Lola Mora: la mujer más allá de la artista y los rumores de su vida amorosa
La mejor escultora de nuestra historia sufrió en vida y en su descanso eterno las consecuencias de habitar una sociedad prejuiciosa siendo mujer.
Dolores Candelaria Mora Vega es la gema más disputada entre Tucumán y Salta, tanto o más que la disputa por el título de la mejor empanada del país. Sin embargo, ella se autopercibió siempre como tucumana. Algunas de sus grandes obras en los espacios públicos más valiosos de esta provincia dan fe de su devoción al Jardín de la República, y del amor de Tucumán a su arte.
Hace algunos días, exactamente el 7 de junio, se cumplía un nuevo aniversario del fallecimiento de nuestra gran y talentosa escultora, artista, genio. Es intención de esta pequeña nota, la de dejar solo por hoy un poquito de lado la parte profesional de Dolores, y centrarnos más en la Lola persona, la Lola también imperfecta, quizás contradictoria, o quizás muy suelta de los valores de su época.
En este relato de chismecito histórico, vamos a contar algunas curiosidades de la impecable y talentosa artista… como por ejemplo, recordar que el tucumano Marcelo Imbaud aseguró a este medio hace algunos meses que quien posó para La Libertad de Lola Mora, la estatua de la plaza Independencia y de la Casa de Gobierno de Jujuy, fue doña Micaela Posse, tucumana y amiga de la artista, pero que para mantener la familia lejos del escándalo mediático y social de la época, se dijo siempre que era una modelo Suiza.
Algunos de los sugerentes chismes de la tucumana decían que era bisexual. Si bien no hay un registro claro del motivo por el cual comenzó este rumor, quizás algunas mentes más estrechas de la época no hayan podido soportar que la talentosa mujer estuviera tantas horas en su taller observando un cuerpo de mujer desnudo mientras esculpía, dando por resultado bellezas de la majestuosidad de la Fuente Monumental de las Nereidas, por ejemplo. O quizás los rumores eran ciertos, pero nunca se sabrá a ciencia cierta ya que los diarios íntimos de nuestra protagonista de esta nota fueron quemados en su propio lecho de muerte. Los secretos, a la tumba.
Evidentemente Mora no pudo escapar al castigo de llamar la atención siendo mujer en una sociedad de mente cerrada como la tucumana, ya que cuando contrajo matrimonio a sus 40 y tantos años con un hombre 17 años menor, muchos aseguraban que era una suerte de “tapadera” de su presunta bisexualidad. Rumores que se acrecentaron cuando dicho matrimonio no duró ni cinco años, siendo su divorcio una suerte de condena social tan grave que prácticamente no recibió nuevos encargos artísticos en el ocaso de su vida, muriendo casi en la pobreza y siendo mantenida por sus sobrinas allá en Buenos Aires.
Sin embargo, uno de los rumores más fuertes que pesan sobre la vida de Lola Mora, fue su supuesto amorío con Julio Argentino Roca, el político tucumano más polémico y cuestionado de todos por el revisionismo más histórico.
En esa conversación mantenida con el señor Imbaud, nieto de doña Micaela Posse, remarcó que la relación entre Dolores Candelaria y el expresidente tenía sentido: “Los parientes de mi bisabuela, los Tejerina, eran parientes de la madre de Roca. La madre de Roca muere muy joven y por eso Alejandro y Argentino Roca se crían acá. Estuvieron mucho tiempo en casa de los padres de mi bisabuela. Lola Mora tenía una relación estrecha con los Roca. Por eso, esto es factible, la relación de Lola y Micaela era real”, aseguró en su momento.
El tiempo que Lola tuvo su atelier en Roma, a finales del siglo XIX y principios del XX, quien la visitaba con regularidad en el mismo era el expresidente. Se dice inclusive que era su meceneas, otorgándole una suerte de pensión mensual de parte del Congreso de la Nación durante una época de escasos ingresos en Roma “A la señorita Dolores Mora….la subvención mensual de 200 pesos nacionales…a cargo de la legación argentina…”
Se dice que quiso entrar a la mazonería, que llevaba una vida libertina... De todo lo que contamos con respecto a esta leyenda del arte a nivel mundial, poco y nada podemos asegurar. Quizás algunos rumores entre tantos, sean ciertos. Y otros, probablemente, solo sean la consecuencia de haber decidido vivir y pensar en libertad en una sociedad ajustada a valores morales inútiles.