"Un pueblo que no tiene arte no tiene identidad": Roni y la orquesta que anima las vidas de los más vulnerables

Suena fuerte la orquesta Chivo Valladares en medio de la Feria Barrial Itinerante de la Avenida Independencia al 4000 donde se encunetra la Escuela Media Presidente Juan Domingo Perón. El sol pega fuerte en Tucumán y el músico Roni López dirige a más de una decena de chicos y chicas que toca, cada uno, un instrumento diferente.

Al ritmo de la música Latinoamericana, la orquesta alegra la feria. Unos minutos antes, Roni le cuenta a eltucumano que la orquesta funciona en el Centro Cultural Mate Cocido, organización barrial que trabaja desde hace 28 años en el Barrio Ate. Quienes participan de este proyecto son los chicos y chicas que viven en 25 barrios de ese sector de la ciudad: "Es una zona muy vulnerable, con muchas situaciones de carencia, y la orquesta cumple un rol fundamental porque, aparte de enseñar música que es la actividad prioritaria, la orquesta brinda una gran contención a todos los chicos y sus problemáticas. Entonces para los chicos resulta algo natural porque encuentran un lugar de socialización con otros chicos, de aprendizaje, como un club donde los chicos pueden aprender, se hacen amigos... es como una gran familia”, sostiene Roni.

Roni es un trabajador de la cultura y enseña en la orquesta Chino Valladares desde hace muchos años. Conoce desde adentro la importancia que tiene para los adolescentes que viven en los barrios. El musico tiene varios proyectos, pero está convencido que este es uno de los más importantes de su vida “porque involucra muchísimos factores desde lo artístico puro, hasta lo social y muchísimo lo afectivo y emocional”.

Chivo Valladares es parte de un programa mucho más amplio, llamado Andrés Chazarreta. En total, son 36 orquestas a lo largo y ancho del país que tienen por objetivo investigar y promover en los niños la apropiación de la cultura Latinoamericana a través de su música. Pero no solo de música se trata, en el camino se entretejen valores como la solidaridad y el compañerismo: “La orquesta solo funciona como trabajo de equipo y solo funciona como experiencia colectiva. La experiencia orquestal existe como experiencia colectiva, y solo es posible si yo escucho al otro, si yo comparto e interactuó con el otro sabiendo ocupar el lugar, y para nosotros eso es una gran metáfora de como queremos que funcione una sociedad”, asegura Roni.

El día que toca la orquesta siempre es un día de mucha alegría, los chicos se despiertan muy temprano porque tenemos que llegar una hora antes para probar sonido, para probar la orquesta, armamos el escenario, ya desde temprano está la expectativa de compartir cuando empieza a sonar la orquesta, lo veo en la cara de los chicos y las chicas porque uno entra en una especie de transe, y ese transe es un momento en que todo el mundo se detiene y las problemáticas de todo lo que viven los chicos por un instante desaparecen, entonces la magia de la alegría y del compartir se posicionan, es un día de felicidad, yo pienso que la felicidad son momentos y tocar con la orquesta es un día de mucha felicidad, mientras dura es maravilloso.

Roni está convencido del trabajo social y la necesidad de que las orquestas existan en los barrios, sin embargo, sabe que vivimos tiempos complejos donde la cultura es cuestionada desde el poder y por la sociedad misma: “Estamos viviendo tiempos muy complejos, en parte hay mucha confusión, y en parte también hay un cambio de paradigma que genera mucha tristeza, porque durante muchos años se ha trabajado y se ha peleado mucho para concientizar sobre los beneficios de la cultura y el arte, a mi me parece que más que beneficios es una pieza central: un pueblo que no tiene cultura es un pueblo que no tiene historia, un pueblo que no tiene arte es un pueblo que no tiene identidad. Mucha gente cree que es algo subsidiado y que puede esperar y, la verdad es que no es así. Un pueblo que no tiene cultura es un pueblo que no tiene columna vertebral, por más que paremos la inflación como se habla tanto, si no tenés una cultura que sustente vamos al abismo, esa es la verdad”, dice.

Y agrega: “Este tipo de experiencias culturales como la que transitamos en la orquesta, no solo forman parte del acervo cultural, sino que son experiencias de emergencia cultural que están sosteniendo esta tradición que se forma en los barrios y que hace que estos chicos no se desbarranquen, por decirlo de una manera apresurada, pero vemos la desesperación diaria en los barrios, vemos la situación de emergencia que estas experiencias están conteniendo y están permitiendo que rescaten la vida de muchas personas. Es muy triste que la gente cuestione el rol de la cultura, desde acá tenemos nuestra trinchera y nuestra arma de lucha que es nuestro instrumento”.

Hace 20 años atrás, el musico llegaba a Mate Cocido para sumergirse en la experiencia barrial a través de la música, el teatro y los libros. “Yo me apropie de ese espacio y he ido construyendo mi carrera ahí, si bien tengo otros lugares donde enseño y toco música, todo eso me ha servido para volcarlo en la orquesta y se retroalimenta. Siento que la orquesta me alimenta y, al mismo tiempo, traigo mi experiencia para ahí”, afirma.

Roni se identifica como musico popular y está convencido de que la orquesta es el lugar correcto, de que el arte salva y que debe estar en los barrios, al alcance de todos, y no en manos y para el placer de pocos. Sabe que su trabajo tiene un valor para la sociedad y así piensa seguir sosteniédolo y defendiéndolo. 

Llega el momento en que la orquesta debe tocar en la feria y Roni se despide y saluda a los trabajadores en su día: “Un saludo y un abrazo fraterno a todos los trabajadores y trabajadoras de la cultura, a todos los trabajadores de este país maravilloso que aguantan. Tenemos que ser fuertes y unidos y vamos a lograr todo lo que necesitamos”.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por el tucumano (@eltucumanook)