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El fin del mundo

Entendiendo...

Don´t Look Up o `No Miren Arriba´ es un hit de Netflix que no ha pasado desapercibido. Un film que si bien estuvo top 1 en la plataforma, percibo que no gustó. ¿Por qué? Más allá de su desempeño como película, nos presenta un mensaje que amerita un análisis de fondo y a fondo. ¿Es un hito del cine o pochoclerismo mal parido? ¿Realmente nos intenta prevenir del fin del mundo o es el típico tilingerío progresista hollywoodense? ¿Qué es esta película?

El síndrome de Casandra. El Dr. Radall Mindy agotados los argumento racionales, el "media training", la diplomacia y, principalmente agotado emocionalmente por tener que insistir sobre tomar en serio el inminente fin del mundo, simplemente recurre al medio de expresión más explícito: el grito.


Sin spoiler alert

¿Es una película graciosa? ¿Es comedia? Sí, por momentos tiene destellos de un humor un tanto irónico un poco al estilo de su realizador, el director Adam MacKay, quien fue autor de guiones de Saturday Night Live y varias comedias junto al conocido humorista Will Ferrell como protagonista que la verdad no me parecen destacables. Más allá de mis gustos, si la propuesta es comedia podemos decir que es mediocre. Mientras se avanza en el film podemos descartar esta teoría, a las claras ésta no es una comedia. Entonces, ¿es acción, drama o suspenso? Sí, tiene acción, pero no la suficiente para entrar en esa categoría si la comparamos con una peli de Marvel por ejemplo. Sí, conmueve profundamente, pero nadie diría drama, y tampoco hay la suficiente tensión para considerar suspenso ya que los planteos narrativos se resuelven rápidamente, no hay un misterio. Además todo tiene un dejo un tanto burdo, claramente no será una película que ganará un Oscar por efectos especiales. Esto último no es por falta de de presupuesto ya que se hace de un reparto de primera A; Leo Di Caprio, Meryl Streep, Jeniffer Lawrence, Jonah Hill, Cate Blanchett (irreconocible), la cantante Adriana Grande y un etcétera de actores de élite.  Dicho esto, por qué “descuidaron” el importantísimo aspecto de los efectos especiales siendo los mismos el eje de la mayoría de los films del mainstream. ¿Es entonces un mamarracho que va para todos lados y no consigue una estilística?

El anuncio del plan que salvará la tierra. La Presidenta de los Estador Unidos de América, un héroe de guerra, himnos, banderas, fuegos artificiales y todo sobre un acorazado de la Segunda Guerra Mundial. 

He escuchado críticas de la película sentenciando a la película como “muy yanqui”. Sí, lo es, pero no de una manera seria, y si no es seria y no es comedia ¿Qué es?


Sátira

Google dice: “Discurso o composición literaria en prosa o verso en que se critican agudamente las costumbres o vicios de alguien con intención moralizadora, lúdica o meramente burlesca”. Ahí lo tienen, desde esta perspectiva la película cobra todo el sentido del mundo. Sí, lamentablemente nos desacostumbramos a este género, una catarsis muy necesaria para nuestros tiempos. La sátira no es seria, es burlesca, su objetivo no es la carcajada sino ridiculizar algo o justamente satirizar para disparar una reflexión sobre algún tema o personaje, ¿mediante qué?:  El ridículo. Por tanto, mucha gente pretenciosa la cataloga como ridícula y absurda como si fuesen atributos negativos, cuando no, era justamente el objetivo.

En este sentido la película es un éxito, lo que pasa es que abarca demasiado y cierta clase de audiencia no la puede o quiere seguir. El tema es que es de los raros casos de que “abarca y aprieta”. Quizá esta historia hubiese sido más digerible en el ya trilladísimo formato serie multitemporada típico de Netflix, pero no. Creo que la idea de los realizadores y productores no es masticar la comida sino generar un atracón, una reacción.


Spoiler Alert 

Una vez establecido esto, vamos al mensaje en sí que a mi entender está expresado de una manera magistral. Vamos a revistar su plot para darle forma al análisis. 

