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"Tragedia" del patrimonio tucumano

TRIBUNA ABIERTA

El recuerdo de algunas joyas arquitectónicas que fueron demolidas para ser reemplazadas por edificios, playas de estacionamiento, o locales comerciales. Por Gustavo Giardina.

Chalet del Ingenio Concepción. (Foto tomada del diario La Gaceta)


Tucumán durante el fin de semana fue golpeado nuevamente, al conocerse la triste noticia, que la casa que poseía el Ingenio Concepción, en la Banda del Rio Salí, está casi demolida en su totalidad.

Esta casa ostentaba casi dos siglos de vida y fue construida por el suizo Adolphe Methfessel. En ella residieron las familias Méndez, Guzmán y los Paz

La estimación de los valores del patrimonio arquitectónico depende, por supuesto, de paradigmas: culturales, sociales, económicos o políticos vigentes. 

No olvidemos que las decisiones sobre qué y cómo —y con qué medios— conservar, son decisiones esencialmente “políticas”, en el mejor sentido de esta hoy tan desprestigiada palabra. Pero advirtamos, en cualquier caso, que esa determinación conceptual no debe estar al albur de los tiempos y sus modas, sino que debe asentarse en la cultura de preservación patrimonial.

En San Miguel de Tucumán, como en cuantos otros parajes de esta provincia, han ocurrido mismas aberraciones a la historia arquitectónica de nuestro pueblo. 

La pregunta que me surge en estos momentos es la siguiente: ¿Qué valor tiene el patrimonio aquí? La respuesta no tarda en responderse. Es según el interés de los distintos grupos sociales, según su capital y el nivel de renta da un valor a un determinado terreno, sin importar que esté construido el mismo.  

El valor histórico es, sin duda, uno de los más presentes en el patrimonio arquitectónico. La falta de esta educación arquitectónica y urbana es el principal enemigo. La conocida secuencia: conocer/valorar/conservar, es muy importante pero que no está presente en este Tucumán.

¿Uno puede imaginar una Roma sin el Coliseo, Francia sin un Notre Dame o Buenos Aires sin el Cabildo?

En Tucumán tenemos que volver a recuperar el valor de la educación por la historia y apelar a la acción cultivadamente conservacionista.