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Las burlas en el olvido

ENTRE LÁPICES Y EMOCIONES

A propósito del crimen de Mariela Marquez a manos de un asesino que dice haber sufrido bullying en el colegio, la psicopedagoga Cecilia María Lozano reflexiona sobre la responsabilidad afectiva y causas de la violencia instalada en la sociedad.


Niños jugando al Juego del Calamar, llantos, furia, guerras, hasta muertes. ¿Qué más necesitamos para confirmar que la violencia está instalada, que somos nosotros los que la construimos? Y lo más triste, que nuestros niños son el reflejo de ello.

Hoy quiero llevarlos a un lugar incómodo, el de movilizarlos, el de tomar la responsabilidad afectiva, en esta sociedad violenta.

Si yo les preguntara: ¿alguna vez hiciste, recibiste, o escuchaste hacer burlas? Seguramente la respuesta es unánime, es un sí. Todos, pasamos por ahí en nuestra infancia, y lamentable, algunos continúan en ese lugar.

Las burlas de manera continua, es el término tan escuchado y usado, es lo que llamamos bullying. Vamos a mirarlo con la misma lupa, pero desde diferentes perspectivas.

Cuando los niños se burlan, quiere decir que a través de las palabras intentan ridiculizar al niño para humillarle, muchos de los niños que se burlan no saben las consecuencias tan graves que puede tener en la autoestima de quien se ve afectado. Estos pequeños, utilizan esa manera, escondida e hiriente, para comunicarse, sin saberlo. Lo que no se ve, es que este pequeño se siente débil, hasta cobarde, por lo que utiliza las burlas hacia otro, como una forma disfrazada, de decir algo. Estas conductas, son aprendidas del mundo adulto, pero también pueden ser desaprendidas. Para estos niños, poder comunicarse, y desarrollar la empatía, serían los caminos más acertados, por lo que deberían transitar. Por supuesto que aquí, está su responsabilidad como adultos, brindarles la posibilidad y experiencias de ponerse en el lugar del otro, ser empáticos. Léanles cuentos, enseñan a ponerse en el lugar del otro, y sobre todo el diálogo.

Vamos a pararnos ahora en la vereda del frente, el niño que recibe las burlas, daños que, tristemente, en ocasiones, son irreversibles. Los padres tienen un rol determinante, y diría, el principal, en cuanto a ayudar a los hijos a sobrellevarlo, porque debemos partir de la base que muchos niños que reciben burlas tienen la autoestima baja y poca seguridad personal ya que su amor propio se ha visto afectado. Entonces, brindemos experiencias para que puedan construir un amor hacia ellos mismos, más fortalecido. ¿Cómo hacerlo? Primero informarse, sobre la situación de burlas, segundo, abrir canales de comunicación, ¿Qué fue lo más lindo que te pasó en la escuela hoy? Con preguntas abiertas, todos los días, hace que la palabra fluya.

Cómo pudieron leer, la palabra, siempre la palabra, es sanadora.

Por último, y sin restarle importancia, los niños, o adultos, los que se encuentran en el medio, que no hacen, ni reciben burlas, pero si escuchan, y presencian estos episodios. En este lugar, también hay que decir, al no hablar, ni hacer nada al respecto, son partícipes y cómplices del daño que se provoca.

En estas pocas líneas, habrán identificado en qué posición se encuentran sus hijos, o en cual estuvieron ustedes, de niños. 

Así, con este cristal para mirar lo sucedido, en cierta manera, todos somos responsables de esta sociedad, con esas luces oscuras.

Lo más triste son los que quedaron sin voz, los que no tuvieron las oportunidades, de pensar, de actuar y de vivir, esta es nuestra realidad, aunque nos duela.

La llave es la empatía, la palabra mágica que puede transformarnos, para un mundo en paz.

Mira con los ojos del otro, escucha con los ojos del otro, y siente con el corazón del otro.

Cecilia María Lozano

Psicopedagoga. Comunicadora. Escritora. Mamá de dos niños: Lucas y Juan. Mi objetivo es guiar a los papás modernos sobre una crianza armoniosa.