Unos astrónomos descubren un cometa que se dirige a la tierra e inexorablemente impactará la tierra y la destruirá con exactitud matemática. He aquí el primer problema que plantea el film. Los científicos, valiéndose de datos duros, dan alerta a su gobierno, a los medios y redes sociales, pero ellos ignoran, procrastinan, niegan, relativizan, ridiculizan y hasta se oponen a una problemática que no debería generar mayor debate. Hay que salvar la tierra y punto, ¿no? 

El tema es que las malas noticias no venden; sí, la mayoría de los medios se valen de tragedias y policiales morbosos para levantar el rating, pero siempre se trata de cosas que le pasan a otro. Ahora el asunto es una verdadera mala noticia para todo el mundo, algo particularmente sensible cuando hoy la moda es evadir lo negativo, la “mala onda”. 

En la película el problema no es cómo defendernos del asteroide, de hecho existe un protocolo y los recursos técnicos, militares y económicos para detenerlo con tiempo. El desafío es comunicarlo y “cuidar” la imagen de quienes son vistos como responsables de todo esta crisis. En principio el primer obstáculo es la de la Presidenta de los Estados Unidos, Janie Orlean, personificada por Meryl Steep. El tema es que hay una elección legislativa, y toda esta eventualidad le jugaría en contra a la performance de sus candidatos, si no controla el Congreso, no podría disponer de los recursos necesarios para afrontar la crisis. Si uno se detiene aquí, claramente se puede deducir que el asunto amerita una suspensión de las elecciones y que el presidente pueda hacer uso de poderes especiales de emergencia. Un claro caso de cómo una sobredosis de republicanismo puede atentar contra el bienestar de su pueblo, cuestión que analizo a fondo en el artículo Populismo vs Republicanismo.

Los científicos, al ser ignorados por el poder ejecutivo, filtran la noticia a los medios para generar alerta y que la opinión pública exija una movilización por parte del estado. Aquí se manifiesta el segundo problema.  Los medios masivos de comunicación se configuraron actualmente para ser alegres, divertidos y de fácil digestión al punto de que resulta imposible generar la seriedad que implica explicar un evento de extinción planetaria. Naturalmente, una vez expuesto, el tema es banalizado y es tapado por otras noticias como la ruptura de una cantante mega estrella y un rapero y por un escándalo sexual que atañe a la presidenta. Afortunadamente, esto último es el santo remedio, ya que ella hace uso de la crisis del asteroide para distraer y unir a la nación frente a un enemigo en común y le da el combustible político para arrasar en las elecciones. 

El Sheriff Conlon (derecha). Amante de la presidenta Orlean (izquierda) y ex-actor de softporn. Este policía texano conocido por su doctrina de mano dura, es candidateado por la presidenta para el cargo de Juez de la Corte Suprema. A todo esto ni siquiera es abogado. De yapa lo vemos a George W. Bush hijo en un cuadro a la izquierda bendiciendo la ceremonia.

Cuesta, pero en el universo del film, finalmente el problema se visualiza y de alguna manera es aceptado aunque exista una horda negacionista, que insiste en que, como el cometa no se ve, es una fabricación del “poder” para manipular a la sociedad y demás. ¿Les suena algo de esto en la actualidad? La misión en sí es una semejante sátira de Estados Unidos salvando al mundo, se pone de piloto de la misión (lo cual no tenía sentido ya que se controla remotamente) a un veterano de guerra con un discurso completamente facista, un especie de dinosaurio de otra época que nos salvará de la extinción. Los astros finalmente se alinean y se salvará a la tierra… aunque. ¿Qué es lo que podría frenar la salvación del mundo? 


La épica del billonario

El personaje Peter Isherwell es un megamillonario por ser fundador y CEO de BASH, una corporación que se dedica a la venta de celulares de alta gama que directamente te manejan la vida. En la película es presentado en el lanzamiento de su nuevo producto, el celular BASH Liif cuyo motto es: “La vida, sin el stress de vivirla”. Esta escena directamente no tiene desperdicio. Aquí aparece Isherwell en un auditorio en un formato muy parecido al de los lanzamientos de Steve Jobs de Apple, donde él explica que este nuevo dispositivo monitorea el estado físico y emocional del usuario y toma decisiones. Si te percibe triste, exhibe un video gracioso y saca turno con un terapeuta para que “ese malestar no regrese jamás”. Su creador expresa que su movilizador es encontrar un amigo que lo contenga, y por ello concibe un dispositivo que cumpla tal rol. Y esto es solo el comienzo, tan rica es la semántica detrás de este arquetipo postmoderno, que planeo un artículo aparte inspirado en Peter Irsherwell llamado `Meritocracia´. Por ahora hay que entender que es la personificación de los actuales modelos morales de nuestra sociedad consumista, los famosos “fundadores y CEOs” de las grandes empresas tecnológicas como el citado Steve Jobs de Apple, Elon Musk de Space X y Tesla y Zucherberg de Facebook, Instagram y Whatsapp entre otros.

