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La curiosa forma de pensar de la derecha criolla

TRIBUNA ABIERTA

El Ingeniero Antonio Leone escribió una reflexión ante las iniciativas para modificar el nombre del Hospital de Día Presidente Néstor C. Kirchner en homenaje al Dr. Jesús Amenábar.

Foto: Ministerio de Salud Pública


Curiosa forma de pensar tiene la derecha criolla. En nuestra provincia se nota mucho.

Cada vez que hay alguna oportunidad, proponen “cambiar el nombre” al Hospital de día Carlos Néstor Kirchner. Parece que fuera el único hospital de la Provincia, porque nunca se les ocurre otro nombre.

Probablemente muy pocos sepan quien fue Zenón Santillán o por qué se llama así el Centro de Salud. Pero a nadie se le ocurre cambiar su nombre, ni el del hospital Nuestra Señora del Carmen. Ni el de ningún otro.

Justamente un mes de setiembre, pero del año 1955, se producía el golpe que se llamó a sí mismo revolución libertadora pero que siempre será recordada como “la fusiladora”.

Pocos lo saben, porque no nos lo enseñan en la escuela, que otro 16, el de junio del mismo año, había comenzado ese fragote cívico militar, heredero del desgraciado golpe del 30 y predecesor de tantos que llevaron a la Argentina en la cuesta debajo de la historia hasta la más negra noche del 76.

Empezó con el bombardeo de la Plaza de Mayo, cuando aviones de la marina descargaron 14 toneladas de explosivos y metralla sobre la población civil indefensa sin ningún aviso previo.

Era la primera vez que una fuerza armada bombardeaba a su propio pueblo y en tiempo de paz. Se arrojaron más explosivos que sobre Guernica y muchos más que en el bombardeo a la Casa de la Moneda en Chile en 1973.

Con el triunfo del golpe del 55 comenzó la represión a los trabajadores, a los civiles y militares leales que culminaron con el fusilamiento público del General Valle y de sus camaradas y el fusilamiento, este clandestino, de civiles en los basurales de J. León Suárez.

Estas acciones fueron el principio de la proscripción del peronismo durante 18 años, intentando cortar de cuajo no una ideología sino una idiosincrasia, una identidad, un modo de aspirar a vivir y que se resumía en otro orden, el de las mayorías trabajadoras representadas y protegidas desde el Estado. Privilegiados eran los niños y derechos eran los que obtenían los trabajadores.

En marzo del año siguiente, en 1956, Aramburu firmaba el decreto 4161, que prohibía “la utilización, con fines de afirmación ideológica Peronista, efectuada públicamente, o propaganda peronista, por cualquier persona”. Se prohibía además “la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el nombre propio del Presidente depuesto, el de sus parientes; las expresiones ‘peronismo’, ‘peronista’, ‘justicialismo’, ‘justicialista’, tercera posición, la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales Marcha de los Muchachos Peronistas y Evita Capitana, y los discursos del presidente depuesto o de su esposa, o fragmentos de los mismos”. 

Como ven, nada nuevo en pretender borrar nombres y así borrar la Historia.

La muerte siempre fue el recurso que usaron para bloquear los intereses populares.

Estos intentos de suprimir los nombres de quienes son o fueron nuestros líderes se mostraron absolutamente infructuosos a lo largo del tiempo: Antes que en edificios o calles, esos nombres están escritos con letras indelebles en el corazón del pueblo.

Estos intentos, lejos de ser para homenajear a nadie, sólo buscan desaparecer nombres que les molestan, nombres y circunstancias a los que odian.

Hace tiempo que renuncié a procurar que los ideólogos de la derecha abandonen su odio. Estas líneas son para que aquellas personas de corazones generosos que, atribulados por la pena de una muerte injusta adhieren inocentemente a una propuesta que lastima y ofende a cientos de miles de tucumanes.-

Antonio Leone
13 de setiembre de 2020.