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Violencia versus violencia

OPINIÓN

El abogado penalista Gustavo Morales analiza el último hecho de sangre que conmocionó a Tucumán: el homicidio de un joven carrero a manos de un hombre de 71 años. Las reacciones de la gente, el tratamiento de los medios y el probable destino del imputado.

Imágenes de la cámara de seguridad que registró el homicidio del carrero.


“TODO ESPECTADOR ES UN COBARDE O UN TRAIDOR” (cfr. FANON, FRANTZ – LOS CONDENADOS DE LA TIERRA – página 182)

“LA COMPRENSION DE QUE LA VIDA ES ABSURDA NO PUEDE SER UN FIN, SINO UN COMIENZO”  (CAMUS, ALBERT).-

El fresco fin de semana contrasta con la ardiente sangre salpicada a toda la sociedad tucumana a través de las imágenes captadas por un ocasional transeúnte que filma el preciso instante en el que un sujeto cruza la calle, escopeta en mano, a la espera del paso de un desvencijado carro y cuando aparece… apunta a uno de los que conducía, dispara y su cabeza explota.

Ahora, ¿qué hay detrás de esa muerte?

Hasta el momento, solo por informaciones periodísticas, o sea de un discurso esencialmente manipulativo, según una conjetura, la presunta víctima, antes, habría sustraído elementos de propiedad del tirador; otra hipótesis arguye que el que recibe el impacto se burlaba del posterior atacante.

De manera que esta reflexión es más estimulante de un debate con mayor profundidad que un análisis técnico.

Lo cierto es que se observa violencia en una zona relativamente céntrica cuyos protagonistas, parecen pertenecer, sin embargo, a sectores desaventajados.

Probablemente existe un conflicto previo que se resuelve con buena dosis de brutalidad.

El futuro del autor del disparo es la jaula y si la edad supera los setenta años, tal vez, una prisión domiciliaria.

En otras palabras, la reacción estatal también es violencia.

Es que el encierro penitenciario redefine las problemáticas sociales exacerbando la violencia.

La respuesta es ineluctablemente política, aún para quienes comparten la acertada idea de Gustav Radbruch según la cual: “No hay que buscar un derecho penal mejor sino ALGO MEJOR QUE EL DERECHO PENAL”.

Por ello otro ámbito de discusión pública imprescindible es la deslegitimación del sistema demo-liberal-burgués que conlleva la falta de confianza del ciudadano en las instituciones… y este desprestigio alcanza al Poder Judicial y al Ministerio Publico Fiscal.

Que comience, entonces, una seria confrontación de ideas alejada de la vocinglería política, de las sobreactuaciones mediáticas y del fanatismo de los oportunistas, porque como enseña el siempre vigente Julio Anguita: “No me da miedo el ruido del poder, me da miedo el silencio del pueblo”.

Gustavo Morales

Abogado penalista (MP 3924)