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Lo que pasa en Tafí del Valle

TRIBUNA ABIERTA

Un análisis sobre la tensa situación que se está viviendo en Tafí del Valle donde un operativo policial detuvo a la cacique Margarita Mamaní.

Margarita Mamaní fue detenida por la policía mientras realizaba una protesta en la ruta de acceso a Tafí del Valle


El asunto no pasa por Margarita, por las discrepancias sobre la ley, ni toda la caterva de estupideces que alegan para ocultar lo que está a la vista: quieren abrir el paso para que los y las que tienen su casa quinta en uno de los lugares más bellos de Tucumán, pasen su cuarentena en la impunidad con la que viven su día a día. Y como tienen concubinos en la justicia, pueden.

Si no les importa la salud del valle cuando desangran las montañas en sus enduros o ensordecen la fauna animal con sus cuatriciclos, mirá si les va a importar la salud de los pobladores a los que consideran solo como mano de obra descartable.

Si esto no fuera así, la detención de Margarita Mamaní no tendría mayores repercusiones, pero, -¡Oh casualidad!- no bien establecida la conspiración, las rutas se ven conmocionadas de automóviles. Sugestivo a más no poder ¿no? y en fin de semana largo. Si no lo querés ver es porque sos cómplice.

Si dicen que aman este valle, deberían interesarse por su gente que, hasta ahora estuvo bien, con buena salud, aislada y cuidada. Pero lo cierto es que el alcance de su empatía, de su solidaridad y de su ética muere en el pozo de su ombligo.

No es solo la comunidad originaria la que está en la ruta, son muchos más y, si pudiera, estaría también junto a mis hermanos y hermanas cuidando de lo que quiero y de los que quiero.

Tafí del Valle no es la única población "blindada", son muchas, pero es la única comunidad atacada sistemáticamente, eso sí. Pregúntate por qué...

Así que cuando carguen su doble cabina para ir a pasar su cuarentena a su casa quinta de fin de semana, violentando el confinamiento y la voluntad de un pueblo, recordá esto: no hay excusa para ser un sorete. 

Es simplemente esa brújula moral suya aprendida desde los albores de su genética familiar que les conmina a cagarse en el otro a cualquier precio. La vida de los que a duras penas consideran humanos, por ejemplo.

Los calchaquíes, una vez más, resistiendo al conquistador.