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La banalidad del mal

opinión

"La 'Vecina de Arriba' es una mujer de buena onda, puede ser solidaria y es honesta al reconocer que nadie la molestó. Pero al hablar estrictamente de política, la vecina de arriba que se autopercibe como una mujer de recoleta que no podría tomar un café con Cristina porque pertenecen a mundos diferentes: No son la misma especie", analiza el ingeniero Antonio Leone tras el intento de magnicidio contra la vicepresidenta.


Un día antes del atentado, el 30 de agosto, publiqué en mi muro de Facebook una caracterización de "La Vecina de Arriba". Es un ejemplo extraordinario de lo que Hannah Arendt llamó la “Banalidad del Mal”.

En 1961, en Israel, se inicia el juicio a Adolf Eichmann por genocidio contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. El juicio estuvo envuelto en una gran polémica y muchas controversias. Entre otras, porque Israel violó la soberanía de Argentina secuestrando a Eichmann que estaba bajo nombre falso residiendo en nuestro País. 

Casi todos los periódicos del mundo enviaron periodistas para cubrir las sesiones, que fueron realizadas de forma pública por el gobierno israelí. Hannah Arendt fue enviada como corresponsal de la revista The New Yorker.

Hannah confiesa que esperaba encontrarse con un monstruo horrible, con profundas convicciones sobre el asesinato de hombres, mujeres y niños y en cambio, se encuentra con un hombre corriente, como cualquier vecino. Entonces usa la frase para explicar el carácter de Adolf Eichmann y sus notas y reportajes obtenidos durante el juicio las publicó en un libro al que justamente tituló "Eichmann en Jerusalén".

Básicamente, consiste en reconocer que hay seres humanos que son capaces de hacer cosas horribles, tales como torturar, violar y matar a otros seres humanos en ciertos momentos de su vida y luego, inmediatamente, regresar a su casa y besar a su mujer mientras acaricia la cabeza de los hijos.

Arendt afirma "Los actos de Eichmann no eran disculpables, ni él inocente, pero estos actos no fueron realizados porque Eichmann estuviese dotado de una inmensa capacidad para la crueldad, sino por ser un burócrata, un operario dentro de un sistema basado en los actos de exterminio". 

Pero esta descripción es incompleta. Se demostró en laboratorios que hay personas capaces de desplegar máxima crueldad sobre otros seres humanos si están convencidos que esa persona o el grupo al que pertenece la víctima es la responsable de los males que sufre el conjunto.

Y el problema es que así funciona el fascismo. En Alemania, los primeros enemigos fueron los políticos, luego los sindicalistas y los comunistas, por último fueron los judíos, los gitanos y los minusválidos. La política del fascismo es eso: identificar un grupo, asignarles ser responsables de todos los males y penurias y atacarlos.

Todas las veces, la propaganda nazi fue demonizar a esos grupos y atacarlos hasta el exterminio. Es por eso que las sociedades que lo sufrieron tienen leyes muy estrictas contra esa ideología política.

La "Vecina de Arriba" es una mujer de buena onda, puede ser solidaria y es honesta al reconocer que nadie la molestó. Pero al hablar estrictamente de política, la vecina de arriba que se autopercibe como una mujer de recoleta que no podría tomar un café con Cristina porque pertenecen a mundos diferentes: No son la misma especie, Cristina es un ser extra planetario que invadió su mundo y debe ser destruido. 

La "Vecina de Arriba" es un ejemplo perfecto de la Banalidad del Mal. Debajo de ese barniz de simpatía está una persona que nos visualiza como “El Enemigo” al cual hay que destruir.