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El Proyecto Nacional que encabeza el Frente de Todos necesita ser fortalecido

LO QUE ESTÁ EN JUEGO

La secretaria de Adoctrinamiento del Partido Justicialista de Tucumán, Stella Maris Córdoba, plantéa que “el domingo 12 no solo se deciden nombres propios para el Congreso”.

(Foto: Facebook Stella Maris Córdoba)


El Segundo Peronismo, como suele llamarse en los cursos de Formación Política del Partido Justicialista a los gobiernos de Néstor y Cristina, fue la continuidad simbólica de la agenda democrática del Peronismo primigenio.

Aquel proceso político hizo realidad los sueños y satisfizo las expectativas de las grandes mayorías populares, impulsando y sosteniendo políticas de Estado orientadas a la reconstrucción de un país productivo, federal cuya economía tenga como norte la generación de trabajo y el desaliento a la especulación financiera.

Veníamos de un retroceso cultural y educativo originado en la Dictadura, que Alfonsín no pudo revertir; Menem profundizó y De la Rúa hizo implosionar.

Veníamos de la crisis del 2001, y a Néstor más allá del sindicalismo y los trabajadores organizados, sujeto principal del Primer Peronismo, le tocó articular dentro de un escenario más heterogéneo incorporando un nuevo actor social como lo fue el surgimiento de los movimientos sociales divergentes (Piqueteros).

Asumió con un índice de desocupación de dos dígitos, y un índice de pobreza e indigencia alarmantes. Sin embargo, al finalizar el segundo gobierno de Cristina la desocupación descendió a un 5,9 por ciento.

Nos invitaron a un proceso de construcción colectiva, nacional, popular y plural. El modelo económico basado en mayor empleo, mayor consumo, fuerte inversión pública para generar un crecimiento basado en el trabajo y la producción.

Fueron los días en que aquellos excluidos del sistema, aquellas mujeres y hombres desocupados, que se sentían viejos para trabajar y jóvenes para jubilarse pudieron ingresar al régimen de seguridad social y conformaron una más de dos millones y medio de nuevos jubilados.

Fueron los días en Cristina pudo contener el espíritu de los jóvenes que fueron a despedir a Néstor tomando el compromiso de defender activamente ese modelo de país con ansias de Justicia Social que empezaba a gestarse.

En eso estábamos cuando algunos errores o insatisfacciones siempre magnificados por los magnates mediáticos, cuando no operaciones políticas con la más alta planificación de los dueños de poder económico generaron el “caso Nisman”, la demonización del Kirchnerismo y el surgimiento de Macri el Maldito.

Con él vino la debacle que todos conocemos, un país dedicado a la especulación financiera y el endeudamiento externo e interno, porque también terminó empobreciendo y endeudando a aquellos que perdieron sus puestos de trabajo o se endeudaron con prestamistas para pagar la boleta de luz.

Ni que decir de las miles de Pymes que cerraron y los miles de nuevos desocupados y desocupadas.

Así las cosas, en 2019, los artífices de la Unidad del Peronismo, Alberto y Cristina, lograron encauzar las voluntades disímiles de gobernadores, dirigentes políticos, sindicales y organizaciones sociales detrás de un Proyecto Político de Reconstrucción de la Argentina.

Apenas iniciaba este nuevo desafío, como dijo Cristina a los 5 minutos del primer tiempo…llegó la Pandemia.

La pandemia obligó a un gobierno responsable como el nuestro a priorizar la salud pública, primero destinando todos los recursos disponibles para reforzar el sistema de salud. ¡y lo logramos!

Mientras hemos visto colapsar sistemas de salud de los países poderosos y de ciudades emblemáticas como Nueva York, en la Argentina y en Tucumán a nadie le faltó atención médica, sistemas de detección o vacunas.

Durante la Pandemia hubo un Estado Presente, en la salud, y en las políticas de asistencia económica a aquellas actividades privadas afectadas por la cuarentena y los aislamientos.

Hubo también políticas de planificación y compromiso de obra pública como factor de reactivación económica, muestras de ello para Tucumán ya se han destinado fondos para 3.600 nuevas viviendas, fondos para el recambio de todas las cañerías de agua vetustas, nuevas terminales de ómnibus en ciudades del Interior como Las Talitas y Simoca, Obras de gran envergadura como la autopista Tucumán - Las Termas, etc.

Durante la Pandemia, la oposición política vacía de contenido, reivindicadora de políticas neoliberales como la de querer que los trabajadores paguen por sus futuros despidos, ha desplegado un odio inusitado, generando marchas con miles de personas en plena necesidad de distanciamiento, demonizando la vacuna (que se desesperaban por colocarse apenas llegaba como Carrió), sin que se les caiga una sola idea colaborativa de cómo superar las consecuencias del COVID. Consecuencias que seguimos transitando.

Por eso en estas elecciones intermedias lo que se decide es si queremos retomar el camino de un País en recuperación para el crecimiento, del desendeudamiento y la inversión pública que genera trabajo o queremos quedarnos en la chatura mental que nos ofrecen frivolizando la política desde el Tic Tok (de uso a mi hijos adolescentes para ganar votos), y el retroceso al desastre que nos dejó el Maldito Macri.

Párrafo aparte para las PASO en Tucumán, donde la disputa de poder entre Gobernador y Vice no reconoce antecedentes.

Justo en el momento donde el Proyecto Nacional que encabeza el Frente de Todos necesita ser fortalecido, en el momento donde el desafío es sostener y ampliar el apoyo en el Parlamento Nacional, en nuestra comarca se les ocurrió adelantar la interna de Gobernador poniendo en juego la Gobernabilidad de los dos próximos años y la tranquilidad que necesitamos para transitar la post-pandemia.

¿Ustedes se imaginan transitar dos años de rivalidad entre una mayoría opositora en la Legislatura, acosando al Gobierno en forma permanente para exponerlo como objeto de campaña proselitista para el 2023?

Solo para alentar “intereses de círculo”, como los llamaba Perón. Intereses de un grupo de dirigentes que decidieron que las candidaturas de 2023 eran más importantes que la estabilidad democrática en la Provincia y en Peronismo.

Por eso, el domingo 12 no solo se deciden nombres propios para el Congreso. Se decide quien conduce al Peronismo en la Provincia, y cómo van a ser los dos próximos años de Gobierno Justicialista en la Provincia.

En las otras listas de oposición (en el mundo de Cambiemos), se decide si subsisten el radicalismo, el PRO, y sus aliados como partidos, o se convierten definitivamente en el furgón de cola de un “híbrido pragmatismo” que cambia de color según quien sea la victima a la que desee fagocitarse.

Stella Maris Córdoba

Interventora del Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbanístico de Tucumán (IPVDU). Secretaria de Adoctrinamiento del Partido Justicialista Distrito Tucumán.