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La IVE, un fenómeno pocas veces visto en las conquistas jurídicas

Opinión

La abogada constitucionalista Laura Casas reflexiona sobre la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria y analiza los desafíos de su efectiva aplicación.

La foto es de Colectivo La Palta


El 8 de marzo se conmemora el día de la mujer. Es una fecha en la que se recuerda a aquellas mujeres que murieron incendiadas en una fábrica luchando por sus derechos.

Es una fecha para hacer un recorrido de los derechos conquistados y los derechos que le faltan a un colectivo cada vez más diverso y cada vez más consciente de sus luchas.

Este 8 de marzo nos encuentra con un derecho más: la interrupción voluntaria del embarazo. La Ley 27610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), entró en vigencia en todo el territorio argentino el 24 de enero de 2021.

La interrupción voluntaria del embarazo, como derecho de las mujeres y las personas gestantes, fue una de las demandas que más fuerza alcanzó en los últimos años en nuestro país. Y fue uno de los derechos alrededor del cual se movilizó gran parte de la sociedad argentina con una matriz inter generacional que exhibió una llamativa potencia.

Esta demanda aglutinó a un movimiento que además de diverso, se fue transformado en una enorme marea, con la fuerza propia del calor de las calles, pero además que supo construir reflexiones profundas y argumentos sólidos desde la perspectiva de salud, desde lo jurídico, desde la filosofía y que fue nutriendo y convenciendo de la necesidad de ampliar la ciudadanía sexual, reproductiva y no reproductiva de las mujeres y personas gestantes.

Esta ley es producto de una intensa reflexión que tuvo lugar en nuestro país, una muestra de la democracia deliberativa y de acuerdos entre distintos sectores No sólo significó una demanda inter generacional, lo que la convirtió en un fenómeno pocas veces visto en las conquistas jurídicas, sino que también atravesó a los distintos partidos del arco político que se hicieron eco de este reclamo de casi tres décadas.

La ley garantiza el derecho a decidir de las mujeres y personas gestantes sobre su cuerpo, y salda una deuda con un tema que claramente revelaba una desigualdad que costó la vida de muchas mujeres y que era  inaceptable en un estado democrático.

Ahora el desafío está en la aplicación de la ley, en la modificación de las prácticas que existen en el sector salud y en la justicia para que este derecho se materialice y sea efectivo.

Quisiera terminar estas palabras recordando a una mujer pionera en la demanda de derechos de las mujeres en esta provincia: Soledad Aráoz, quien repetía siempre esta frase tan elocuente este 8 de marzo: “¡Por la desobediencia debida, salud mujeres”!!

La autora es Abogada Especialista. Profesora de Derecho Constitucional UNT.