en economía real por los que Argentina muestra firmes síntomas de recuperación, sin embargo, en esta entrega, me remito solo a cómo nos marcan desde el “mundo desarrollado”. Más allá de eso, hay que entender que el mercado de capitales es especulativo, es decir, opera en base a las expectativas, es decir, "ve a futuro". En base a las cotizaciones ateriormente señaladas, lo lógico, es que están viendo algo muy bueno a futuro, un potencial en marcha.

Elijo este enfoque porque lo considero objetivo, resulta de la libre oferta y demanda en el mercado internacional. Lo interesante, y parte de nuestra enfermedad, es que prácticamente ningún medio está haciendo eco de estos verdaderos brotes verdes.

En cambio, la monotemática de los medios mayoritarios, inclusive los oficialistas, es un pesimismo asfixiante. Que no se confunda el mensaje, actualmente vivimos una grave recesión a causa de la joda de la deuda de la administración macrista, una pandemia que nos quitó la oportunidad de la recuperación y ahora una guerra que accidentalmente nos favorece. Pero dejemos atrás el “porque Macri”, y veamos más allá; veamos los dichosos brotes verdes.

Nos enfoquemos en lo positivo, la prensa parece solo cambiar el cassette de “Argentina inviable” por el deporte. Analicemos esto. Históricamente, siempre existió la tendencia de que los mejores países tienen los mejores deportistas, y por tanto, los mejores resultados. Entonces, si sumamos nuestro resultado en el mercado internacional y en el deporte internacional, claramente el mundo nos está diciendo algo que no queremos entender o simplemente no queremos ver. Esa es la enfermedad, el inexplicable goce de la humillación o la fatalidad. 

La enferemedad es evidente cuando un argentino llora por la alegría que nos da la selección de fútbol y a los minutos se apasiona por defenestrar al país en cada oportunidad concedida por las redes sociales. Lo grave es que el pesimismo endémico ya no trata sobre cierto gobierno o sobre la clase política, sino que es contra el país en sí.

Cura

 Tenemos que entender que este programita de odiar a nuestra tierra no es nuevo, es importado. Debilitar la identidad y potencial argentino a fin de tenernos mansos para encajar volúmenes de deuda records en la historia de la humanidad y apropiarse de recursos estratégicos como YPF. Sí, Argentina tiene el récord absoluto del mayor default de la historia gracias a quienes… Las administraciones neoliberales del peronismo y la UCR en el funesto tridente maldito de Menem, Cavallo y De La Rua. 

La cura es “elegir creer” y a su vez analizar. Ser frios, ver las oportunidades, elegirlas, creer en ellas y ponerle el lomo. Veo con muchísimo optimismo reanudar nuestra alianza estratégica con Brasil y, que ser reviva el BRICS* y toda alternativa al trencito pseudo progre de USA, OTAN, UE y todas esas siglas que nos hacen mal. 

En vez de pensar tanto en el dólar, los argentinos y todo el mundo se tiene que preguntar si esta moneda tiene un futuro como tal. Si bien las criptos fracasaron en su comentido como alternativa de divisa internacional de intercambio –mayormente por su alta volatilidad, falta de respaldo y una tonelada de “dinero tonto”–, hay que mirar con ganas otras formas de comerciar. La sanciones a Rusia dan nuevo empuje a alternativas que no necesiten la triangulación del dólar estadounidense. Una cuestión no menor considerando que China será la economía número uno en el mediano plazo. Toda esta reforma en la manera de relacionarnos comercialmente abre un nuevo mundo. 

En ese sentido la idea del SUR, una divisa de intercambio entre Brasil y Argentina, toma fuerza, pero a mi entender es insuficiente. Ya en otro artículo, articulé –valga la redundancia– la necesidad de directamente adoptar al real brasilero como moneda de curso legal.

El punto es que no hay que devanarse los sesos buscando soluciones que parecen imposibles, lo más importante y lo que realmente resulta en cambios para mejor es la unión.

Unirnos como país, respetarlo, respetarnos; unirnos como región y salir adelante como pares. Más comercio, más libertad, más unión, más progreso y cumplir más nuestro deber. Sacar adelante a nuestro país, a nuestra familia y a nosotros mismos. 

Salir de ese lugar oscuro, por más desalentador que parezca el contexto, levantarnos. Una mezcla de paciencia y darle un poco más todo los días. Elijamos creer, elijamos crecer, siempre con los ojos bien abiertos para lo malo y, lo que nos faltaría, para lo bueno que tenemos y lo que el mundo nos está señalando.

*El acrónimo de la coperación comercial y económica entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En algún momento se habó de BRICSA, es decir, la suma de la Argentina en dicha alianza.  

Arturo Antonini

Analista político-financiero, promotor cultural y productor audiovisual.