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Hijos, juegos virtuales y realidades paralelas

TRIBUNA ABIERTA

Roblox, Free fire, Fortnite, Minecraft son algunos de los juegos virtuales que invaden nuestros hogares. Vamos a intentar poder mirarlos criteriosamente, para y por nuestros niños.


Esta era digital, impregnada y atravesada por el mundo tecnológico, resulta inevitable y, más aún, por estos tiempos extraordinarios de pandemia. Roblox, Free fire, Fortnite, Minecraft, son algunos de los juegos virtuales que invaden nuestros hogares.

Las características de estos juegos mencionados son similares. En todos está la falsa realidad, ese mundo donde se le atribuyen súper poderes y, lo más preocupante -por supuesto a mi entender-, es el objetivo del videojuego: en todos deben sobrevivir, matando gente. Parece ser que el niño en su soledad frente a la pantalla jugase con la violencia.  

Más allá del objetivo de estos juegos, se podrían enumerar otra serie de desventajas por el uso de los mismos:

- Incrementa el sedentarismo, los niños no hacen movimientos
- Limita la capacidad creativa y la inventiva
- Crean una realidad falsa
- Los vuelven agentes pasivos de su aprendizaje  
Los niños y adolescentes se pueden involucrar demasiado y hasta obsesionarse con los juegos de video. El dedicar grandes cantidades de tiempo a jugar estos juegos puede crear problemas que conduzcan a unas destrezas sociales pobres, quitarle el tiempo que le dedica a la familia, al trabajo escolar y a otros pasatiempos.

Por supuesto que exceptuar a los niños de la tecnología no es lo recomendable, ya que, como lo mencionamos más arriba, lo importante no es el uso sino el abuso de ellos

Por un momento, si recordamos nuestras infancias, se nos vienen a la memoria los juegos de mesa, los de movimientos, los que permiten interactuar con el otro. El lenguaje, conectarnos, interactuar, manejarnos con empatía y, sobre todo, lo que aprendimos que es un juego, donde se gana o se pierde, pero se trata de un juego al fin.

Esta tarea de nosotros como papás implica un contexto de reglas, normas que deben estar presentes en la dinámica familiar. Como pude expresar en otros escritos, nuestra tarea de educar camina en la línea fina entre compartir tiempo y dedicarles momentos, así como posicionarnos como autoridad y abrazarlos con los límites.

Si nuestros hijos utilizan la tecnología, específicamente los juegos virtuales, algunas de estas sugerencias podrían ser consideradas por los padres:

- Interiorizarse con el contenido del juego. Si pueden jugarlos, mejor, así conocerán de cerca esa realidad virtual.

- Conversar con sus hijos (siempre teniendo presente la edad del niño) sobre las características del juego.

- Seleccionar los juegos, tanto en contenido como en nivel de desarrollo.

- Advertirles claramente a los niños sobre el potencial de peligro serio de los contactos y relaciones en Internet mientras está jugando juegos en línea.

Nadie necesita lo que no conoce, brindemos posibilidades de juegos, estimulemos la creatividad, ofrezcamos un abanico de diversiones y entretenimientos. Les mostremos a nuestros hijos que podemos jugar y que el mundo interno se expanda.

Y con respecto al uso del celular, me tomo el atrevimiento de dejarles estas líneas.

Decálogo de lo que un niño necesita:

Un niño necesita desarrollar la creatividad, no manejar a la perfección el celular.

Un niño necesita dialogar cara a cara, no mandar emoticones.

Un niño debe aprender a jugar en la naturaleza, no a ser un robot frente a una pantalla.

Un niño necesita el movimiento, no estar sentado con el chat en la mano.

Un niño necesita expresar sus emociones, no enviar caritas tristes o alegres.


**Cecilia María Lozano es asesora pedagógica de escuela pública. 
Contacto al correo [email protected]

Cecilia María Lozano

Psicopedagoga. Comunicadora. Escritora. Mamá de dos niños: Lucas y Juan. Mi objetivo es guiar a los papás modernos sobre una crianza armoniosa.