Top

Carlos Alsina: "vivimos en una Dictacracia que va asumiendo rasgos cada vez más autoritarios"

Entrevista

El dramaturgo tucumano celebra medio siglo de arte y estrena este sábado una versión de “Terror y miseria del Tercer Reich” de Brecht donde invita a pensar la experiencia del nazismo desde nuestro presente. Política, autoritarismo y el rol del arte en la batalla cultural. Por Exequiel Svetliza.

Fotos: Sofía Rotger





Con 50 años de labor artística sobre los hombros, Carlos Alsina es uno de los más grandes referentes históricos del teatro tucumano y siempre una palabra autorizada para hablar de las intricadas relaciones entre el pasado y el presente y entre el arte y la política; caminos que también se cruzan en “Terror y miseria del Tercer Reich”. La obra que estrenará este sábado 21 de junio a las 22 en el Teatro Independiente "El Pulmón" (Córdoba 86) es una versión libre de la pieza donde el alemán Bertolt Brecht indaga sobre el ascenso de Adolf Hitler al poder durante el nazismo. En un contexto nacional marcado por la represión y la avanzada del gobierno contra la cultura nacional, la obra mete los dedos en las llagas del presente para invitarnos a pensar. 

En tránsito constante entre Italia y su Tucumán natal, Alsina ha vuelto una vez más a la provincia para aportar su arte desde el teatro El Pulmón, su trinchera en tiempos de batalla cultural. A lo largo de los 23 años que lleva funcionando como teatro independiente, el dramaturgo tucumano ya ha representado 36 obras propias en este espacio. “Pienso que el teatro debería ser un lugar de resistencia crítica”, dice el autor en diálogo con eltucumano.com antes de volverse a lanzarse otra vez a las tablas con la enjundia característica de quien lleva medio siglo de trayectoria artística. 

 

-¿Cómo surgió la posibilidad de hacer esta versión de “Terror y miseria del Tercer Reich”? 

- Poner en escena esta versión libre sobre "Terror y Miseria del III Reich" surgió como una necesidad personal acuciante frente a los fenómenos que sacuden al mundo y a nuestro país, por supuesto, y ante el crecimiento de expresiones neo-fascistas y neo-nazis que, no sólo niegan e incluso reivindican genocidios no solo ya cometidos y demostrados, sino que, hoy mismo, los promueven y practican. Se trata de un fenómeno global que avanza y me preocupa a pesar que la situación es muy dinámica y cambiante. La desilusión de millones de personas en las alternativas politícas precedentes, la llamada colonización algorítmica y la fragmentación y el aislamiento entre las personas - fenómeno profundizado por la pandemia - contribuyeron a la toma del poder por personajes nefastos que promueven el "sálvese quién pueda", el "todos contra todos" y el "me salvaré yo y los míos. Los otros no me importan". El peligro de una guerra devastadora se avizora; guerra que podría poner en peligro el planeta, nuestra especie y todas las demás

Puse otra versión de esta misma obra en Verona, en 2019, ciudad tradicionalmente de derecha, para oponernos a un Festival musical de bandas neo-fascistas auspiciado y promovido por la Municipalidad de esa ciudad, cuándo ya se entreveía el crecimiento de esas expresiones políticas violentas que hoy están en el poder en Italia. En el 2023 hice otra versión en Milán, con otro elenco, ante el inminente gobierno de ultra-derecha en ese país.

 

-¿Cómo dialoga la obra con el presente del país y qué puede aportarnos Brecht para pensar estos tiempos?

-Brecht nos permite pensar y reflexionar sobre las causas que motivan los fenómenos. Creo, habiendo vivido en Berlín, investigando sobre el teatro de Brecht, teniendo acceso a manuscritos aún inéditos e, incluso, frecuentando a su hija y su familia y descendientes, que Brecht se preguntó sobre el ascenso de Hitler al poder, sobre todo, durante sus 15 años de exilio. "Cómo fue posible que éste desequilibrado haya llegado al poder apoyado por millones de personas?" se preguntó.

-Son momentos de mucho ataque a la cultura nacional desde el discurso y las políticas del gobierno ¿Por qué? ¿Cuál crees que es el objetivo de esa batalla cultural?

