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El precio de los alimentos

opinión

El economista tucumano Horacio Rovelli analiza el incremento del valor de los alimentos en los últimos meses. Las cadenas de producción y comercialización.

Imagen ilustrativa.-


En la Argentina como en todos los países del mundo, en mayor o menor medida, la pandemia originada por el Covid-19 afectó al trabajo y a la producción que debió readaptarse a nuevos protocolos que implicaron menos trabajadores empleados y menos horas de trabajo generadas y, con ello, menores remuneraciones pero, paralelamente, en nuestro país se fortaleció el modelo agropecuario exportador, dado que sobre todo China (mil cuatrocientos millones de habitantes) pero también en menor medidas los demás países con poder adquisitivo para hacerlo, demandaron alimentos para su población, básicamente importaron e importan para sustituir de esa manera, el hacinamiento de los animales por la gripe aviar, porcina y el “síndrome de la vaca loca”.


Pero la solución de ellos se ha convertido en un problema para nosotros dado que, la Argentina que representa menos del 0,3% de la cantidad de bienes y servicios que se producen en el mundo, es el decimo exportador de alimentos y el tercero en grano, pellet y aceite  de soja del planeta. La mayor demanda internacional ocasionó una suba sideral de sus precios, la tonelada de soja en el mercado de Chicago (EEUU) que es el mercado referente de granos, valía a fines de diciembre 2019 U$s 344,57.- y el viernes 7 de mayo 2021 cerró a U$s 550, un aumento en dólar del 59,62% a lo que se le debe sumar la devaluación oficial de nuestra moneda del 55% (Dólar comercial Banco Nación Argentina de $ 64 a $ 99,25) en el mismo período que, al no modificarse las retenciones (derecho de exportación del 30%), el impacto fue directo al precio de la soja, de su harina y de su aceite y, el mismo mecanismo se reproduce con los demás granos (trigo que aumentó su precio en dólares en un 12,5%; maíz aumentó su precio en un 45,4%; arroz aumentó su precio en un 33,1%, etc.) y con las carnes, con el agravante que todos esos productos tienen un derecho de exportación del 12%.


El maíz es un importante componente en la formación de precios internos, ya que el mismo es un insumo básico en la cadena de valor de la alimentación de la ganadería bovina, ovina, porcina y aviar. Entre 2011 y 2020 las exportaciones de la Argentina de maíz pasaron de los 15 millones de toneladas hasta los 37 millones de toneladas, más que duplicando la cantidad totales exportadas a lo largo de la década. En promedio de la década según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la producción total ronda los 40 millones de toneladas por lo que en 2020 se exportó más del 90% de lo producido, esa situación presiona sobre los precios finales de los productos cárnicos al ser base de su alimentación. Es notorio que, esta situación hace que cada vez sea menor el saldo remanente para la alimentación de la ganadería y de la industria local y por lo tanto la posibilidad de desacoplar precios.


El trigo es un insumo esencial en la dieta argentina y en la producción de alimentos. Con la llegada al gobierno de Mauricio Macri se liberaron los frenos a la exportación de trigo y éste comenzó a recuperar lugar en los mercados internacionales, especialmente en el mercado brasileño, en desmedro del mercado local, al que solo venden si igualan al precio de su venta externa.


Según informó el INdEC, en el año 2020 el kilo de pollo aumentó su precio en un 54%, de $ 107 a $ 161. Casi lo mismo que la carne vacuna y mucho más que el 36,1% de inflación promedio de ese año que es el índice de precio al consumidor oficial. En el caso de la carne vacuna al exportarse toda la res, el precio interno se incrementó de sobre manera, reduciendo el consumo per cápita de carne en la Argentina a solo 50,1kgms por habitante, el más bajo de los últimos cien años y, paralelamente, se exportaron casi un millón de toneladas de carne vacuna.


