"Una forma amable de mirar el mundo": el poeta tucumano Ezequiel Nacusse ganó un importante concurso internacional
El escritor ganó el VI Concurso Anual de Poesía Lugar Común con un poemario que se destacó entre más de 700 trabajos presentados. Habló acerca de la distinción, la importancia de la poesía en la actualidad y lo que se viene en el FILT.
Foto: Gustavo Raña (Infobae)
Hace unos días, al salir de una clase agitada en la escuela donde dicta Lengua y Literatura, el escritor tucumano Ezequiel Nacusse recibió un llamado que le anunciaba que había ganado el VI Concurso Anual de Poesía Lugar Comun. Su poemario había sido el elegido entre los 720 trabajos presentados y se alzó con este importante certamen internacional. Tras la distinción, Nacusse habló con eltucumano.com: “Cada poema es un tesoro para mí, pero en el sentido de que cada poema busca atesorar, guardar algo hermoso”.
La obra con la que el tucumano obtuvo el premio se llama “La alegría doméstica de las plantas”. “Este poemario destaca por su equilibrio y porque alcanza una sutil armonía en su brevedad. Sus poemas apuestan por lo cotidiano como punto de partida para llegar a lo insólito, utilizando los hechos del día a día como metáforas que traducen la experiencia del yo poético. Se trata de un libro no carente de humor e ironía, que da fe de una poética coherente y despojada de toda solemnidad”, destacó el fallo del jurado compuesto por Elisa Díaz Castelo, Benjamín Chávez y Adalber Salas Hernández.
La fundación Lugar Comun se dedica a la promoción de la literatura como herramienta para el cambio social y el entendimiento. El concurso busca premiar una obra inédita de poesía y fomentar la carrera literaria del autor. A lo largo de su trayectoria, este concurso ha distinguido a destacados poetas latinoamericanos, ofreciendo un premio monetario de 1.500 dólares y la publicación de la obra en inglés e italiano por Alliteration Publishing.
Ezequiel Nacusse tiene 33 años, es Licenciado en Letras y actualmente reside en Buenos Aires. Su trayectoria incluye la participación en las antologías 30.30: poesía argentina del siglo XXI y Les poetas, así como en colecciones de narrativa breve como 40° Narrativa tucumana contemporánea y Premio Mujica Láinez XI Edición. Junto con Blas Rivadeneira y Sofía de La Vega, Ezequiel es uno de los artífices del Festival Internacional de Literatura de Tucumán (FILT) que próximamente tendrá su octava edición en la provincia.
- ¿Cómo te enteraste que habías ganado el concurso?
- Había tenido una clase terrible en el secundario, de esas en las que nada sale bien. Los pibes que vienen a la escuela donde soy profe de Lengua y literatura sufrieron muchas formas de exclusión en su vida y en su escolarización, y eso hace que el trabajo demande mucho cariño y predisposición. Ese día, ellos venían de toda una mañana de no tener clases por ausencias de profes y estaban muy hinchas. Antes de irnos, al mediodía y con hambre, les dije “Hoy no hicimos nada. Fue un desastre. Se portaron mal, pero mañana le vamos a poner más ganas”. “Eh, profe, no seas bigote, fantasma, lagarto…” me dijo Yael, que tiene 17 años y está retomando el secundario porque ahora quiere “hacer las cosas bien”, según sus palabras. Siempre nos reímos de esa seguidilla de epítetos. Salí del aula, crucé el predio fabuloso de la Agencia Nacional de Discapacidad (que fundó Perón como una Ciudad Estudiantil para que jóvenes del interior fueran a perfeccionarse deportiva, cultural y académicamente; una maravilla de la década del 50 que, por supuesto, se cerró con el golpe del 55), y me sonó el teléfono y en la pantalla había un número extrañísimo. Era Garcilaso Pumar, editor de Lugar Comun (así, sin tilde), quien lleva adelante el premio anual de poesía Lugar Comun. “Te imaginarás que te llamo porque ganaste el premio”. Me pidió que prendiera la cámara y me acompañó en videollamada, las 20 cuadras que me separaban del subte. Charlamos de poesía, me contó que el concurso estuvo muy reñido y que el libro se va a traducir al inglés y al italiano y se va a publicar el año que viene en mayo. En el subte yo estaba contento. Miraba la cara de la gente y pensaba “wow, qué linda es la poesía”, que es algo que pienso más o menos todos los días. Entonces se me vino a la cabeza la frase de Yael: “Bigote, fantasma, lagarto…” Qué bien que suena, pensé. “Bigote, fantasma, lagarto”. Todos hablamos en poesía. ¿Cómo no va a sonar bien, si es un trímetro anfíbraco (así me lo dijo chatgpt)?
- ¿Qué significa para vos esta distinción?
- Muchas veces fui jurado de concursos y sé que es un trabajo arduo. Tenés que leer mucho y elegir (las veces que tenés más suerte) entre dos o tres textos que están buenos. Pienso que la distinción significa eso, que hubo gente que lo leyó y consideró que mis poemas podían ser difundidos un poco más. Eso es hermoso, porque la poesía es como un eco y cada lector puede amplificar ese eco, o quedárselo para sí mismo, o decir yo no quiero escuchar más esta voz. Y con este concurso la idea es seguir amplificando esos poemas, que ojalá le resuenen a mucha gente.
- ¿De qué se trata la Alegría doméstica de las plantas?
