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¿Cómo vas a echar a Forestello?

OPINIÓN

La salida del DT de San Martín tomó por sorpresa al mundo Ciruja. Por qué no fue una decisión acertada la del presidente de San Martín.

Rubén Forestello. (Crédito: Daniel Sal, Esto es San Martín)


De todos con los que se reunió fue el que más le gustó al Presidente. Le impresionó el conocimiento al detalle del plantel. Entre ellos, por citar un ejemplo, a Graciani, al que lo puso un par de veces, no rindió y no jugó más. Eso significa no casarse con nadie. Agarró un equipo golpeado que no podía ganar de local y tenía a Prediger de capitán. Convenció a Bieler, le puso la cinta, transformó física y futbolísticamente al equipo, arrancó mandando al banco a Gonzalo Rodríguez y después sí le dio alas. Sacó agua de las piedras con jugadores como Serrano, Altuna y Busse. Se bancó la presión para que los jugadores sean libres y brillen. Cuando cayó en Adrogué, la entereza se tradujo en una arenga inolvidable para levantarse y ganar el Reducido, y ascender a Primera a San Martín, y devolver a Primera a San Martín después de diez años. ¿Y a la primera de cambio lo cambiás?

Potenció a un plantel que había heredado de Cagna y lo hizo ascender. Ahora que lo armó, ¿no va más? ¿Creías que ibas a ganar los primeros cuatro partidos caminando? Sí, la adaptación cuesta más de lo esperado. Lo que pasa en la vereda del frente también pesa. ¿Pero se va? ¿Lo echás? ¿Lo rajás? Con dos partidos seguidos de local en Ciudadela por delante, contra Argentinos (también echó al DT) y Banfield (se comió tres contra Huracán hace un ratito), ¿y Rubén Darío Forestello deja de ser el técnico de San Martín? ¿En serio? Porque una cosa es meter el volantazo que metiste en el verano, sacando a Cagna para que asuma Forestello, ¿pero ahora? Si algunos refuerzos todavía ni siquiera jugaron. ¿Vitale se pasó de vivo? Perfecto, a la Reserva. ¿Tino Costa llegó lesionado? Error. ¿El 4-1-4-1 no va más? Ok, de acuerdo. Pero estamos hablando de un técnico que sabe cambiar. Que lo cambien ahora no se justifica ni por los benditos tiempos del fútbol. Cuatro fechas, señores. Cuatro van. Ojalá por el bien de San Martín estas palabras se prendan fuego, ¿pero quién garantiza que el técnico que venga no necesitará también su período de adaptación? Y entre adaptación y adaptación, el torneo sigue y las fechas pasan.

Adiós, Rubén. Hasta siempre, Darío. Suerte, Yagui. Como dijo el propio Forestello: "Con las cosas que están pasando cómo vas a andar llorando".