"Me dicen que soy fanático, pero es una filosofía de vida": la pasión de Ariel por el ferrocarril y la historia familiar que conmueve
Hace 167 años atrás, la locomotora británica “La Porteña” realizó el primer viaje en tren de Argentina. El tucumano Ariel Espinoza cuenta la historia del ferrocarril en Tucumán y todo lo que significa en su vida y en el país. VIDEO.
Ariel Espinoza nació y se crió en Tafí Viejo, el ferrocarril es parte de su vida y su identidad. A 167 años del primer viaje de pasajeros en tres en Argentina, Ariel cuenta su historia el tucumano.com. “El ferrocarril significa el desarrollo, la integración territorial, la llegada del conocimiento, mejores servicios de salud, agua potable, electricidad, donde pasaba el tren se formaba una estación y allí se formaba un pueblo, es la palanca necesaria para el país que somos hoy”, afirma con emoción Ariel.
El 29 de agosto de 1857 la locomotora británica “La Porteña” realizó el primer viaje en tren del país. Realizó una distancia de 10 kilómetros entre la estación del Parque (actual Plaza Lavalle) y la estación San José de Flores en Floresta.
Si bien hoy existen otros medios de transporte, el tren sigue vigente y su memoria se guarda en los corazones de personas como Ariel. El taficeño es cuarta generación de trabajadores ferroviarios: “Es quizá un mandato familiar tácito, pero en mi caso es el magnetismo que tiene el tren”, cuenta. “Es una herencia muy significativa, el tren nos transporta a un montón de cosas”, agrega. Ariel es uno de los 35 nietos de su abuelo y, desde chico, jugaba adentro de las locomotoras: “Me crio mi abuelo materno desde los 6 meses y todo eso se respiraba en mi casa, siempre estuvimos relacionados con la actividad”. En su paso por la escuela secundaria, Ariel realizó una pasantía en un taller ferroviario, es entonces cuando se dio cuenta que lo que para él siempre había sido un juego, ahora también era su pasión y su futuro. Después de toda una vida de trabajo, hoy se encarga del mantenimiento de los trenes de carga de la línea Belgrano.
“Mis amigos me dicen que tengo fanático, pero esto es una filosofía de vida porque de podría viajar en avión o en colectivo cuando tengo que ir a visitar a mis hijas a Buenos Aires, pero, por más que demoré más yo voy en el tren porque amo el tren, el tren es parte de mi vida, me ha dado la posibilidad de estudiar, de hacer mi casa, de hacer que mis hijas estudian gracias a mi trabajo en el ferrocarril”, dice.
El tren no es solo una fuente de trabajo para Ariel, sino que es parte de su identidad y de la historia de su familia y del país: “Parece una nostalgia heredada, pero los que trabajamos en esto tenemos la responsabilidad de que no se pierda su rica historia, su memoria y además seguir capacitándonos, tenemos que estar al tanto de las nuevas tecnologías porque la Argentina no es una isla y se merece resignificar y darle el valor que tiene este medio de transporte como lo tiene todo el mundo”.
Con respecto al cierre de los talleres en Tafí Viejo, Ariel sostiene: “Es una herida grande, pero también un desafío porque hay hasta en el inconsciente colectivo una cierta negación con el tren y los talleres de Tafí Viejo, hay mucha desinformación, los talleres se reabrieron en el 2003 no con el esplendor de la década del 50 y han quedado 40 trabajadores haciendo lo que mejor se sabe hacer: reconstruir y hacer que el ferrocarril siga vigente y sea una herramienta para el país”.
Mirá el video y la entrevista completa: