Top

Un viaje a través del tiempo que retrata el dolor de ser mujer

OPINIÓN

Desde la antigüedad, siempre ha sido considerada culpable de la violencia ejercida sobre ella. Ya relatos bíblicos señalan a Eva como tal. Prácticas abominables, cuerpos manipulables y mutilaciones que nos persiguen hasta hoy | Por Gloria Oh*

Duele.


Nos subimos a una máquina del tiempo para viajar. Abrochate bien el cinturón de seguridad, casco, codera, rodilleras, pechera, conchero… que este recorrido puede traer muchos golpes al alma. 

Desde la antigüedad, la mujer siempre era considerada culpable de la violencia ejercida sobre ella. Relatos bíblicos que señalan a Eva la culpable de desobedecer al tomar del árbol el fruto prohibido. Medusa a quien, en la mitología griega, se la consideró culpable de que Poseidón la deseara y la violara dentro del templo, son algunos de los relatos que encontramos históricamente.

Son relatos que hacen que, aún hoy, continuemos ejerciendo violencia sobre los cuerpos de mujeres por el solo hecho de nacer con un órgano genital determinado. Descubrimos en las capas más superficiales de una sociedad rituales que parecen inocentes, tales como atravesar las orejas para ponerle un pendiente o someter al cuerpo a dolorosas depilaciones por el solo hecho nacer con vulva. 

Descubrimos, con horror, en las capas más oscuras rituales de la prohibición del goce solamente por tener clítoris que, considero firmemente, deben ser vistos como crimen de lesa humanidad. ¿Por qué se toman tanto el trabajo de culpabilizar el cuerpo de la mujer? 

NADIE ES MÁS MANIPULABLE QUE UN CUERPO CON MIEDO

Este viaje sobre la línea del tiempo nos ubica en el Siglo X (960 – 1279), en Oriente, con la Dinastía Song y nos topamos con una práctica cultural de violencia contra los cuerpos femeninos llamada vendados de pies. Era una práctica terriblemente dolorosa que desfiguró los pies de millones de niñas y mujeres. Se pensaba que los diminutos pies de “loto dorado” (que se conseguía al quebrar los dedos y los arcos de los pies al atarlos fuertemente con una tela obteniendo un pie que midiera no más de 7.5, 10 cm de largo) eran el pasaporte a una mejor forma de vida y un matrimonio asegurado. 

Desde varios puntos de vista, los pies vendados existían para que la mujer no pudiera caminar muy rápido y mucho menos correr: es decir, escapar. Otros de los motivos del achicamiento de pies era para complacer a los hombres en la intimidad sexual porque la forma del pie deformado era bastante similar a la de un pene, además, con el achicamiento, el arco del pie se encogía tanto que formaba un agujero. Es decir, era un pene que, además, tenía vagina. El varón hacía uso entonces de dos maneras: ser penetrado o penetrar. Esta costumbre empezó a desaparecer recién en los primeros años del Siglo XX. 

Nos subimos de nuevo a la máquina del tiempo para ubicarnos en la antigua Grecia. En la antigüedad las mitologías eran encargadas de explicar los sucesos naturales y pasiones de las personas. Cuenta que Tiresias tropieza con dos serpientes apareándose y las separa matando de un golpe de bastón solamente a la hembra. 

La Diosa Hera, enfurecida, lo castiga y lo convierte en mujer. Tiempo después, Tiresias vuelve a encontrarse con la idéntica escena, aunque, en esta ocasión, deja tranquilo a los reptiles. Hera, como premio, le devuelve su naturaleza masculina original haciéndole una pregunta: “¿Quién goza más placer del acto sexual?”. Tiresias admitió que las mujeres obtenían diez veces más placer. Es así que se tenía prohibido el placer a un grupo de personas. ¿A quiénes? A los varones, únicos dignos del placer. 

En efecto, la mujer podía efectivamente tener relaciones sexuales pero no sentir placer. Michel Foucault fue quien dijo que, en cuanto a lo íntimo, la moral antigua y la medieval no eran muy diferentes entre sí. Lo que de alguna manera permitió que, en plena represión, aún siguieran ciertas prácticas heredadas paganas o grecolatina. ¿Por qué el ensañamiento del control del placer de los cuerpos sexuados? 

CUANDO UN CUERPO GOZA, SE SIENTE MÁS FUERTE Y MÁS SEGURO DE SI MISMO 

Hacemos un último viaje y nuestra parada obligatoria es de cara a la práctica más espantosa de todos los tiempos. ¿Adónde nos ubicamos? Ahora, en nuestros días. Todos los años, cerca de cuatro millones de niñas y mujeres en todo el mundo corren el riesgo de ser víctimas de la mutilación genital femenina (MGF). 

Esta práctica consiste en alterar o lesionar el clítoris sin que existan razones médicas que lo justificasen. Si no hay ni una razón médica válida: ¿al servicio de quién está vigente? En muchos lugares donde esta costumbre abominable sucede, las niñas y mujeres son socialmente aceptadas. Las razones del por qué son diversas. 

Mientras que en algunos casos se considera un rito de transición a la madurez, en otros casos se concibe como una forma de controlar las pulsiones sexuales de la mujer y así garantizar el futuro de un matrimonio a la niña y el honor de las familias. 

