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Del cine nacional a la ley de cine provincial

OPINIÓN

La caducidad del financiamiento de las industrias culturales pone en jaque al cine argentino. La importancia de una ley provincial que fomente las producciones locales.

La industria del cine en un momento crítico.


En el año 2017 el gobierno de Mauricio Macri incorporó un artículo en la Ley de Presupuesto aprobada por el Congreso de la Nación que puso plazo de vencimiento a las pocas leyes de asignación específica que quedaban vigentes: Leyes de Fomento de la Actividad Cinematográfica N° 17.741, Servicios de Comunicación Audiovisual N° 26.522, el fondeo de los Institutos Nacionales de la Música y del Teatro, las producciones del Sistema Nacional de Medios Públicos y el funcionamiento de la Defensoría del Público de los Servicios de Comunicación Audiovisual. La decisión dio fin a la continuidad de una política pública que mantuvieron gobiernos de distintos signos políticos durante décadas de mantener activa la ejecución presupuestaria de estos fondos.

La actividad audiovisual es la caja más grande de la que puede disponer el gobierno para cumplir con los pagos al Fondo Monetario Internacional, que busca imperiosamente eliminar la mediación del Estado en todas las etapas de la producción, la distribución, exhibición y consumo de las películas. Mientras el mundo discute cómo gravar a las plataformas, la ley de caducidad deja en claro el proyecto de avanzada sobre la soberanía cultural y económica, tras ir directamente contra el cine de mediano y pequeño alcance que representan el 50% de la producción actual, producciones del fomento de cultura de impuestos que pagan trabajadores que van a ver una película, una obra de teatro o un recital. Impuestos que reflejan la potencialidad de las industrias culturales en generación de puestos de trabajo y desarrollo económico de un país y de un sector eficiente. 


Federalización y soberanía provincial cultural

En el año 2016 nace la Asociación Civil Tucumán Audiovisual, que nuclea a trabajadores del sector, que promovieron e impulsaron la ley de cine provincial. Asociación civil integrada por primeras camadas de egresados de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Tucumán, institución creada por la demanda de formación académica en el año 2005. 

El 4 de octubre de 2018, la Legislatura tucumana sancionó la ley de promoción a la actividad audiovisual, que promueve y fomenta el desarrollo, producción y actividad de este creciente sector industrial económico

El 10 de septiembre de 2019, 25 empresas audiovisuales, fundan y conforman la Asociación Civil Cámara de la Industria Audiovisual de Tucumán, dentro de la Federación Económica de Tucumán, correspondiente a la rama Industria, reconociendo y avalando al sector industrial audiovisual como clave dentro del desarrollo económico, turístico y cultural de la provincia

En diciembre de 2018 se crea el Corredor Audiovisual Argentino integrado por el Cluster Film Andes de Mendoza, BACA de Buenos Aire, las Cámara de Productoras de las Industrias Audiovisuales de Córdoba CAPAC, Santa Fe con CEPIAR, y Tucumán con la Cámara de la Industria Audiovisual CIAT, con el fin de fomentar la asociatividad, incrementar las coproducciones, ampliar mercados de referencia y la mirada puesta en una mejor distribución sobre la federalización de los fondos de fomento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales INCAA.

En el corriente año el CAAR se constituirá como Asociación Civil Federación del Corredor Audiovisual Argentino, teniendo a Tucumán como sede jurídica y federal de dicho armado. 

Desde 2018 hasta la fecha, Tucumán no cuenta con el fomento de la ley provincial y es la única provincia de las que conforman la Federación que no tiene fondos de fomento provincial. Aún con la pandemia y sin ayuda provincial, Tucumán es un polo audiovisual de referencia regional, con capacidad instalada y formación educativa profesional. La potencialidad de la provincia no tendrá límites si la ley se ejecuta lo antes posible, más y mejor desarrollo de proyectos para mejorar la competencia en INCAA, coproducciones provinciales y fondos internacionales de divisas están esperando un salto de calidad institucional en forma de exigencia sobre más y mejores políticas públicas. 

Este ejemplo tucumano de los vertiginosos tiempos que corren es la muestra clave de la velocidad industrial globalizada que Argentina no puede darse el gusto de desperdiciar, para un país clave en las industrias del conocimiento y el entretenimiento que busca competir, ser referente y líder a nivel mundial en contenido multimedia, tecnológico y cultural. Por eso, decimos No a la caducidad del financiamiento de las industrias culturales en Argentina, si a la Ley de Cine Tucumano. 

*El autor es vicepresidente de la Cámara de la Industria Audiovisual de Tucumán