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Una economía bifronte

TRIBUNA ABIERTA

Por un lado un sector extractivista, agropecuario y financiero que se beneficia, a merced de una economía que cuenta con recursos naturales de los que se han apropiado y, por otro lado, la mayor parte de la población que vive en pesos y que por ende sufre el deterioro de su poder adquisitivo por la internacionalización de los precios de los bienes que consumimos.

Economía bifronte, por Horacio Rovelli.


Que Mauricio Macri haya dicho con la liviandad que lo caracteriza que “Qatar está en una evolución fenomenal. El eje de modernización que sigue el emir es muy potente, ellos no tienen complejos, traen a los mejores educadores, están haciendo una evolución, todo se mide, se evalúa, se capacita. Todo lo que queremos hacer en la Argentina y los gremios se oponen”. Por un lado en la Argentina actual no todos los gremios se oponen, y por otra parte, Qatar son 6 o 7 familias relacionados con el capital extranjero los dueños de todo y, un par de políticos serviles a ellos que garantizan esa administración.

Esa lógica de hierro es la que impera en estas pampas desde la dictadura cívico – militar, “rodrigazo” mediante, con la excepción del gobierno de los Kirchner, que volvió a imponer el gobierno de Cambiemos y continúa en lo económico y en lo jurídico el gobierno de Alberto Fernández. Prueba evidente es el fuerte endeudamiento por más de cien mil millones de dólares de la gestión de Cambiemos, que el gobierno actual prometió investigar y no solo no lo hizo, sino que paga esa deuda con un plan acordado con el FMI, que incluso hizo refrendar por la ley 27.668 del 15 de marzo 2022.

Esto explica porque durante la gestión de Alberto Fernández  el superávit comercial acumulado 2020-2022 es de 34.201 millones de dólares y, sin embargo, las reservas internacionales brutas al 30 de diciembre 2022 son menores que las de diciembre de 2019[1], pese a la liquidación de 11.623 millones de dólares de los exportadores sojeros a fin del año 2022

Primero, el gobierno nacional les reconoció a los exportadores de soja $ 50.- más por dólar en septiembre 2022. (Ingresaron 8.123 millones de dólares, quiere decir que el Tesoro de la Nación debió endeudarse con el BCRA y colocar una Letra Intransferible por $ 406.150 millones). Y desde el 28 de noviembre al 30 de diciembre 2022, el Tesoro de la Nación completa el importe de $ 230.- por dólar (abonando $ 70.- por dólar que fue la diferencia con el precio oficial de $ 160.-)  por la soja exportada que alcanzó a ser por 3.500 millones de dólares (otra deuda en otra Letra Intransferible por $ 210.000 millones).

Esto es, endeudando al Tesoro de la Nación se logra que liquiden las exportaciones, pero el fuerte superávit acumulado en la gestión se emplea básicamente para pagar capital e intereses de la deuda externa pública y de las empresas privadas, cuando la mayoría de ellas, ARCOR; Techint; Telefónica Argentina; Pampa Energía, Telecom (Grupo Clarín); Toyota; Aluar; Acindar; etc., fueron los grandes compradores de dólares en la gestión de Cambiemos y, el BCRA que hizo el informe, que sabe fehacientemente que es así, sin embargo les vendió y vende dólares al tipo de cambio oficial de las reservas internacionales que nos pertenecen a todos para que paguen (desde septiembre 2020, antes era el 100%) el 40% de sus deudas.

Es más, el ministro Sergio Massa le garantiza a la UIA (Unión Industrial Argentina) en la que son conspicuos miembros la mayoría de las empresas nombradas, que van a poder seguir comprando dólares a precio oficial para importar y para pagar sus deudas, y se compromete a moderar el ritmo de suba del dólar oficial en el intento de bajar la inflación a 4% mensual hasta marzo 2023 que, teóricamente, es el comienzo de la liquidación de la cosecha gruesa.

La Argentina es un país bifronte, por un lado un sector extractivista, agropecuario y financiero que se beneficia, a merced de una economía que cuenta con recursos naturales de los que se han apropiado y, por otro lado, la mayor parte de la población que vive en pesos y que por ende sufre el deterioro de su poder adquisitivo por la internacionalización de los precios de los bienes que consumimos[1].

La Argentina en sus 2/3 partes está encima del acuífero Guaraní[2]. La reservas de petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta es la segunda en el mundo y garantiza que en el año 2024 el país se autoabastezca y en el 2025 sea un exportador neto.  La pampa húmeda permite que seamos el décimo exportador de alimentos y el tercero en soja y que, en el puerto de Rosario, con sus 31 terminales entre Arroyo Seco y Timbués, se trasladan más de 120.000 millones de toneladas (declaradas) de productos agro y agro industriales por año, casi el doble que lo que opera el puerto de Luisiana en Nueva Orleans, desplazándolo desde hace varios años al segundo lugar.

El problema es que todas esas grandes empresas son extranjeras o si son nacionales lo son con fuerte vinculación al capital extranjero y, su negocio prioritario es vender al exterior.

