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"Te gustó abrir las piernas, ahora atenéte": la violencia que dejó marcas en las madres tucumanas

EMBARAZO

“Nunca me animé a tener otro hijo”: las marcas de la violencia obstétrica y el fuerte trauma que dejaron en una tucumana. Una historia que se repite en toda la provincia.

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La Ley 25929, protege a las personas cuando van a dar a luz. Contempla el respeto por los tiempos biológicos, a tener compañía en el parto y a estar junto al bebe desde el momento del nacimiento. En terminología, es perfecta. El único problema, es que llegó demasiado tarde para muchas mujeres.

Es el caso de Verónica, una tucumana de 46 años que vivió uno de los momentos más especiales de su vida como una película de terror. Tenía apenas 24 años y esperaba a Jorge, su primer hijo, sin imaginarse que lo que iba a pasar el día de su nacimiento lo convertiría en el único.

“Fui al hospital de Concepción el día que iba a nacer mi bebé. Yo me había separado del padre, me acompañaban mi mamá y mi papá, tuve la suerte de que nunca me dejaron sola. Ellos son testigos de todo lo que pasé”.

Uno de los momentos más temidos por muchas mujeres a punto de parir, es la técnica llamada “tacto vaginal”. Actualmente, la ley indica que se realizará solamente en casos necesarios donde haya que comprobar la dilatación, pero siempre con previo consentimiento oral de la mujer, y con mucho cuidado. No fue el caso de Vero: “Me encerraba en el baño porque cada dos por tres me tenían que hacer el tacto, así sin cuidado y torpemente, me agarraban y yo no quería saber nada, me ardía muchísimo, me fui a encerrar en el baño antes de que vuelvan, y el médico y la enfermera empujaban la puerta violentamente para que les abra” recuerda, con un amargo dolor.

Como yo no rompía bolsa lo hicieron ellos, yo sentía con muchísimo dolor todas las cosas, las tijeras, no sé que más en la vagina. Después me pusieron una inyección para inducir el parto, pero no dilataba”, contó a eltucumano. Actualmente se sabe que el entorno de locación alrededor del parto es muy importante para que el proceso de dilatación se lleve con normalidad. Tu habitación, la música, las palabras cariñosas, el amor de tu familia o pareja, la tranquilidad de los médicos… absolutamente todo es importante cuando una mujer está a punto de dar a luz. Como es de esperarse, este no fue el caso de Verónica.

Después de tanto sufrimiento en vano, me llevaron directamente a urgencias en una camilla, yo deliraba, pero recuerdo la camilla y que me dejaron sola en un quirófano horrible, tétrico un lugar frío. Y aquí vino lo peor porque llegó el anestesista, un hombre ya mayor. Yo estaba sentada y él me decía ‘así como te gustó abrir las piernas, atenete a las consecuencias para parir un hijo’. Después una enfermera lo imitaba y me decía lo mismo. Yo lloraba, hasta que vino mi ginecólogo y me preguntó. Le conté la situación como pude, le dije que el anestesista y una enfermera me habían tratado muy mal, ‘me dijeron muchas cosas que han herido a mi corazón’. Entonces él me abrazó y me contuvo. Me dijo ‘tranquila, relajáte y respirá hondo’”, dice Vero con emoción al recordar a ese hombre compasivo adentro de un quirófano de despiadados, 22 años después.

Pia Aguilar es licenciada en obstetricia del hospital general Lamadrid. En mayo, durante la semana del parto respetado, realizó algunas actividades relacionadas a la concientización y difusión de los derechos de las embarazadas en su ciudad, Monteros: “Es para concientizar y visibilizar los derechos de las madres, los recién nacidos y sus familias. Desde el momento de la concepción hasta el parto, las mujeres deben conocer y todos los derechos que tienen ellas y los integrantes de una familia al momento del nacimiento” explicó en entrevista. 

“Uno de los derechos es elegir cómo parir, en qué posición parir, quién quiere esa mujer que la acompañe al momento del nacimiento de su hijo. También puede elegir si quiere estar en un ambiente familiar, el tipo de finalización de ese embarazo… esos son los derechos más importantes y necesitamos que siempre se les informen a ellas y a sus familiares. Deben saber todos los procesos que se van aplicando durante la evolución del trabajo de parto, la medicación que se le coloca, o si ella lo desea que sea un parto totalmente natural” remarcó, con sumo interés de que los derechos de la embarazada sean un tema corriente a tratar en la sociedad. Algo que parece sumamente distante de los 22 años que separan a Vero del momento más traumático de su vida.

Cuando nació el pequeño Jorge, Vero no se enteró. Estando en la camilla del quirófano y sintiendo el pitido de su corazón cada vez más aislado, con la presión por las nubes y viendo a un médico subido encima de ella y empujando a su bebé para poder sacarlo, se desvaneció por completo: “Dale gordita tenes que estar bien por tu hijo. Se nos va, se nos va…”. Aún en ese estado, en un delirio total, Verito escuchaba todo. Recién cinco días más tarde despertó en su habitación, acompañada de sus padres y de su bebé, con el miedo y la amargura instaladas en su corazón.

“Siempre pensé que iba a tener más hijos pero por lo vivido en el parto decidí postergar mi maternidad por años. No me animé a embarazarme otra vez. Ya está, ya no tendré más. Pero tengo miedo de ir al hospital siempre. Por ejemplo ahora estoy sufriendo problemas graves en mi matriz y no accedo a la cirugía por miedo a morirme. No puedo entrar a un tomógrafo. Yo antes de ser mamá nunca tuve miedo a los hospitales. Ahora, mi hijo me acompaña a todos mis estudios porque tengo un trauma” confesó Verónica.

Actualmente, los profesionales de la salud más nuevos o quienes se forman en exclusividad sobre embarazo y gestación tienen en claro las graves secuelas de la violencia obstétrica: “Siempre que sea un embarazo de bajo riesgo y sin ninguna complicación, hay que dejar que la mujer decida y respetar los tiempos del nacimiento natural, eso es lo fundamental de esta ley. Somos los profesionales de la salud quienes no debemos olvidarnos de estos derechos. Tenerlos siempre presentes y aplicarlos, tanto la salud pública como la privada, por supuesto. Y la formación debe ser para todo el personal de salud, ya sea un obstétrico, un médico, desde el personal de la admisión que retira a la paciente. En todo el proceso de parto una mujer embarazada sufre riesgo de sufrir violencia” finalizó la lic. Aguilar. 

Si estás embarazada, o alguien de tu familia lo está, recordá la Ley 25929 que ampara los derechos de la mujer embarazada al momento del nacimiento de su bebé. Además, podes consultar en los distintos hospitales de todo Tucumán sobre espacios de preparación integral para la maternidad, ya que la mayoría de estos centros públicos cuentan con dichos servicios, o te derivarán al más cercano.