Este hábito no ejerce beneficios para la salud en lo más mínimo, a menudo, tiene consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo. Desde dolores intensos hasta hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e, incluso, la muerte. 

Las mujeres que fueron mutiladas pueden presentar complicaciones graves al dar a luz. Purity Soinato Oiyie tenía tan solo 10 años cuando su padre decidió mutilar el clítoris de su hija. “Sería la quinta esposa de un hombre de 70 años. Hablé con la maestra de mi clase y ella informó al jefe de policía. Apenas dos horas antes de la ceremonia de ablación, llegó la policía y me retiró del lugar. Viví durante ocho años en el centro de rescate, lo más difícil para mí fue dejar mi hogar, dejar a mi familia. No podía dormir. Me despertaba en medio de la noche y pensaba: ‘¿Debería volver y someterme a la mutilación?’”.

NADIE MÁS MANIPULABLE QUE UN CUERPO CON CULPA

Cuando a muchas de las mujeres no se les ejercen estas prácticas, lamentablemente muchas veces son ellas mismas quienes se resignan a la mutilación de sus geniales para poder ser aceptadas en su comunidad y así conseguir marido. 

Asha Ismail, por citar un ejemplo, sufrió mutilación genital cuando tenía 5 años. “La noche anterior a mi ablación me dijeron que me iban a purificar. Al día siguiente, mi madre me bañó y me mandó a comprar dos cuchillas. Cuando volví a casa, ya estaba mi abuela preparada y habían hecho un agujero en el suelo para la sangre. Mi mamá me quitó la ropa y ahí me puse nerviosa. Entonces mi abuela me sujetó y puso sus piernas para abrir las mías completamente. También sujetó mis manos. Estaba completamente inmovilizada”. 

“Me entró pánico y empecé a gritar. Ahí es cuando agarraron un trapo y me taparon la boca. El sonido de mi carne cortada aún lo escucho. Después de terminar de cortarme empezaron a coserme con una aguja e hilo cualquiera. Sentía cómo el hilo pasaba por mi piel quedándome. Todo debía quedar perfectamente cerrado”.

Asha

“SI TE DIGO QUE NO SOY CAPAZ DE COSER UN BOTÓN, ¿ME CREES?” 

Cuando Asha creció, su padre dio su mano en matrimonio. En la noche de bodas comenzó su segunda pesadilla. “El intentó penetrarme. Obviamente, no pudo. Pero llamó a una señora que estaba preparada con una cuchilla fuera de la habitación. Ella me cortó de nuevo. Me abrió. Al abrirme, aquel señor me penetró repetidamente durante horas. No hay palabra en este mundo para describir el dolor que sentía esa noche mientras él se sentía muy macho y todo el mundo celebraba que yo era pura y virgen”. 

Asha no volvió a tener relaciones sexuales con su marido jamás pero esa noche de bodas quedo embarazada. En el parto sintió que el bebé la partía en dos y lo único que pedía es que no fuera niña. La sentencia llegó cuando la partera la felicitó por haber dado a luz a una mujer: “Juré que me tenían que matar a mí antes de que le pasara algo a mi hija”. 

Hay varias formas de mutilación. La clitoridectomía es la amputación, parcial o total del clítoris. Otras formas incluyen, además, la mutilación de los labios menores. La infibulación es la amputación del clítoris y de los labios menores y mayores, operación que termina con la sutura de ambos lados de la vulva, dejando solo una abertura para que pudiera eliminarse la orina y sangre menstrual. La MGF sigue siendo una realidad en muchos países.

DIA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA CERO CON LA MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA.

El 6 de Febrero, en 2021, la pandemia del COVID-19 entorpeció la meta sobre la eliminación de la práctica. Este 2022 el Programa conjunto del Fondo de Población y UNICEF se ponen en campaña para llegar a un 2030 para la erradicación plena. 

La explotación del placer de todos los cuerpos sucede, especialmente el cuerpo de la mujer. Sin placer, no hay identidad. Un cuerpo sin órganos pierde por completo el poder, ese poder que se obtiene por medio del conocimiento brindado en cada uno de nuestros propios cuerpos. Sin placer se pierde la voluntad , el dominio y autoestima.

Sobre nuestros cuerpos, sobre nuestra piel, sobre nuestras carnes en los órganos tenemos metidos mandatos q creemos son naturales e, incluso, algunos, sanos y buenos. Si me han usurpado hasta el deseo ¿qué debo hacer?

Heidegger habla sobre la EXISTENCIA AUTÉNTICA, es aquella que llega cuando nos damos cuenta que todo lo hemos pensado, todo lo que deseamos, hacia donde vamos… corresponde eficientemente a un poder de turno previamente diseñado. La EXISTENCIA AUTÉNTICA son las propias pasiones, no la información que llega de otro. Si al deseo lo tenemos ya usurpado , es ahí a donde debemos apuntar. El saber esta en el cuerpo, el poder esta en el cuerpo, la lucha esta en el cuerpo. Por eso no hay recetas, cada cuerpos es singular. “Nadie sabe lo que puede un cuerpo”, Baruch Spinoza (1632 – 1677).

*Conductora, actriz, performer. Todos los miércoles a las 17 conduce Achilatas por fm la tucumana 95.9.