CONCENTRACION DE PRODUCTORES Y COMERCIALIZADORES


La otra parte de la explicación de porqué suben como suben los precios de los alimentos está en las cadenas de producción y comercialización.


El abastecimiento en el mercado interno de un producto básico de la canasta familiar local como es el aceite mezcla de girasol y soja, es controlado por 4 (cuatro) empresas, que concentran el 90,5% de la facturación y el 90,6% del volumen. AGD (Aceitera General Deheza), con su marca Natura; Grupo Navilli, con su marca Molinos Cañuelas; Molinos Rio de la Plata, de Pérez Companc, con sus marcas Cocinero y Lira; y el grupo ARCOR de Pagani. El precio de la botella de aceite mezcla de 1,5 litros aumentó un 50% en los últimos doce meses, para ser de $ 200.- Y es similar precio al del mercado de Ámsterdam, puerta de entrada de Europa, que dicha botella producida en la Argentina se vende a 1,8 euros (unos 2 dólares, casi unos $ 200.-), la diferencia esta que el salario mensual promedio en Europa central es equivalente a 3.550 dólares y en la Argentina de solo $70.330.- (unos 710 dólares).


Si miramos la harina de trigo, la empresa Cargill (EEUU) tiene siete plantas de molienda, seguida por Molinos Cañuelas del Grupo Navilli (Argentina), luego por Lagomarsino e Hijos (Argentina) y Los Grobo (Argentina). Estas cuatro empresas realizan el 50% de la producción y superan el 55% de la exportación de harina de trigo. En el caso de la comercialización en el mercado local de la harina de trigo, nuevamente Pérez Companc (Blancaflor y Favorita) y Navilli (Pureza) concentran el 82% del mercado.


En el aprovisionamiento al mercado interno de fideos, Molinos Rio de la Plata tiene el 79%, controlando siete marcas líderes: Mattarazzo, Luchetti, Canale, Don Vicente, Don Felipe, Favorita y Manera.


Existen una gran cantidad de molinos que procesan arroz. Sin embargo, el dominio lo ejerce claramente la empresa Adecoagro del Grupo Soros (estadounidense), dueña de la marca Molinos Ala. La otra empresa fuerte del sector es Molinos Río de la Plata, dueña de las marcas Gallo y Luchetti, que en este segmento tienen más de un tercio de la participación de ventas en el mercado interno.


Otro producto esencial, el azúcar de mesa, también está en manos de un puñado muy reducido de corporaciones, donde tres empresas concentran el 85% de la facturación: Ingenio El Tabacal, de la multinacional norteamericana Seabord (Chango y Tabacal); el Grupo Blaquier (Ledesma), aunque en varios emprendimientos aparece asociada a la multinacional Cargill; y la local Valpafe (Domino, Madison, Santa Lucía). El azúcar incrementó su precio en un  52,77% en un año, también por encima de la inflación general, e incluso de la de alimentos en particular.


En el sector lácteo, la familia Mastellone asociada con Inversiones Dallpoint (EEUU) y Danone (Francia), es la empresa más grande, tiene siete plantas industriales, es líder en ventas de leche fluida con el 60% del mercado. Y acapara también el 77% de los yogures y el 70% de la producción de los postres en base a la leche de vaca.


El Consorcio ABC de exportadores de carne vacuna realiza el 80% de esas ventas externas, constituido por Frigorífico Rioplatense de los Costantini; La Anónima de los Braun (madre de Marcos Peña Braun); FRIAR SA (de los Vicentin); SWIFT ARGENTINA S.A;  QUICKFOOD S.A.; etc. Al poder exportar igualan el precio de la carne vacuna con el del exterior por lo que aumentó un 75% su precio en el mercado interno argentino en el año 2020, como asevera ROSGAN (mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario y compañías consignatarias).


