"Picnic Intergaláctico": la muestra del año y la historia de Lulik, la ceramista furor en Tucumán
Su nombre significa "la esperada" en esquimal y nació entre hornos, arcillas y esculturas. Junto a su mamá Lucrecia Pascual, Lulik creó Mucha Nube. Con piezas únicas de las talleristas, este jueves en el Lillo llega una experiencia inmersiva. ¿De qué se trata?

El mundo de Lulik.
Si al novelista suizo Hans Reusch le hubieran dicho que Lulik, uno de los personajes de El País de las sombras más largas, sería el nombre de una artista tucumana que en vez de escribir libros cuece arcilla, ¿qué cara hubiera puesto?
“Lulik es mi nombre. Significa "la esperada", en esquimal. A mi madre le gustaban los nombres esquimales y mi hermano, de hecho, tiene un sobrenombre esquimal. Además está el libro que te cuento y todo viene de ahí: Lulik. Soy la única en la Argentina registrada con este nombre”.
Lulik dialoga con eltucumano a dos días del jueves, donde en los jardines que se bifurcan en el Instituto Miguel Lillo, presentará su cuarta muestra junto a las participantes de Mucha Nube, el taller de cerámica que brinda en Yerba Buena y en la Capital.
Se trata de un taller que, como sucedió con la elección de su nombre, su madre Lucrecia Pascual tiene mucho que ver: “Mi mamá siempre tuvo taller en casa. La cerámica siempre presente en mi vida. Y a este taller lo arranqué con ella, quien había parado la producción durante unos años y retomó conmigo. Con este taller nos hemos complementado. Este taller tiene un significado muy especial”.
Lucrecia Pascual, la madre de Lulik, es la artista tucumana que a los 17 años hizo la tecnicatura en la escuela de Bellas Artes. “Cuando decidimos lanzar Mucha Nube, no había tanto de venta en Tucumán. Con la pandemia y el auge de Instagram se puso el boom de la cerámica y ahora hay más gente experimentando. La propuesta de mi taller es que se haga un trabajo manual, único, que experimenten, que piensen y sean capaces de crear piezas únicas y no de bazar”.
Luego de la exitosa experiencia con el Mercado Cerámico de Tucumán que reunió a más de 30 ceramistas en el Don Bosco, Lulik profundizó sus clases signadas por una doble búsqueda: “Por un lado apunto a la producción personal de mi obra y por el otro quiero que las talleristas logren una producción personal. Sí, hay una búsqueda de abstraerse en la cerámica, pero esto no funciona como una terapia sino como una producción”.
Parte del boom que son los talleres de cerámica en Tucumán, explica Lulik, tienen que ver con el vínculo que desarrollan las talleristas en clases: “‘¿Tengo que ir a terapia o al taller?’, me preguntan las chicas. Yo les digo que vayan a los dos. Se hacen grupos muy rápidos de amigas y, como si fuera poco, se llevan sus piezas creadas por ellas mismas”.
Con este espíritu es que llega Picnic Intergaláctico, la muestra anual en el Lillo (la pasada fue en el Virla). “Sí, este es el cuarto año que la hago. Cada muestra tiene un tema por año. El elegido por las chicas este año es un picnic intergaláctico donde se plantea lo lúdico y lo posible, tal como mi curadora Guadalupe Carrizo lo sintetiza”.
“En el Lillo vamos a vivir una experiencia inmersiva. Hay alumnas que no conocen el Lillo y es la yunga tucumana en pleno centro. La cita comienza a las 18 con un vernissage, llegás, la DJ elegida pondrá la música acorde al picnic, habrá bebidas, juegos y el descubrimiento constante. Aconsejamos llevar repelente, claro, pero sobre todo disfrutar de dos horas (culmina a las 20) en el Lillo y llevarse un momento único que cierra este año marcado por las ceramistas en Tucumán. Lxs esperamos”.
Lulik y Lucrecia.