Enfoquémonos entonces en qué significa este arquetipo para el fin del mundo. El objetivo de Peter Isherwell es el mismo de cualquiera que ostenta una posición de poder casi ilimitada: convertirse en un Dios en la tierra. Para ello Irsherwell tiene 2 herramientas. La primera es una cantidad alevosa de dinero, a tal punto que en la película se refieren a él como la tercera persona más rica de la historia. La segunda es `la´ herramienta: la información. Este CEO cuenta con una red de contactos, algoritmos y capacidad de espionaje ilimitada. En una palabra, es un oráculo. Obtiene la información del asteroide de primera mano, conoce todos los datos digitales de cada persona de su interés y las tiene catalogadas con una tipografía de consumidor, además de que dispone de algoritmos que directamente predicen la forma en que morirá cada persona relevante. Esto no es todo, fue `contribuyente águila platino´ en la campaña de la presidenta Orlean, por tanto tiene acceso directo a ella y a todas las actividades de gobierno. 

El punto es que Isherwell ve la situación del asteroide como una oportunidad. Boicotea la misión del gobierno para salvar el planeta al vender una alternativa de salvación más beneficiosa para todos. Al parecer el asteroide contiene minerales y tierras raras que son fundamentales y escasas para el desarrollo de dispositivos tecnológicos como celulares. El augura que de aplicarse su misión, el hambre y la miseria serían `reliquias del pasado´, ya que la riqueza de este asteroide sería cuasi infinita. Suena bien, ¿no?

Establezcamos primero un patrón que responde a casi en la totalidad de los casos de `CEOs y fundadores´. Estos tipos son chantas. Generalmente sus empresas y riqueza se forjan sobre el robo de ideas y patentes, tráfico de influencias, "adquisiciones forzosas" y en principio se nutren de recursos que en principio vienen de sus padres o familia. Es sabido que el segundo hombre más rico del planeta, Jeff Bezos, pudo fundar Amazon gracias al aporte de 1,3 millones de dólares de su padres. Todo eso sin mencionar las muchas situaciones aleatorias que propician la llegada al `éxito´ de estos personajes, o sea, la suerte. El punto es que, sin importar cómo construyen su fortuna, la sociedad los pone en un pedestal por el simple hecho de tener sin importar el cómo. Verán a menudo que cierto tipo de “emprendedores” en el negocio de criptomonedas y piramidales elaboran citas y analogías inspiracionales supuestamente atribuibles a este tipo de CEOs. El punto es que estos “modelos de conducta” no dejan en esencia de ser meros vendedores, un talento a menudo atribuible a la manipulación del consumidor haciéndole comprar algo que en realidad no necesita. Como fuere, esa metodología no puede ser buena en el manejo del estado, mucho menos en circunstancias de emergencia y menos teniendo en claro los objetivos de este tipo de chantas, lo que dije, convertirse en un Dios en la tierra. 

La brillante configuración dramática de un personaje ficticio subyace en la implícita y a la vez clara persecución de sus objetivos y la aniquilación de sus obstáculos. Desafío a que durante la película se enfoquen en la mirada del CEO de BASH, Peter Irshewell, interpretado magistralmente por Mark Rylance; elusiva, solo establece contacto visual para amenazar. En este caso, al ser su misión cuestionada por el Dr. Mindy y, ofendido porque se refirió a él como un empresario; lo mira a los ojos y le explica que sus algoritmos pueden predecir la muerte de alguien con una exactitud de 96,5%. 

Volviendo a la película, lo cierto es que a Isherwell más que recursos, lo que sobra es inteligencia y maña. Él diseña un absurdamente arriesgado plan para fragmentar el asteroide de manera de que se pueda evitar su impacto destructivo y obtener sus preciados minerales, supuestamente respaldado por científicos `ganadores de premios Nobel´. ¿Y si no funciona? La maña, estos tipos siempre tienen un paracaídas puesto. De fallar la misión, este CEO y un selecto grupo tienen una nave espacial para escapar de la tierra y establecerse en otro planeta donde lógicamente él sería el Dios indiscutido.