Finalmente, las grandes cadenas de ventas (Coto, Carrefour, Cencosud, La Anónima, Walmart, Libertad, etc.) reunidas en ASU (Asociación de Supermercados Unidos) administran el 65% de la comercialización de los bienes que se consumen en el país, en ese marco y con esa sociedad de hecho y de muchos años entre grandes productores y comercializadores, es muy difícil destrabar el proceso de formación de precios de esos productos.


Como consecuencia, la dolarización de los precios internos de estos productos tiene una visible correlación con la dinámica de las exportaciones lo que pone presión a la formación de los precios en Argentina.  


PRECIOS INTERNOS DE LOS ALIMENTOS

“En 2020 la canasta básica alimentaria aumentó un 45% y la economía cayó 9,9%. ¿Cómo se explica que una economía que tuvo semejante contracción tenga unas suba semejante en los alimentos? Hay un comportamiento monopólico que no tiene regulación, que se apoya en un consumo esencial y que especula”. Roberto Feletti.


Índice de precios al consumidor.         
Variaciones de marzo con respecto al mes y al año  anterior

Los alimentos que más subieron durante el gobierno de Alberto Fernández


1-Asado kg: 92,41%
2-Nalga kg:  89,3%
3-Paleta kg: 86,5%
4-Cuadril kg: 82,4%
5-Carne picada común kg: 75,65%
6-Filet de merluza fresco kg: 66,8%
7-Pollo entero kg: 63,6%
8-Tomate entero en conserva Lata 230 g:  62,9%
9-Yerba mate 500 g: 49,9%
10-Jamón cocido kg: 49,9%
11-Queso cremoso kg: 49,6%
12-Pan francés kg: 41,36%

El aumento del precio de la carne responde a dos razones: a) La suba del precio del maíz, principal insumo de engorde en corral, y b) La liberación de las exportaciones. En enero de 2020 el kilo de maíz costaba ocho pesos; en mayo 2021 cuesta 21 pesos. Esto quiere decir que aumentó 162% en un año y alrededor de un 60% desde diciembre de 2020. Esta dinámica fue en parte alentada por nuestro país. En 2019, la Secretaría de Agroindustria informó que las autoridades de Beijing habilitaron la exportación argentina de carne enfriada y con hueso. Se firmaron los protocolos de carne bovina para la inclusión de carne enfriada con y sin hueso y congelada con hueso, que se sumaron a la carne congelada deshuesada que ya se exportaba, sin tener en cuenta el consumo nacional.
 
El 75% de las exportaciones de carne tienen como destino a China. Con una población de 1400 millones de habitantes y una economía creciendo sostenidamente, el pueblo chino incorporó proteínas a su dieta y se habituó. Hoy, cualquier mínima suba de sus compras, eleva el precio internacional. Brasil está sufriendo una situación similar con su principal alimento, el arroz. El gobierno del hermano país abrió la importación para bajar el precio que ya escaló un 85%.


En síntesis, en Argentina, la única forma de desacoplar los precios que puede pagar China del que pagamos en nuestras carnicerías y lo mismo sucede con las demás exportaciones de alimentos, consiste en:


a) Se debe frenar con la constante devaluación de nuestra moneda, ya la devaluación la hizo el gobierno de Cambiemos cuando ajustó el tipo de cambio entre fines de abril y fines de julio de 2018 en un 100%, no se requiere de mayor devaluación, al contrario se requiere de recuperar el valor del peso.  Néstor Kirchner cuando asumió el 25 de mayo de 2003, el dólar oficial estaba a $ 3,50.- y cuando dejó de ser Presidente de la República, el 9 de diciembre de 2007, el dólar oficial valía $ 3,22.-  Revalorizó nuestra moneda y con ello los activos y el trabajo argentino.


b) Se deben aumentar fuertemente los Derechos de Exportación (retenciones) que es del 30% para la soja y para los demás granos y carnes es del 12%, se desacoplan los precios y el Estado nacional obtiene mayores recursos de las exportaciones


c) Se debe imponer un cupo máximo de exportaciones para resguardar el mercado local.



Horacio Rovelli

Tucumano, Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.