- El libro reúne un grupo de poemas que fueron escritos entre 2012 y 2023, así que por un lado reflejan una búsqueda a lo largo del tiempo. Cada poema es un tesoro para mí, pero en el sentido de que cada poema busca atesorar, guardar algo hermoso (aunque sea triste o feliz). Por otro lado, podría decir que hay muchas escenas de casa, de contemplación de la pequeña vida, de gestos del amor, de paseos… busco que cada uno de esos momentos sea algo brillante, que esos momentos sean como estrellas reflejadas en el agua del río.
- ¿Qué es la poesía para vos y qué importancia te parece que tiene en este presente que estamos viviendo en el país?
- La poesía tiene que ver con cierta curiosidad por el mundo, como cuando tirás una piedra al centro de un lago sólo para ver cómo se producen las onditas. La poesía es la vibración que se transforma en onditas en el agua. La poesía es la vibración de la piedra en contacto con el agua que transforma esa energía en ondas. Algo de eso va a poder leerse en el libro "Estrellas al fondo del río" que sale antes del que ganó el concurso y que se va a publicar en julio por Aguacero Ediciones.
Al mismo tiempo la poesía es una forma amable de mirar el mundo. La amabilidad, el cariño y la hospitalidad son posiciones políticas concretas frente a la política estatal nacional devastadora y al sentido común odiante que están imperando hoy en día en nuestro país.
- Hace poco anunciaron una nueva edición del FILT, qué desafíos supone organizar un festival literario en un contexto de desfinanciamiento de la cultura. Qué podés adelantar del festival.
- En un contexto de distopía cultural, desde el FILT queremos instalar nuevamente la idea de utopía, que fue la que nos guio desde el minuto cero, cuando soñábamos con traer a Paul Auster (Dios lo tenga en la gloria) a Tucumán. No perdimos esa capacidad de soñar, ganamos en madurez y en gestión, y este año nos encuentra con mayores dificultades, pero para nada vencidos. Ya tenemos invitados confirmados que no puedo adelantar, pero que son personas de la literatura y los medios que tienen mucha trayectoria y escritura encima, además de gestión, experiencia y recorridos para poner en diálogo con lo que se viene haciendo en Tucumán cada vez con más fuerza y presencia nacional. Por supuesto, además, va a haber feria de editoriales, música, comidita y alguna que otra sorpresa. Este año lo vamos a hacer 19, 20 y 21 de julio, así que vayan reservando esas fechas.
Algunos poemas de Ezequiel Nacusse:
El poema que me escribiría si fuera vos
Es la edad en que las chicas somos deformes. Tenés
un brazo más largo que el otro,
no aprendés a correr, te duelen
los pechos y no sabés bien
con qué cara mirar a Jesús.
Les conté a mis amigas que en la cama
Ezequiel sólo me tocó la cara.
Fue como besar un fantasma.
Ezequiel dijo que hablar conmigo
era ir por un campo minado
y me hizo llorar.
Sentía que estaba bien llorar.
Me saqué fotos
y se las mandé a ellas.
Puede parecer que no sé estar triste
pero no es verdad.
La verdad es que no sé llorar por él y hay perros
que vi que lloran mejor que yo.
Paseamos todo el fin de semana,
nos dimos la mano cuando dijimos chau.
Él se quedó en la placita de los animales
apoyado en la réplica de una jirafa.
Me di la vuelta para verlo:
estiraba la mano para saber qué tan alto era.
Bajito, sos bajito, no llegás a la mitad del cuello.
Eno
Cuando me enteré que estabas embarazada
hice pis durante largos minutos, absorto,
miraba cómo el líquido llenaba
la taza del inodoro
sin comprender qué había dentro de mi cuerpo
o si era el flujo de tu sangre, tu ictericia,
que salía como un fantasma.
Me enteré que ibas a tener un hijo
mientras escuchaba una canción de Brian Eno.
Entonces comprendí lo que era una canción:
una sucesión de silencios atrapados
entre algunos ruidos. La vida también es eso,
pis que golpea contra un depósito
de agua estancada.
Tu cuerpo se encogía en la cama, en una ciudad inundada,
cuando me enteré que ibas a tener un hijo.
Yo daba vueltas alrededor de tu casa.
Quería librarme de la maldición
de tomar diecisiete cervezas.
Entonces escuché que tu bebé lloraba
porque te habías dormido sobre su brazo y no tenía las palabras
para pedirte que te hicieras a un lado.
Dejé la última lata sobre la ventana
y me fui a cambiar los muebles de lugar. Flotaban.
Ustedes pueden terminar este poema por mí
En el pizarrón está escrito: trabajar
cada día para que el ego
no aplaste su inteligencia.
Los estudiantes dibujan sobre las mesas.
Repito en silencio: trabajar cada día…
Cuando era chico caminaba
por una avenida congelada
de casa hacia la escuela
en una ciudad todavía oscura
a las 9am. Me acuerdo
de mis zapatos negros andando
como cucarachas por el asfalto
escarchado. Las manos se ponían
rojas por el frío y tenía
la sensación de poder ver el hueso
de mis nudillos traspasar la piel.
Ahora voy hacia el fondo
del salón, una luz amarilla y ruidos
de colectivos y peatones interrumpen
el desarrollo de la clase. No tengo
nada para enseñarles, creía
que podía llegar a ser un gran artista.
Trabajar cada día para que tu ego
no desprecie tu amor propio. Vamos,
el amor propio es diversión,
adelante, patinen en sus zapatos.
Vamos,
ustedes eligen a dónde
y pueden
resolverlo bien,
(son solo palabras).
Vamos,
ustedes pueden
terminar este
poema por mí.