Cuando en el primer y segundo gobierno de Perón se extrajo gas de Comodoro Rivadavia, se creó la empresa Gas del Estado y se construyó el gasoducto de esa localidad del Sudeste de la Provincia de Chubut hasta la Ciudad de Buenos Aires. Fue creando pueblos en los 1.776 kilómetros de recorrido (en su momento era el gasoducto más largo del mundo) para abastecer al mercado interno, a nuestra industria y a nuestra producción y consumo.  Hoy y para colmo le ponen el nombre de Néstor Kirchner, se hace el gasoducto para exporta ese gas y, se invierte en el puerto de aguas profundas en Punta Colorada – Río Negro para exportar petróleo y gas licuado (por eso se acuerda con la empresa malaya Petronas experta en esas lides)[1] 

Esto explica porque en dólares, desde fines del año pasado, aumenta sistemáticamente el valor de las acciones de las empresas energéticas que están en Vaca Muerta, incluida YPF SA, empresa que el 51% de sus acciones está en poder del Estado Nacional y, el 5,67% del paquete accionario, con 9,77 millones de acciones, en poder de BlackRock, porque todos ellos saben el valor potencial en dólares de las mismas.

EL MECANISMO FINANCIERO

En el canje de títulos de deuda de la Nación Argentina realizado el 31 de agosto de 2020, BlackRock presentó acreencias por 2.000 millones de dólares, en que aceptó cambiar esos títulos por otros, entre ellos los bonos globales AL 2029 y GD 2030, que son los dos bonos que más emplean los financistas locales para hacer la operatoria de compra y venta que se traduce en los dólares MEP y Contado con Liquidación. Que son a su vez los que el Ministro Sergio Massa, el 18 de enero de 2023 cuando anunció la recompra de los títulos de deuda argentino, sostuvo que va a priorizar su compra para mejorar el perfil de la deuda.

Esos títulos AL 2029 y GD 2030 cuando salieron al mercado financiero internacional en septiembre de 2020, lo hicieron a precio de default, con un valor promedio (VPN - Valor Presente Neto) de corte de 54,8% de su valor  y que en julio del año pasado, se lo podía comprar a 25 o 26 dólares la lámina de 100.- con la consecuente pérdida de sus tenedores originales (incluido BlackRock que si en algún momento se desprendió de ellos lo hizo con fuertes quebrantos).

Obviamente que la compensación (y seguramente superando las pérdidas ocasionadas por comprar títulos de deuda argentino), lo hace con su participación como accionista de multinacionales de fuerte presencia local como Bayer (que a su vez compró Monsanto por injerencia de BlackRock), Apple, Microsoft, Telefónica Argentina, Procter & Gamble, Coca-Cola, entre otras y, como propietario de acciones de varias de las empresas más importantes del mercado como Mercado Libre, Tenaris (Grupo Techint), Telecom (Grupo Clarín)[1] , Pampa Energía, TGN, Arcos Dorados y Adecoagro.

A lo que se le debe sumar su participación en los cuatro mayores bancos privados del país, Santander, BBVa; Galicia (posee el 18,8% del paquete accionario), y Macro, que son los cuatro primeros bancos privados por volumen de depósitos y por ende de Leliq y otros encajes remunerados.

Por eso no fue casualidad que el 18 de enero 2023 cuando se hizo el anuncio de la recompra de títulos de la deuda externa argentina, paralelamente el BCRA elevó la tasa pasiva (la que el BCRA le paga a los bancos) a 1 día de 70% anual a 72% anual, y mantiene la tasa de referencia en 75% anual, tasas que al renovarse a un día (en los pases) da una tasa efectiva del 121,1% y, en el caso de las Leliq (a 30 días) la tasa efectiva es del 107,05%. Cuando sostiene que la inflación (y está previsto en el presupuesto de la Administración Nacional 2023) va a ser en el año del 60%, todo para que los agentes económicos (esencialmente los bancos) se queden en pesos y no se pasen a dólar. 

El BCRA autorizó el ajuste de la tasa para apuntalar la baja de los dólares paralelos, cuando apuesta a una tasa del 3 al 4% mensual de inflación y, pretende, que las paritarias sean en torno al 60% anual.

La economía bifronte, las tasas de interés nominal en los plazos fijo del 75% (que es efectiva del 107,05%) y el ajuste al salario del 60% igual que la inflación.  Vale más poner la plata en un banco que trabajar.

LAS GRANDES CUENTAS EN COBROS Y PAGOS

En el año 2023 se debe cancelar deuda externa en torno de los 8.300 millones de dólares. De los cuales 3.300 millones son vencimientos de capital y/o interés con el Fondo Monetario Internacional[2], unos 2.000 millones con los bonistas (tenedores privados de títulos de deuda externa Argentina), 1.500 millones de deuda de las provincias y, 1.500 millones de deuda externa de empresas del sector privado que el BCRA le vende los dólares al tipo de cambio oficial para ese fin[3].

