"La sucursal del Cielo": San Pedro de Colalao, las fotos mágicas y la historia del paraíso terrenal de Tucumán
Abrimos las puertas de la primera villa turística de la región, con un clima agradable, un paisaje encantador, las Cumbres Calchaquíes, el río Tipas, moreras, tarcos, La Gruta de Lourdes, La Piedra Pintada, El Puente del Indio, La Laguna Escondida, El Cabildo Indiano, las noches en GL y mucho más. Adelante. | Por Gabriela Neme
¿Estuviste ahí? Fotos de Fotos Antiguas de Tucumán y Turismo de Tucumán. Tucumán
"La sucursal del Cielo" se encuentra en Tucumán, para ser exactos en San Pedro de Colalao, una pequeña ciudad y comuna rural situada en el Departamento Trancas, considerada como la primera villa turística de la región. Su éxito quizás se debe a la conjunción de una serie de factores: un clima agradable, con noches frías en invierno y suavemente cálidas en verano; sumado a un paisaje encantador debido a su ubicación en una región boscosa, rodeada de impresionantes cerros al pie oriental de las Cumbres Calchaquíes; y, además, por estar atravesada por el río Tipas, lo que la convierte en uno de los destinos preferidos por los habitantes de Tucumán.
La historia de este paraíso terrenal se remonta a tiempos prehispánicos, cuando la cultura La Candelaria dejó sus huellas en la región. Con la llegada de los españoles a finales del Siglo XVII, liderados por el Capitán Pedro de Ávila y Zárate y el sacerdote Luis Marañón, se fundó la encomienda de San Pedro de Colalao junto con 47 indígenas, marcando así el inicio de la villa rodeada de majestuosas estancias. En 1858, la comunidad local donó terrenos para la construcción de una iglesia y, mediante la venta de lotes, se inició la formación de un núcleo poblacional. En 1901 se estableció la comuna y al año siguiente se erigió la Iglesia de San Pedro, donde los jesuitas enseñaron a los lugareños labores agrícolas y artesanales.
A partir de 1914, un gran número de inmigrantes procedentes de Siria, El Líbano, Francia, Italia y España llegaron a la región, creando lo que se conoce como un auténtico "Crisol de Razas". Con el tiempo, la villa comenzó a expandirse y se fueron construyendo viviendas de una o dos plantas que transformaron el paisaje junto con sus calles arboladas con moreras y tarcos. Muchas de esas casonas se conservan en buen estado y fueron pasando de generación en generación. La población actual supera los 3.000 habitantes permanentes, lo que refleja su diversidad cultural y riqueza histórica.
El corazón de la villa es la plaza Leocadio Paz, que atrae a todos los visitantes para pasear por los puestos de artesanos que se instalan allí, o para disfrutar de un mate o una cerveza en alguno de los bares cercanos. Además, el 29 de junio de cada año, la plaza se convierte en el escenario de celebraciones dedicadas al santo patrono San Pedro y a la Semana Santa.
San Pedro de Colalao forma parte del Circuito Turístico Valle de Choromoros y ofrece una amplia variedad de atractivos turísticos, como La Gruta de Lourdes (con la celebración de la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, los 11 de febrero), La Piedra Pintada, El Puente del Indio, La Laguna Escondida, El Cabildo Indiano, entre otros. No faltan los tradicionales festivales durante el mes de enero como el Festival Nacional de la Humita, en febrero el Festival Nacional del Quesillo y el Festival Nacional de la Nuez.
Esta Villa turística fue escenario de muchos recuerdos y experiencias significativas para aquellos que lo han visitado o vivido allí. Para muchos, fue el destino de las primeras salidas de grupos de amigos en la adolescencia, donde experimentaron la emoción de instalarse en carpas, compartir mates durante el día y luego ir a bailar por la noche al recordado boliche GL. Despierta también la añoranza en las familias que compartieron gran parte de su vida allí; los recuerdos de momentos felices, reuniones familiares, días de descanso y diversión, se entrelazan con su belleza natural y atmósfera acogedora, creando un vínculo especial con aquellos que vivieron experiencias inolvidables.
Si decidís visitar San Pedro de Colalao este verano o en cualquier época del año, podés optar por pasar el día, quedarte un fin de semana o incluso una temporada completa. La localidad ofrece una variedad de opciones de alojamiento que incluyen albergues, hosterías y hoteles, donde podrás probar la deliciosa comida regional en sus restaurantes, bares y pizzerías. Además, cuenta con lugares ideales para el turismo de aventura y el turismo sostenible, brindando experiencias únicas para los visitantes.
Podés encontrar artesanías producidas por sus pobladores, que se dedicaron a diversas actividades tradicionales a lo largo de los años. Entre ellas, se destaca la talabartería y marroquinería, utilizando cueros de vaca, cerdo, oveja y cabra. Asimismo, se especializan en la producción láctea artesanal, destacándose la elaboración de excelentes quesos criollos y quesillos a partir de las leches de vaca, oveja y cabra. En los alrededores de la localidad se cultivan nogales, y entre los ricos alfalfares y gramones se crían rebaños de llamas. También se lleva a cabo una producción de dulces regionales, como el de cayote, membrillo, batata y leche. Estas actividades no solo son parte de la tradición y la cultura local, sino que también contribuyen a la economía de la región y ofrecen productos de alta calidad que son apreciados tanto por los habitantes como por los visitantes.
En la periferia de este maravilloso lugar existen una serie de atractivos, que ofrecen experiencias únicas para los amantes de la historia y la naturaleza. A solo 3 kilómetros de la plaza Leocadio Paz, detrás del panorama de Monte Bello, se encuentra el Ojo de Agua, una gran vertiente por donde fluyen las aguas cristalinas desde la cordillera. A 8 km, se halla el fascinante sitio arqueológico de La Ovejería, donde se pueden apreciar atractivos petroglifos tallados antes de la invasión incaica. A 15 km se encuentra el paraje de Hualinchay, que ofrece hermosos paisajes montañosos que se inclinan sobre el río Tacanas, donde se encuentra un Museo Arqueológico enfocado en Cultura Candelaria. Otros sitios de interés son Chulca y Campo la Chuña.
La sucursal del cielo es parte de nuestro patrimonio y de la memoria colectiva de muchos tucumanos. ¡No dudes en explorar todo lo que esta encantadora villa turística tiene para ofrecer!