Literatura tucumana: Sylvina Bach presenta su nuevo poemario "Orden doméstico"
"Leer y escribir poesía ordena el mundo". Leé la entrevista y poemas de Sylvina Bach en esta nota.

Sylvina Bach
Este jueves 20 de febrero, a las 19:30 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT (Av 25 de Mayo 471), la poeta tucumana Sylvina Bach presentará su nuevo libro Orden doméstico, de la mano de Gerania Editorial, una editorial que hace seis años se dedica a la publicación y difusión de la literatura tucumana y del Norte de Argentina y ya tiene en su haber más 30 títulos de poesía y narrativa contemporánea.
Ante este lanzamiento, Sylvina Bach brinda una entrevista exclusiva para eltucumano.com:
¿Alguna vez pensás en tu obra dentro del contexto de la literatura tucumana, o norteña? ¿Sentís afinidad con escritoras y escritores de la provincia?
Lo pienso en dos situaciones: cuando alguien me cuenta que me han incluido en algún trabajo de investigación sobre literatura tucumana o norteña, o cuando integro una antología.
Pero sólo porque no pienso en mi obra en sí, más que como una expresión propia que de repente encuentra eco en los lectores.
Sí siento una tremenda afinidad principalmente con los poetas de mi generación en cuanto al tono lírico, la temática, o hasta la cadencia de lectura que es completamente diferente en generaciones más jóvenes. También en nuestra manera de configurarnos como autores; no es igual el camino que hicimos los que tenemos 50 que el que el que están haciendo los poetas que tienen 20 y 30. Siento que entre los poetas que nos preceden a nosotros y los poetas de mi edad había una cierta distancia (respetuosa) que no se siente con los poetas más jóvenes, un sentido de que el otro ocupaba un lugar más inalcanzable para nosotros que empezábamos. No siento esa distancia con las generaciones más chicas que yo. Te puedo nombrar a Gabriel Gómez Saavedra, Guillermo Siles, Emilia Gutiérrez, Mónica Cazón entre los que siento más cercanos. Pero también me siento cercana a los poetas salteños porque tengo mucha historia, muchos años de poesía compartida con esa provincia y con autores como Eduardo Robino, Geraldine Palavecino, Fernanda Agüero.
En una instancia diferente están poetas que me han marcado como Inés Aráoz, Kuky Leonardi Herrán, Santiago Sylvester, Rogelio Ramos Signes. Aunque tengamos estilos muy diferentes, de ellos aprendí muchísimo.
¿Cómo es un día en la vida de una poeta? ¿Cómo compaginás la escritura con el resto de tu tiempo?
Te voy a responder desde mi vida personal, y con un verso de Borges que puede parecer cliché pero es absolutamente cierto: “Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad es frecuente. No pasa un día en que no estemos un instante en el paraíso”. La vida de un poeta es así. Yo soy muy sensorial, para escribir parto de estímulos que tocan alguna fibra muy interna, que me ponen de frente con algo de lo trascendente que se revela, aún cuando sea el dolor, o la conciencia de la finitud de la vida. Transformar eso en belleza se parece mucho a la felicidad para mí; transmitir la plenitud también.
En todo lo cotidiano siempre hay algo de lo poético que irrumpe como un rayo y me sienta a escribir de un golpe. Me ha pasado que se me ocurran poemas en el trabajo, caminando por la calle, mirando la lluvia desde el balcón o en medio de una fiesta tener que irme a un rincón solitario para escribir. Al fin y al cabo, lo esencial está en lo más sencillo de la vida cotidiana.
Hay dos cosas que nunca me faltan son un cuaderno y un libro de poesía para leer; la poesía se alimenta de la vida propia y de leer a los otros. Me gusta mucho escribir a la mañana tempranito cuando mi hijo duerme; leer, puedo ir leyendo mientras camino por la calle. O mientras espero el turno en el médico. No necesito abstraerme mucho ni para escribir ni para leer, lo puedo hacer con mucha gente alrededor y en cualquier lado (es un super poder que me dio ser la mayor de seis hermanos). Creo que la vida de un poeta se trata de encontrar ese hueco en el que se asoma la poesía y dejarla entrar, y de sostener la actitud contemplativa.
Si un lector te preguntara cuál es la mejor forma de entrar en tu poesía, ¿qué le dirías?
Creo que sin un lector me preguntara desde dónde entrar en mi poesía, le diría que desde su propia vida. Vemos todo desde el lugar que habitamos y algo de lo universal está en toda poesía, por más personal que parezca. También le recomendaría lecturas: Emily Dickinson, Wislawa Szymborska, Adrienne Rich, Elizabeth Bishop, Anna Ahjmatovah, Marianne Moore, Ursula Leguin, Mary Oliver, Linda Pastan, Sharon Olds, Anne Sexton, Anne Carson, Vera Pavlova. Hablar de las argentinas puede sonar redundante pero sí, claro que Alfonsina, algo de Silvina Ocampo, Olga Orozco, Edith Vera. Tres libros: La inmortalidad, de Milan Kundera, el Peso del Mundo, de Peter Handke, y Salvo el Crepúsculo, de Cortázar. Podría seguir pero eso constituye básicamente el mundo que nada detrás de lo que yo escribo y mi propia poesía se entiende diferente sabiendo que esos autores me atraviesan de manera tan significativa.
