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Urge la creación del Registro del Abogado del Niño

OPINIÓN

Abogada y docente de Derecho en la UNT, Flaviana Yubrin demanda dejar de lado discusiones partidistas y aplicar la ley para garantizar a los niños, niñas y adolescentes un abogado que ejerza la defensa de sus intereses personales e individuales.


Los tucumanos asistimos atónitos a una crisis de indolencia institucional frente a la vulneración sistemática de los derechos de los niños nunca antes tan evidente. Como contrapartida podemos considerar a este momento una oportunidad única e invalorable para que la ciudadanía tucumana, y los poderes del Estado, empiecen a mirar a nuestros niños como verdaderos sujetos de derechos.

Saldar la inmensa deuda que tenemos con nuestra niñez no debe reducirse a una confrontación discursiva y partidista. Por el contrario, debemos avanzar urgentemente en garantizar a TODOS los niños, niñas y adolescentes un abogado que ejerza su defensa técnica en función de sus intereses personales e individuales ante cualquier procedimiento que los involucre, siendo obligación de todas las autoridades intervinientes, informarles sobre su derecho a ser asistido por un ABOGADO especializado.

Más allá del color de pañuelo que cada uno decida o no portar están los DERECHOS DEL NIÑO, derechos incuestionables de raigambre constitucional que nos permiten mirar la problemática actual de nuestra provincia desde una perspectiva no binaria.

Hace varios años se viene trabajando y luchando por la creación en el ámbito provincial del Registro de Abogados del Niño, Niña y Adolecentes; nada menos que dar cumplimiento a lo establecido por la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, el Pacto de San José de Costa Rica, la Ley Nacional 26.061 y la Ley Provincial 8293.

Si bien existen diversos proyectos presentados en la Legislatura desde el año 2015 (entrada en vigencia del Código Civil y Comercial) y se viene aplicando esta figura de manera pretoriana sólo en algunos casos judiciales, sin una normativa que lo reglamente.

Ayer y hoy nos vemos enfrascados, todos como sociedad, en una guerra de matices y dejamos de lado a una niña totalmente vulnerada y lesionada, desde lo físico, psíquico, emocional y jurídico, que como cualquier sujeto de derechos, tuvo, tiene y tendrá el derecho -valga la redundancia- a ser escuchado y a que su opinión sea tenida en cuenta.

La preocupación está latente, nos ocupemos -cada uno desde nuestro lugar- en bregar por el respeto y el ejercicio de los derechos.

Salvaguardar a nuestros niños es un imperativo moral y supra constitucional aún no respetado en Tucumán. La Creación del Registro de Abogados del Niño sería un buen comienzo.