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"No podemos creer": los videos de Pichón, El Ratón Ibáñez, El Gaucho Robles y qué pasó con La Madrina

HISTORIAS DE ACÁ

La escena empieza así: exteriores, vereda, noche. Con el flash encendido de un Motorola, llega el famoso invitado caminando por la Martín Berho y, como buen vecino de Villa 9 de Julio, aplaude, silba, dice "¡Despache!" o, si nada funciona, grita: “¡Pichóóóóóóóóóón!”. Quiénes son los muchachos de barrio que la rompen en las redes sociales. VIDEOS | Por Alfredo Aráoz

Pichón, el Gaucho, La Madrina y El Ratón. Abran el Mercedes Sosa.





La escena empieza así: exteriores, vereda, noche. Con el flash encendido de un Motorola, llega el famoso invitado caminando por la Martín Berho y, como buen vecino de Villa 9 de Julio, aplaude, silba, dice despache o, si nada funciona, grita: “¡Pichóóóóóóóóóón!”.

La escena continúa filmada siempre por el mismo celular desde la vereda. El famoso invitado queda pegado a la reja naranja de la ventana y de repente la cámara enfoca el interior del kiosco más famoso de Tucumán. Ahí adentro, tras una cortina roja que pide teatro, sale Eduardo López y comienza la función.

Con vestuario propio y original de 25 y Chile, la camiseta celeste y blanca de Atlético levita en el pecho de Pichón mientras suena la banda sonora de esta película a cargo de Orly y el himno Me fui a tus brazos. Al compás de ese ritmo, concluye la presentación de Pichón: la coreografía de pasos aprendidos en Julio López, el Rey de los domingos, mientras ya se caga de risa otro prócer de San Pablo: El Ratón Ibáñez, quien con la campera de San Martín mete su primera intervención: “¡Eh! Pichón! ¡Con esa canción se te va a caer la toallita!”.

Ahora, si el invitado famoso al show de Pichón es un ídolo de Atlético, y ese ídolo es El Gaucho Robles, el plano se repite, el celular que filma es el mismo, pero quien aparece como clienta con la camiseta de San Martín es La Madrina y el que sale detrás de la cortina es el propio Gaucho, ya sin las mechas largas, y bailando al compás de otro himno de esta banda inimitable: Aquí comienza la diversión, de Kalama. Cuando La Madrina le pide dos gaseosas, el goleador le dice: ¿Dos gaseosas querés, Madrina? Te voy a dar cuatro, como las cuatro carnazas que te he metido en el 2003, ¿te acordás?”. 

Son los dos últimos videos que La Pichoneta Producciones ha subido a su canal de TikTok y que replica en Facebook y en Instagram con números asombrosos que rompen todo, con visualizaciones que impactan, con un sentido del humor que trasciende al barrio, a la capital, por el que llegan vecinos de Lules para conocer el kiosco, y con fanáticos en Salta, Córdoba y La Pampa.

Ahora, ¿qué pasa detrás de escena? ¿Cómo hacen Pichón y La Madrina para rendirle un homenaje al folklore más puro del clásico tucumano? ¿Cómo logran que no les importe nada el tono, la cargada, los comentarios, las críticas? ¿Cómo hacen para convivir con la fama que ya viven en la calle cuando hacen sus tareas cotidianas como ir a buscar a los chicos a la escuela? “Tratamos de dar humor para los dos lados sin zarparse. El Ratón me empezó a seguir por Facebook y un día me ha escrito un mensaje cortito y bien contundente: ‘A la burra’".

Pichón es quien dialoga en primer lugar con eltucumano este viernes a la noche, previo al 25 de Mayo. “Cuando me escribe el Ratón, ni bola le he dado, pensaba que era una cuenta falsa. No podía creer que era él. Pero después me ha vuelto a escribir, nos pasamos los números y le pregunté si se animaba a hacer un video, coordinamos un día y se ha venido. Es un capo el Ratón. Después del video se ha quedado en el kiosco y le hemos metido una pizza”.

