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La cabecita, la puta, la santa, la actriz, la política: Eva Perón, ¡viva 100 años!

OPINIÓN

La vida de Eva Perón, su muerte y posterior influencia admiten sin mucho esfuerzo una lectura teatral | Por Marcos Acevedo

La Eva Perón, de Copi, una de las obras más representadas en el teatro argentino.


La vida de Eva Perón, su muerte y posterior influencia admiten sin mucho esfuerzo una lectura teatral. Hija no reconocida de una familia que tuvo que disputar un lugar en el velorio del padre, viaja sola a los 15 años a Buenos Aires con el proyecto de ser actriz, luego militante política, promotora del voto femenino, primera dama, una prematura muerte a la simbólica edad de los 33 años, el interminable velorio, el secuestro de su cadáver. La condición escénica siempre es premeditada y diseñada para el efecto y esos hitos, que podrían ser muchos otros, permiten vislumbrar una biografía excepcional como pensada para ser representada.

Ese es el origen del mito o, mejor dicho, de los mitos. Porque su historia admite muchas formas de ser narrada: la cabecita, la puta, la santa, la actriz, la política, la de “viva el cáncer”, la de los vestidos Dior, la abanderada de los humildes. Hoy se cumplen 100 años de su nacimiento y quizás podríamos pensar en por lo menos un centenar de visiones sobre Evita.

La ficción además fue parte de su vida: actriz de radio-teatro, de teatro y cine. Eva fue simultáneamente la musa que inspiró obras musicales, cinematográficas, literarias, performáticas, plásticas y teatrales. Cada una de ellas ha explorado algo que podría ser una porción del caleidoscopio con mayor o menor grado de belleza y singularidad. Pero la mayoría de las veces esos abordajes han resultado planos e insuficientes. Quizás por ser una pintura demasiado amable o una caricatura feroz o tal vez por intentar una objetividad histórica desprovista de poesía.

Un ejemplo es la Eva Perón de Copi que pone en marcha una maquinaria teatral intensa en términos escénicos, por la espesura y desmesura de los personajes, las tensiones de los conflictos, la ucronía de los sucesos, la originalidad poética. Sin embargo, como abordaje de la figura de Evita resulta plano, porque en esa hipótesis de una villana, egoísta y caprichosa no puede explicarse el tremendo impacto social de su figura y el incondicional apego que generó en las masas populares. 

Una condición del arte es su capacidad de complejizar, de agregar planos de lectura, de abrir universos de interpretación, de generar nuevas sensibilidades, de insuflar nueva vida… todas esas miradas producciones artísticas juntas quizás puedan dar cuenta de ese fenómeno social, cultural y político nacido en un insignificante pueblo que sigue generando reflexiones, adhesiones y rechazos, con un posicionamiento de vanguardia y profundamente humano. ¡Viva 100 años!


* Marcos Acevedo es autor teatral, actor, gestor cultural y actual Secretario de Cultura de Tafí Viejo. Interpretó a la madre de Eva Perón, en la obra icónica de Copi. Esta noche integrará el homenaje que se realizará a Evita, en Viva Perón (Miguel Lillo 388)