Creo que una buena primera lectura de mi obra sería un puñado de poemas que están agrupados bajo un título que se llama La Princesa que Dormía y otros cuentos. Reúnen un ímpetu que yo tenía en mi juventud, y un estilo que fue desarrollándose y descubriendo sus fortalezas a partir de esos primeros versos y temática que en el tiempo se han convertido en emblemas.
¿Qué encontraste o descubriste con este libro? ¿Cómo fue el proceso de escritura en relación a tus otros libros?
Con este libro descubrí una manera de escribir nueva para mí que tal vez sea habitual en otros poetas. En primer lugar, es la primera vez que parto desde un título y no desde una selección de poemas. En todos mis otros libros fui escribiendo a lo largo de cierto tiempo y cuando decidía publicar, el trabajo era configurar el libro desde lo que ya estaba escrito. En este caso, cuando terminé mi libro anterior, La escena invencible, sentí que germinaba la semilla de este libro porque ese equilibrio que buscamos entre lo cotidiano y lo trascendente (y una necesidad de compartirlo) ya quedó en mi cabeza a partir de entonces. En una entrevista que me hizo Zaida Kassab para un proyecto de ella que fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes, creo que en el año 2023, me preguntó si estaba trabajando en algún proyecto nuevo y yo respondí que sí, que tenía en mente un libro nuevo y ese libro era Orden doméstico. Cuando empezó este proyecto con Gerania lo escribí desde el título, con un tiempo establecido, y con un estilo de edición que me hizo moverme desde lo abstracto hacia lo concreto, desde lo simbólico a lo descriptivo, de lo breve a lo extenso. Este libro tiene mucho de búsqueda interior, y menos respuesta a los estímulos sensoriales de los que hablaba antes, aunque claro que los hay, (una siempre mantiene su sello aunque el estilo cambie un poquito).
Ya sabía lo que era editar con Gerania y la manera en la que la editorial cuida a sus autores, pero fue la primera vez que trabajé bajo la edición de Nacho Jurao, que tiene un estilo muy claro; él sabe antes que vos que en eso que acabás de escribir hay una última versión que es mejor, y que va a llegar aunque todavía no la hayas descubierto. Esa confianza y al mismo tiempo esa exigencia, que es muy amable, te desafía a llegar a lugares nuevos que vos no viste pero él sí.
Además, es la primera vez que presento un libro en una convocatoria, con el plus de haber conformado un proyecto con Gerania y con Diego Puig que se convirtió en una experiencia compartida, estimulante, feliz y muy inesperada al mismo tiempo. Eso le dio un giro maravilloso a todo el proceso creativo.
¿Qué rol cumple un poeta en los tiempos que corren? ¿Tiene algún tipo particular de responsabilidad u obligación?
Creo que tal vez el mundo asigna roles a los poetas según las épocas que vamos atravesando. Pero entre las autoras que te nombré hay mucha poesía confesional y para mí la clave está ahí: transmitir el asombro, encontrar la belleza, interpelar a quien te lee, dar testimonio con la propia vida y la propia palabra, ser testigo, dar consistencia al vacío. No sé si es una obligación, pero sin duda es algo constitutivo, es algo de lo que no se puede escapar cuando una es poeta. Sí creo que tiene una obligación: la belleza. Y una responsabilidad: trascender esa individualidad a través de un lenguaje.
¿Para qué sirve la poesía en un mundo como este?
Mary Oliver dice que la poesía es una necesidad del mundo y yo coincido. Adrienne Rich sostiene que la poesía es un acto de resistencia, para Anne Sexton, como para Clarice Lispector o Pizarnik, es una cuestión de vida o muerte. Para Louis Glück el trabajo del poeta es mirar el mundo y poder describirlo para encontrar la verdad.
Para mí a poesía está donde no se encuentran respuestas, es una manera buscar lo que permanece frente a lo efímero. Leer y escribir poesía ordena el mundo. Todo esto que es lo que atraviesa a Orden doméstico; como digo en el final de este libro, la poesía es siempre mi lugar de plenitud.
Poemas de ORDEN DOMÉSTICO
Cierro los ojos para escribir en las nubes
mis debilidades
y todo lo que no sé esconder.
De repente no hay derrotas.
Errar en nombre de la esperanza
todo lo redime.
La alegría
puede volverse una costumbre.