En resumen, este ser simboliza la fé en el progreso indefinido, una línea ascendente e infinita; una falopa intelectual tan peligrosa como la fé en el `Eterno Retorno´. 


El final

A todo esto no hablamos del fin del mundo, ¿es una posibilidad real? Las religiones desde su concepción tratan esto como una certeza que llegará indefectiblemente en un momento indeterminado. El tema es que lo tratan como un pasaje dentro de un ciclo que se renueva en la vida en el más allá, una fusión de conciencias, un retorno a la fuente o la reencarnación. Como fuere, las religiones no conciben un verdadero fin, una línea que se corta, sinó más bien un infinito o un ciclo. Por las dudas, pienso que debemos hacer lo imposible aquí y ahora; no me timbearía esta oportunidad por un más allá incierto, más aún si consideramos la posibilidad de  que este plano existencial es una prueba. La otra es que tengo un hijo y la verdad no me voy a quedar esperando a que se “acomoden las cosas”, hay situaciones que en este punto de nuestra existencia como género humano, ya son ineludibles y es hora de despertarse. Por mi lado estoy haciendo esto, utilizando este medio para hacer llegar el mensaje de la manera más efectiva y masiva posible y considero que estamos en la misma frecuencia con los realizadores de la película en cuestión. Si bien `No miren arriba´ no será la pieza artística que quedará en los anales del cine, lo importante es el mensaje que da de una manera severa e inequívoca. En el momento en el que el Dr. Mindy se cansa de intentar hacer llegar el mensaje del fin del mundo de la manera más afable y digerible posible, directamente opta por gritarle a la cámara expresando que algunos mensajes son duros y no hay manera de terciarlos, dan pánico y deben darlo a fin de obtener una reacción en consonancia a su severidad.

El coronel Benedict "Ben" Drask, el veterano de guerra quien fue elegido para "comandar" la misión original interpretado por Ron Pearlman. Otro gran arquetipo de este film lleva a cabo un romántico "last stand". Preso de la impotencia, reclama la gloria arrebatada con el único lenguje que cree efectivo: la violencia. En bata, vacía su ametralladora de cinta contra el asteroide, lógicamente sin efecto, gritando "¡Nunca me llevarás con vida!".

Se ha hablado mucho sobre qué significa el asteroide, muchos lo traducen como el problema del cambio climático; sí, es eso y mucho más. El asteroide es llamado “asesino de planetas”, lo es en el sentido literal pero en el plano cultural. Mucho he hablado en este espacio del genocido cultural que vivimos hoy en día y la necesidad de un cambio, lo que denomino la Reforma Cultural. Se trata de redirigir nuestra cultura porque si seguimos así el fin del mundo es inexorable y todo por un conjunto de hábitos y conductas bastante pelotudas que nos llevarán a la extinción de manera literal y/o figurada. No sé qué será del mundo en 20 años, y por más que pudiese perpetuarse el cataclismo climático, no es lo que me da pánico precisamente. Sí, la cultura consumista que estamos absorbiendo a mansalva genera contaminación, ¿cómo?, porque compramos pelotudeces que no necesitamos y nos idiotizan, para el beneficio de sociópatas egomaniacos; a los cuales encima hay que adorar y tomarlos como modelos. Sumamos a esto el problemita de que alimentamos y fomentamos esto en nuestros hijos. Sinceramente pienso que nos merecemos absolutamente todo lo malo que nos pasa como humanidad y, es más, creo que las consecuencias de nuestras acciones son leves aún. Me parece loable que el mensaje final de la película, bastante conservador, es que el último refugio es la familia y los buenos momentos, pero me niego a este fatalismo optimista de mantener la burbujita feliz y que el mundo arda. Mi determinación de cambio y reforma es absoluta y así debería ser para tod@s.

Como provincia, como nación y como mundo, definitivamente merecemos que nos reviente un asteroide y más; pero bueno, ese es nuestro problema, no el de quienes nos suceden. Más que mirar arriba, hay que mirar adelante.

Arturo Antonini

Analista político-financiero, promotor cultural y productor audiovisual.