- Acerca de las motivaciones del ataque feroz y destructivo de este gobierno a la cultura nacional, creo que es algo distinto en relación al fenómeno alemán. En el caso del nazismo (y del fascismo en Italia) se promovía una "cultura nacional" y racial como base para la construcción de "un imperio que durara 1.000 años". En el caso del patético fenómeno del mileísmo (y de sus gobernadores y parlamentarios cómplices) lo que están haciendo es transformar al país en una colonia, en la dependencia más genuflexa, en la cuál un puñado de grandes empresarios nacionales y extranjeros y el FMI contribuyen a disgregar el país en zonas y sectores de expoliación económica. Si este proceso no se revierte, seremos una "cáscara" bajo el nombre de Argentina aunque, en los hechos, seremos (y estamos siendo) un país balcanizado.

El objetivo del robado término "batalla cultural" (acuñado por el marxista italiano Antonio Gramsci en los años 20 y 30 del siglo pasado) es lavar la conciencia histórica que acumula el pueblo argentino en sus largos años de lucha por concretar sus derechos. Es obvio que quienes motorizan esa "batalla" son los intereses económicos multinacionales y sus cómplices empresarios locales. Cuentan, además de la propaganda sistemática, con la política cada vez más represiva directa de sus títeres (leáse Bullrich y Milei). Vivimos ya en una Dictacracia que va asumiendo rasgos cada vez más autoritarios.

 

-¿Qué puede aportar el teatro en este contexto y cuál te parece que es el rol del arte en esa batalla cultural? 

- El aporte del arte radica en la posibilidad de sensibilizar a las personas sobre los peligros existentes. Ese es su rol. Y es importante. Por supuesto que me refiero a un arte que no se limita a mirarse su propio ombligo ni a ser usado sólo como una catarsis meramente personal.

Pienso que el teatro debería ser un lugar de resistencia crítica. También considero que el arte no es "marxista". Es arte, posee su propia especificidad. Lo que un artista no puede ser es á-crítico. Si es sensible no puede dejar de criticar lo que le duele.

 

-Estabas viviendo en Italia y decidiste volver a Tucumán en un contexto muy particular de la provincia y del país ¿Qué motivó esa decisión?

- En verdad, yo voy a trabajar a Italia por necesidad laboral. Mi residencia es en Tucumán. Voy desde hace ya 35 años, a causa de la hiperinflación del 89-90, aunque todos los años regresé a Tucumán - salvo durante la pandemia - a trabajar y a "invertir" lo que logro ahorrar de mis trabajos allá, en mi teatro aquí… ¿Ves? Voy contra-corriente. La mayoría "la saca".

 

-Cuál es tu mirada del panorama actual del teatro en Tucumán 

- El panorama en Tucumán y en el país es muy preocupante. Sin embargo, en el caso del teatro y de otras actividades (médicos, docentes, jubilados, etc.) la gente lucha con pasión y resiste. Falta un canal que los represente, sin repetir experiencias frustrantes anteriores, que le diga No a las políticas del gobierno y de sus mandantes y cómplices.

Por lo que veo y escucho, mis colegas en Tucumán no cejan en su actividad y en sus planes e intentos artísticos, a pesar de las grandes dificultades existentes.

 

-¿Para qué sirve el teatro?

- El teatro sirve para expresar, para representar, los conflictos humanos. Lo hace de diversas maneras: comedias, dramas, tragedias, etc. Revelar las causas de esos conflictos es lo que hace apasionante el realismo dialéctico, género en el que podemos "encuadrar" la versión libre de esta obra.

 

Terror y miseria del Tercer Reich

La versión libre de la pieza de Bertolt Brecht cuenta con la dirección y dramaturgia de Carlos Alsina y las actuaciones de Andrés De Chazal, Ashley Matheus, José Pintos y Anahí Rodríguez. Las fotos son de Sofía Rotger y las luces de Luis Goñi. “Terror y miseria del Tercer Reich” se estrena este sábado 21 de junio a las 22 en el Teatro Independiente "El Pulmón" (Córdoba 86). Se pueden hacer reservas anticipadas con promociones y descuentos comunicándose por WhatsApp al 3815895503 o 3815719846.