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Educarte es emocionante

TRIBUNA ABIERTA

A nuestros hijos hay que enseñarles a reconocer la emoción presente, ayudarlo a ponerla en palabras, nombrándola. Mientras nosotros adultos podamos saber tramitar nuestras emociones, reconocerlas y actuar saludablemente, demos por hecho que nuestros hijos lo aprenderán.


- Juan : Mamá se me murió la plantita.
- Madre: hijo no llores, no es nada grave.

Cuantas veces expresamos estas , y otras frases más, sin saber, y desconociendo, que la tristeza es parte de la vida, y que para nuestros hijos, esa emoción en ese momento, es muy significativa.

Además de mi profesión, que tantas satisfacciones me da, también soy mamá de dos niños. Quién de nosotros no vio películas infantiles, si no lo hicieron, no saben el mundo de fantasía  que se pierden.

Inside out (al revés) Intensamente, esa película de Pixar, tan premiada e ilustrativa de lo que sucede dentro de nosotros, en nuestra mente: Muy bien pensada,dejándonos para analizar , cuán complejo es el mundo interno de nuestros niños, y cuantas veces lo subestimamos.

Su trama se desarrolla en la mente de una niña, Riley Anderson (Kaitlyn Dias), donde cinco emociones —Alegría, Tristeza, Temor/Miedo, Furia/Ira y Desagrado/Asco, caracterizadas con un color y una forma particular.  buscan guiarla en el día a día de su vida, Alegria, ella  optimista y  feliz ,quien  intenta convencer a Tristeza, menos positiva, aunque comprensiva.Junto a   furia,   personificado de color  rojo, un tanto gruñón, es quien se encarga de dar respuetas, ante  situaciones que salen del control..También se hace presente el miedo, quien anticipa un posible peligro a Riley,  y por último, desagrado, ella asqueada de las cosas que no huelen bien.

Tan gráfica  y  tan real, es esa vida emocional de nuestros niños.

 Se preguntarán ¿Qué son las emociones?¿Cuánta importancia tienen en nuestras vidas? Las mismas, son esas respuestas ante estímulos, que todos experimentamos, tan necesarias para el crecimiento afectivo. Así, como los niños aprenden a manejar su bicicleta, nadar,  saltar, relacionarse, con la misma importancia, nuestros hijos  necesitan cultivar su inteligencia emocional. Esa habilidad ,se aprende , se enseña. Aquí es donde pretendo remarcar, si buscamos el crecimiento afectivo,  e intentamos  que nuestro hijo se desenvuelva exitosamente  en su vida cotidiana, con amigos, familia,  padres( la vara del éxito la miden ustedes)entonces, manos a la obras papás, que a gestionar emociones se aprende y  a reconocerlas y trabajarlas se enseña.

Este niño que puede  sobrellevar  sus sensaciones  , seguramente podrá iincorporar aprendizajes escolares, entender matematica, leer y comprender lengua , jugar con sus compañeros, digamoslo asi,  transitar su escolaridad satisfactoriamente. ¿y por qué? justamente porque reconocer, pensar y actuar para encauzar la emoción, le posibilita prestar atención, calcular, razonar ,concentrarse, memorizar,  estos procesos cognitivos indispensables para aprender.  

Albert Eistein nos decía¿ pretenden que sus hijos sean inteligentes? leanle cuentos, ¿intentan que sean más inteligentes? leanle más cuentos.

Y si, una de las herramientas que debemos explotar , es la lectura de cuentos, no importa la edad, interesa el contenido, y el acto.

A nuestros hijos hay que enseñarles a reconocer la emoción presente,ayudarlo a ponerla en palabras, nombrandola.Por supuesto que esta posibilidad de hablar sobre la emoción, implica haber instalado un  canal de comunicación previamente: no me imagino la situación de intentar que nuestro niño exprese, cuando no está acostumbrado al diálogo con sus padres, el niño estaría desorientado y sus padres también. Si no se instauró esa fluidez, no es tarde, quizás una manera de llegar ahí, es haciendo la pregunta en forma asidua, ¿como estás hoy? ¿cómo te sientes? ¿qué es lo que más te gustó del día de hoy ?Al comienzo resultará incómodo para ambos,con el transcurso del tiempo, se hará  natural.

¿Y cómo ayudo a mi hijo a gestionar sus emociones ?Comencemos por intentar que la reconozca, que  pueda nombrarla, y  hacer visible  su origen, ahí estaremos nosotros siendo soporte.

Otro punto importante, es estimular la empatía, decir por ejemplo ¿qué crees que sintió ese niño cuando le hicieron burla? Ponerse en el lugar del otro, tremendo valor en estos tiempos de pandemia.

Cada niño es diferente, único , aplausos por la individualidad, que de ella nacen los crecimientos, con esto quiero decir  que nuestros hijos tienen  maneras individuales de expresar sus impresiones, algunos prefieren  dibujar, otros estar un lugar específico, quizás cantar, etc, actuemos acordes a su forma de ser y necesidades.

Después de las emociones, debería haber  aprendizajes, para ello, está el mundo de fantasía que caracteriza la infancia, los cuentos, los personajes, depende de ustedes como usarlos, para hablar de esas experiencias emotivas.

El mayor legado, la mejor siembra que podemos generar es el ejemplo, por excelencia es el que pisa fuerte. Y si, mientras nosotros adultos podamos saber tramitar  nuestras emociones, reconocerlas y actuar saludablemente, demos por hecho que nuestros hijos lo aprenderán.

Te siento y te educo, te educo y me emociono.Dejar el  lugar a la alegría, abrazar la tristeza, afrontar el miedo, asumir el enojo, como adultos que sienten, que se encuentran  en la emoción, que la pueden nombrar y administrar.  Ese es nuestro  camino emocionante de educar. 



**Cecilia María Lozano es asesora pedagógica de escuela pública. Contacto al correo [email protected].

Cecilia María Lozano

Psicopedagoga. Comunicadora. Escritora. Mamá de dos niños: Lucas y Juan. Mi objetivo es guiar a los papás modernos sobre una crianza armoniosa.