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Julio en Tucumán

OPINIÓN

Cuando llega Julio, sin jamás dejar de lado la pandemia y el dolor que sigue generando cada 107 que suena, sale el sol de Julio. Es un sol distinto al de enero. Al sol de Julio uno lo busca, uno sale de la vereda con sombra y se cruza a la del sol de Julio. Es lo inverso a lo que pasa en la calle con el sol de enero: uno sale de la vereda del sol y busca la de la sombra. La Plaza nos espera.

Plaza San Martín. La foto es de Julio, claro.


Llegó Julio, chicos y chicas, damas y caballeros, señora y marido, don y doña, esposo infiel, eh traidora, barrilete cósmico, belleza lunática. Y cuando llega el mes de Julio (así: con mayúsculas) al menos en eltucumano sabemos de jeta qué significa. Así como llega Abril, todos tenemos nuestro Julio, y el mes de Julio es nuestro, es el más tucumano de todos los meses, pata patero con enero, que no es nombre de persona salvo que alguno conozca algún Enero Gómez.


Cuando llega Julio, sin jamás dejar de lado la pandemia y el dolor que sigue generando cada 107 que suena, sale el sol de Julio. Es un sol distinto al de enero. Al sol de Julio uno lo busca, uno sale de la vereda con sombra y se cruza a la del sol de Julio. Es lo inverso a lo que pasa en la calle con el sol de enero: uno sale de la vereda del sol y busca la de la sombra.


Pero es de Julio de lo que estamos hablando y de lo que empieza a vivirse después del ruido. Imaginar a nuestra bella Plaza Independencia reinaugurada este 9 de Julio no es menor: es la apertura de lo que estaba cerrado, es simbólicamente hermoso que la Plaza Independencia vuelva a ser la Plaza Independencia el día que fuimos libres.


Ya no será aquella Plaza Independencia de sus albores en blanco y negro, con un recorrido propio de la época: los caballeros caminaban dando vueltas a la manzana de la plaza, mientras las damas la cruzaban en diagonal con sus paraguas de tela para el sol. Cuentan los historiadores de la época que así se fichaban, uno en círculo, otra en diagonal, y si se miraban, si se relojeaban, si se asentían, si sabían que pintaba el altar, luego vendría la primera cita.


Hoy la Plaza Independencia que se inaugurará el 9 de Julio será hermosa, ecléctica, actual, llena de quienes todavía esperan a su amor de toda la vida, llena de agua en la fuente, siempre con los héroes de naranja que le pasan la escoba, siempre con ella, con Lola ahí arriba, siempre rodeada del vendedor ambulante que pone guaracha, del que le vendió la achilata a Tinelli, de las gitanas, de los que juegan al truco a la siesta, pero sobre todo llena de los que se juntarán a contarse la verdad del barrio hecha música, de les pibes, de L-Gante, y también de las zambas.


Llega Julio y Tucumán sabe que somo do nosotro: vo y yo. La plaza terminándose, los primeros turistas que de camperas uniqlo y zapatillas salomon, metiéndose empanadas como piña, sacándose selfies frente a la casita y comprenderán que se le dice la Casa Histórica. ¿Estamo? Bienvenidos a Julio, te esperábamos. Bienvenidos a Julio, los esperábamos.