Envalentonado por el éxito del video con el Ratón (también visitaron el kiosco-teatro y fueron un bombazo las participaciones del ex subsecretario de Tránsito Enrique Romero, la Shakira y el Hombre Araña, entre otros), Pichón se animó a escribirle al Gaucho Robles: “Esta vez yo le escribí y me ha clavao el visto. Me contó que la hija le hurga el celular, pero qué sí me conocía. Él está laburando en las inferiores y ha venido solo. Hicimos el video y se ha tenido que ir porque tenía que volver al laburo. La idea era juntarlo con el Ratón, hacer un cruce bien picante, pero será más adelante. No podemos creer lo que estamos viviendo. De verdad no lo podemos creer".

Con el Bebe Acosta o el Turbo Rodríguez, ídolos actuales de Atlético y San Martín, dice Pichón que es más difícil y que los entiende a los jugadores: “Tengo contacto con ellos, pero me dicen que pueden tener problemas con el club. Al que voy a traer es a César Montiglio y me pidieron por La Iguana Zerrizuela y Tino Costa, pero la Iguana está en Salta y Tino debe vivir en Europa. Más allá de los nombres, yo lo que quiero hacer es revivir un poco el clásico tucumano que ya no se juega tanto. Hace mucho que no se enfrentan pero lo mismo siempre está la cargadita. Pero con los jugadores actuales es más difícil. Imaginate que un día el Bebe o el Turbo erren un penal y después los ven en TikTok con La Madrina”, se ríe Pichón y da paso a su ladero fiel, a su co-protagonista, al que conforma el dúo dinámico, al vecino de toda la vida del barrio, pero amigo desde que empezó esta aventura.

La Madrina es Ramón y vive a la vuelta de Pichón, por la Coronel Suárez. Le decían Pachi hasta que empezó esta locura y ya le quedó La Madrina, el personaje que empezó a hacer cuando tenía 25 años en fiestas: “Acá en el barrio la gente me invitaba a casamientos y yo me disfrazaba de mujer. Hacía de La Culisuelta, le ponía la liga a la novia, esas cosas. Me alejé un tiempo de la actuación, pero ahora volví y es inexplicable lo que está pasando en el barrio”, dimensiona La Madrina, quien siempre anda rodeado de los changuitos de Pichón que también actúan: Facu el ahijado, Nacho el hijo y Jonás el sobrino.

“Más allá de las cargadas de los chicos que son tremendos, cuando hablamos con Pichón en cómo queríamos hacer los videos quedamos en que no hay rivalidad con los equipos si uno lo toma con calma y lo entiende como humor. La crítica es algo que también nos favorece porque es bizarro, pero también es normal cargarse. Y la gente lo toma bien”, explica La Madrina.

“Entre los comentarios también muchos me preguntan si yo soy maricón, pero no, es un personaje. Yo soy conserje de una escuela nocturna y no sabés cómo me cargan los alumnos. Y no sabés lo que me pasó el otro día. Mi hija estudia en el Liceo Militar y cuando fui a la escuela a buscarla fue una cosa de locos: todos me pedían fotos y me reconocían más allá de que yo estaba con mi ropa de trabajo. Les explico que soy una persona laburante. Lo que es inexplicable es lo que nos pasa en las redes. Damián Córdoba nos ha empezado a seguir y le gusta lo que hacemos con Pichón. Cuando vino Enrique Romero fue increíble: me sorprendió. Yo lo tenía como alguien muy orgulloso, muy malo, pero es muy piola”, cuenta La Madrina mientras cae el viernes a la noche en Villa 9 de Julio.

¿Y el futuro? ¿Cómo imaginan lo que viene? Mientras Pichón busca sponsors para los suplementos vitamínicos que necesita para seguir subiéndose al podio cuando corre en las maratones por las que lo conoció eltucumano, también maneja el kiosco y entre venta y venta se sienta en un cajón de gaseosa a hablar con La Madrina y planificar los próximos pasos. “Siempre hablamos de lo que viene y soñamos con hacer una serie de humor para las plataformas como YouTube o Instagram. Eso nos gustaría hacer en el futuro, pero siempre con una consigna que es lo que más felices nos hace y es cuando la gente nos dice: ‘Gracias, chicos, por sacarnos una sonrisa en estos momentos tan difíciles que todos estamos pasando’. Y sacarle una sonrisa a la gente, amigo, eso sí que no tiene precio”.


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