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Adiós al 2022, el año que la tucumanidad respiró la misma sintonía

OPINIÓN

A través de eltucumano y latucumana cerramos un año de pérdidas y de reencuentros, un año de tristezas y de alegrías, un año para sumar a nuestro cuero ya curtido de banderas y promesas, a un corazón que galopa cuando no se da por vencido ni aún vencido. Sensaciones de un año que no fue uno más.

¡Feliz 2023!


El comienzo del año, allá tan lejano y en el tiempo, fue con el enero insoportable de temperaturas extremas. Le siguió un febrero con el pánico debajo del barbijo. Y con el marzo de las aulas y las ilusiones de siempre en el Monumental y Ciudadela. Y con abril, el mes cuando el cielo sumó a nuestro Miguel Ángel Estrella. El año siguió con mayo en el pecho celeste y blanco. Y con junio en vilo por una inseguridad alarmante que demandó más policías en las calles. Y ya con julio como capital absoluta del país y la primera vez que llenamos la Plaza Independencia. Luego con agosto y la noticia más deseada: el fin de los barbijos. 

Hasta que llegó septiembre. Y con septiembre la primavera. Y con la primavera la tucumana, la compañera, la hermana, la protagonista que esperaba el tucumano. Es que cuando la tucumanidad respira la misma sintonía, no alcanza con una sola forma de contar todo lo que hemos vivido y seguimos viviendo quienes habitamos esta provincia. Fue la llegada de la 95.9 la que revolucionó nuestra casa diario y la que intentó acompañarlos y acompañarlas cada día. 

Con Ana Pedraza por la mañana como bandera, empezamos a escuchar a quienes leíamos, comenzamos a ver a quienes escuchábamos, entendimos que era la única forma de retratar esta identidad que nos corre por las venas, este Tucumán que nos indigna y que nos alegra, que nos asusta y que nos calma, que nos golpea y que nos ilusiona como toda la espera que fue un octubre de ollas vacías y reclamos hasta que llegó noviembre con un paréntesis necesario y merecido, hasta esa brisa en el rostro que fue un Mundial tan esperado como la lluvia convertida en las lágrimas derramadas en una plaza desbordada de felicidad.

Cerramos el año con un diciembre donde la provincia toda (como el país entero) dejó las miserias por un instante de lado y se unió en un puño apretado, con la potencia de un medio encendido en su lucha contra las injusticias y contra todo lo que habite la hegemonía, con un medio que crece año a año porque se planta en la misma sintonía detrás de un sueño hecho realidad, con las Fiestas que despiden a un 2022 que nunca será un año más.

Se va 2022, un año de pérdidas y de reencuentros, un año de tristezas y de alegrías, un año para sumar a nuestro cuero ya curtido de banderas y promesas, un corazón que galopa cuando no se da por vencido ni aún vencido. Con todo lo vivido a cuestas, ahora nosotros levantamos las copas, ahora nosotros brindamos por lo logrado, ahora nosotros brindamos por lo que vendrá. De nosotros depende. Nos vemos el año que viene a la misma hora, por el mismo diario, por el mismo dial. Que sea un Feliz 2023. Que sea un Feliz Año Nuevo, Tucumán.