La propuesta del poder económico
El economista tucumano, Horacio Rovelli, analiza la situación actual de la economía Argentina de cara a las negociaciones que el ministro, Martín Guzmán, lleva adelante en Estados Unidos en busca de renegociar la deuda con el FMI.
Martín Guzmán con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. Foto Télam.-
Fuente: Secretaría de Hacienda de la Nación
Obviamente se debe realizar un sideral cambio en las cuentas públicas si se quiere realmente impulsar el mercado interno. Se debe sí o sí cobrar impuestos a los sectores de mayores recursos y aumentar los derechos de exportación (retenciones) que implica mayores recursos para el fisco y a la vez menores precios para el mercado local. Paralelamente se debe incrementar fuertemente la obra pública (gran dinamizadora por sí y demandante de mano de obra) y las transferencias (gasto social, subsidio al transporte y la energía en las provincias más pobres).
Si no se adoptan medidas de cobrar impuestos y apuntalar la inversión pública, el Estado no garantiza que la economía crezca un 7% anual y, es desaconsejable bajo todo punto de vista, poner como meta reducir el déficit fiscal cuando es el Estado el que debe obrar de multiplicador de la inversión y acelerador del nivel de actividad.
Sin embargo, el CAA (Consejo Agroindustrial Argentino) que se conformó en julio de 2020 con más de 40 cámaras y entidades como CONINAGRO (Confederación Intercooperativa Agropecuaria), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA) y, que tiene asociados y sectores diversos, pero que contemplan prácticamente todos los integrantes de las cadenas de valor agropecuarias: Los productores de carne avícola, vacuna y porcina; las industrias y cámaras ligadas a la producción de soja, maíz, trigo, arroz, maní, algodón, madera y pesca, entre otros; y las empresas exportadoras nucleadas en el Centro de Exportadores de Cereales (CEC, donde participan Aceitera General Deheza, COFCO, Cargill, Oleaginosa Moreno-Glencore, Bunge, Louis Dreyfus, etc.). A ello, se suman las Bolsas de Cereales y acopiadores de todo el país, uniendo productores, acopiadores, comercializadores, industriales, biocombustibles y exportadores, trabajan en un proyecto de ley que les permita la amortización acelerada de inversiones para todos los sectores de la economía agroindustrial (con lo cual si una máquina se amortiza en 10 años, contablemente imputan su valor en 5 años y de esa manera reducen la ganancia que deben liquidar de dicho gravamen). También para las nuevas inversiones solicitan la devolución del IVA en el plazo de un año (no van a pagar el IVA que pagamos todos los trabajadores en la más amplia mayoría de los productos y servicios que consumimos).
"Esta es una de las pocas obras de infraestructura multimillonarias que va a ser financiada íntegramente por el sector privado", asegura Gustavo Idígoras, quien dirige la Cámara de Exportadores de Cereales, la Cámara de Industrias Aceiteras de la República Argentina y el Concejo Agroindustrial Argentino. Lo que Idígoras omite cuando habla de la financiación privada son los millonarios subsidios estatales recibidos por Jan De Nul desde 1995, que llegaron a 40 millones de dólares por año, además de cobrar el peaje.
En una nota pública que el escritor Mempo Giardinelli le hizo al Presidente de la República, que tituló “Entregar el Paraná es como entregar Malvinas” dice: “Porque nuestro río, exige administración propia, o sea nacional, para que al cuidado esté nuestra gente, la AFIP cobre fuertes impuestos a los agroexportadores, la Unidad de Investigación Financiera (UIF) sea el organismo de control de lavado de dinero, el SENASA asegure la salubridad de todo lo que entra o sale por sus aguas, y la Prefectura Naval ejerza severos controles. Ninguno de esos objetivos debiera ser tercerizable y menos en manos extranjeras”.
Finalmente, Mempo Giardinelli le escribe: “El Decreto 949/2020, que dispone el dragado y balizamiento del Canal Punta Indio, obliga a que la salida al mundo de nuestras exportaciones se haga desde el Puerto de Montevideo, que pertenece a las mismas multinacionales que operan sobre el Paraná. Los beneficiarios son las grandes hiperconocidas: Cargill, Dreyfus, Bunge, etc. Por eso le pedimos que no entregue el Paraná”.
En su Sermón del Monte (Mateo 5-7) Jesús dijo: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".
Horacio Rovelli
Tucumano, Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.