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Reset a la Matrix de los liderazgos

LO QUE ESTÁ EN JUEGO

El periodista y analista político Juan pablo Durán, subsecretario de Comunicación de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, escribe que "la pelea entre el oficialismo gobernante y la oposición poco tiene que ver con la disputa de bancas en el Congreso de la Nación".

Juan Pablo Durán junto con Beatriz Ávila, Germán Alfaro y Walter Berarducci.


Dentro de un par de meses se cumplirán 20 años de aquel fatídico diciembre de 2001 -un mes bisagra para la historia política del país- que marcó la llegada de un nuevo paradigma en la relación de poder entre ciudadanos y gobernantes.  Como un reptil que cambia su piel para purificarse y liberar toxinas, la sociedad argentina decidió en aquel momento mutar el ropaje que la asfixiaba, tirar del mantel, barajar y dar de nuevo, patear el tablero del statu quo. Esto obligó a la dirigencia a reconfigurar un nuevo escenario político. La crisis de representatividad de las agrupaciones partidarias -con el “que se vayan todos” como estandarte- se hizo carne entre los argentinos y marcó un hito en nuestro país: el fin de las ideologías políticas había llegado, cediéndole el paso a la era de los pragmatismos.



Ya pasaron 20 años del nuevo siglo y hoy asistimos a un nuevo cambio de paradigma: la era de las empatías llegó para quedarse. ¿Qué significa esta nueva categorización? Significa, lisa y llanamente, que la sociedad global está comenzando a demandar a sus dirigentes la capacidad de entender los problemas no desde la simple teoría, sino desde el terreno de la comprensión y la solidaridad hacia el otro. Cada vez importa menos si el candidato es de derechas, de izquierdas, de centro, liberal o conservador. Lo verdaderamente relevante es que los líderes políticos sepan comprender las demandas sociales. Pero no desde un lado ideológico o desde el destemplado pragmatismo, sino desde la empatía, desde el sentimiento verdadero hacia el otro. Porque el votante -esa especie urbana que fue evolucionando con las crisis- aprendió a decodificar el mensaje del líder político.


Por todo lo anteriormente expuesto, el domingo 12 de septiembre los argentinos -y los tucumanos en particular -no sólo elegiremos a los representantes que irán al Senado y a la Cámara de Diputados. Lo que verdaderamente está en juego son los liderazgos. La pelea entre el oficialismo gobernante y la oposición poco tiene que ver con la disputa de bancas en el Congreso de la Nación. En las PASO del domingo está en juego una nueva configuración del poder. La Matrix de los liderazgos ha sido reseteada y cada espacio buscará alcanzar la hegemonía para disputar el poder real en el 2023.


Mientras en el oficialista Frente de Todos se disputan el sello del peronismo, la pelea en Juntos por el Cambio contiene un ingrediente más: no sólo catapultará al nuevo líder de la oposición, sino que también posicionará -como pelea de semifondo- al dirigente que conducirá a la Unión Cívica Radical (UCR).


Para lograr los objetivos, cada espacio deberá agregar a su caja de herramientas políticas una nueva expertise: el manejo de las empatías.

Juan Pablo Durán

Periodista. Analista político. Subsecretario de Comunicación de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.