Incoherencias, contradicciones e ignorancia

Perplejidad, dolor y vergüenza me produjeron las palabras del Director Interino del Instituto Técnico de la UNT, Arq. Marcelo De Innocentiis, al reivindicar el Golpe de Estado y el terrorismo que generó en nuestro país, durante largos 8 años, que nos afectó a todos los argentinos.

El Arq. compara dos hechos absolutamente inconmensurables: la actitud del personal militar y policial en el momento más terrible de una pandemia global causada por un virus,  entidad biológica, con el Terrorismo de Estado, orquestado por hombres que, en lugar de trabajar en pos del bien común y de los ciudadanos, recurrió a los asesinatos, las torturas, la usurpación de recién nacidos, las cesantías, la corrupción económica, entre otras aberraciones.  El primer hecho es reconocido por todo el pueblo argentino, mientras que el segundo nos enfrenta al horror, ocasionado por quienes se arrogaban la defensa de la patria a costa de la muerte.

Su comparación es mal intencionada por  2 razones: en primer lugar,  por su significado profundo, que justifica la violencia de estado,  y, en segundo lugar, por la utilización que hace de ella en momentos en que el país tiene el desafío de  unirse solidariamente.  Reconocer la labor de las fuerzas militares, policiales y de seguridad en momentos de una crisis sanitaria no legitima el terrorismo de estado. Muy lejos están las dos posturas.

El mensaje del funcionario,  defendiendo la muerte y la violencia, muestra que no está a la altura de la UNT, que nació al calor de la democracia y que fue diezmada, en términos de personas torturadas, encarceladas, muertas o cesanteadas, durante el Proceso Militar. No sólo produjo un vaciamiento de estudiantes, docentes y no docentes, sino que vació a las instituciones universitarias de ideas. Hechos que, vergonzosamente,  el Arq. De Innocentiis desconoce.  

Las escuelas de la UNT, en particular, y de todas las escuelas, en general, deben favorecer el pensamiento crítico, entrenar en el ejercicio de la democracia y  generar profundos lazos interpersonales.

La violencia es hija de la ignorancia, mientras que el verdadero conocimiento es uno de los mejores instrumentos para la emancipación, según Kant en el siglo XVIII, entre otros. Pero, el Arq. De Innocentiis, desgraciadamente, desconoce que el Ejército, en plena dictadura  no “protegió al pueblo manso de los secuestros y las bombas….”, según admitió,  sino que quebró el estado democrático para imponer un régimen dictatorial, basado en el horror. Su declaración es falsa, no respeta los hechos y es profundamente injusta.

Adhiero a la propuesta de su remoción por el bien de la universidad pública y de la memoria, la verdad y la justicia.