A ello se le debe sumar la compra del dólar ahorro de la población, que podemos prever azuzado por el año electoral de cambio de gobierno, en torno a los 1.500 millones de dólares en el año 2023. Los dólares turistas y tarjeta de crédito por compras en el exterior (no menos de 4.000 millones de dólares). Que asegurándole el ministro Sergio Massa a los importadores un precio oficial, las compras al exterior rondarán lo mismo que el año 2022, en torno a los 80.000 millones de dólares[1].  Y todo eso se debe pagar con exportaciones en el año 2023 que (si la sequía lo permite) debe superar los 100.000 millones de dólares.

Suma que se complica con la deuda en pesos (títulos públicos colocados en el mercado local) que supera los 14 billones de pesos en el año 2023, de los cuales más de 10 billones vencen en el primer semestre[2]. Títulos en pesos pero ajustados mayoritariamente por dólar oficial o por inflación  Recordemos que en operatoria del 8 de agosto y del 10 de noviembre de 2022, el Tesoro de la Nación canjeó títulos de deuda que vencían el año pasado por 1.400 millones de pesos, para transferir los vencimientos a junio, julio y septiembre de 2023 en Bonos Dual, que se ajustan por inflación medida por el IPC del INDEC o dólar linked (tipo de cambio oficial) a decisión del tomador,  con lo que si se devalúa nuestra moneda y/o se dispara la inflación la deuda del fisco es mucho mayor.

Todo esto explica la prontitud de decir que se van a recomprar títulos de deuda externa argentina, y hasta afirmar que va a ser por encima de los 1.000 millones de dólares.  Que incluso eran dólares que la Administración Nacional tenía previsto comprar en su presupuesto del corriente año 2023 para pagar la compra de gas, gas licuado y otros combustibles en el invierno, que ese gasto se va a ver reducido por la producción de Vaca Muerta y la entrada en servicio del gasoducto Néstor Kirchner, que va a permitir sustituir importaciones por parte importante de ese monto.

Que los dólares los detraerían de los créditos internacionales que financian gastos en pesos, por ejemplo de la de la licitación del 5G por unos 1.300 millones de dólares; con la financiación del Banco de Desarrollo de Brasil (BNDS) de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner; de créditos de organismos multilaterales, como son los 400 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica  (BCIE) para financiar la “Tarjeta Alimentar” que es en pesos, e incluso el Ministerio de Economía estiman que ingresarán más de 2.000 millones de dólares de los organismos  multilaterales de crédito, y que el que más aportará será el Banco Interamericano de Desarrollo, unos 1.200 millones de dólares  y el Banco Mundial unos 400 millones de dólares. 

EN SINTESIS

Con una peor distribución del ingreso, favoreciendo a los sectores más concentrados orientados al comercio exterior y al capital financiero, la apuesta es llegar a las elecciones con devaluaciones parciales y con altas y positivas (por encima de la inflación) tasas de interés.

Aún así, se depende de los grandes bancos que operan en el país, con un encaje remunerado que supera los 10,3 billones de pesos a comienzo de año, pero ajustado a la tasa de interés referida, sobrepasaran los 15 billones de pesos en junio 2023.

BlackRock y no es el único, está en varios lados a la vez, pero la situación es de extremo riesgo, solo amenguado porque los principales candidatos presidenciales representan los mismos intereses. 


Referencias

[1] Las reservas internacionales brutas del BCRA fueron en diciembre de 2019 de 45.190 millones de dólares y, en diciembre de 2022 de 44.598 millones de dólares

[2] La prueba palpable es el precio de la harina, del pan, del aceite, de la carne, del combustible que venden al mercado interno  es igual que venden al exterior, pero a un tipo de cambio superior a los$ 300.  Que incluso se corrobora cuando observamos que la inflación acumulada desde el 10 de diciembre de 2019 al 30 de diciembre de 2022 es de un 300% medido por el IPC del INDEC y el tipo de cambio oficial pasó de  $ 62.- a $ 183.-en igual lapso.

[3] Acumulación de agua subterránea que impregna una capa de terreno impermeable. En los acuíferos se almacena sólo el 0,6% de la totalidad del agua del planeta, que equivale al 95% del agua disponible para el ser humano y, el del sur de Sudamérica es el tercero en el mundo.

[4]  Recordemos el acuerdo firmado con la empresa australiana Fortescue Future Industries para producir hidrógeno verde en la zona y la exportación por ese puerto.


[5] Cablevisión Holding (CVH), la empresa de los accionistas controlantes del Grupo Clarín, que tiene el 60% de Cablevisión, compró el 13,5% de Telecom Argentina SA, con lo que pasó a ser el accionista mayoritario.

[6] Este año 2023 los pagos de capital al FMI serán mayores a los desembolsos, más los intereses de la misma

[7]  Con el remanido mecanismo que el 40% le provee el BCRA a precio oficial  y el 60% de la deuda la deben pagar ellos con sus recursos.

[8] Debería contemplarse que los grandes  importadores aducen que el gobierno les debe unos 7.200 millones de dólares de compras ya realizadas (a precio oficial), se infiere que se los va a vender en el transcurso del año, pero a su vez, seguramente, repetirá el mecanismo de “pisar” el pago de las nuevas compra al extranjero.

[9]  Es en pesos, pero equivalente al tipo de cambio oficial a unos 7.000 millones de dólares.






Horacio Rovelli

Tucumano, Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.