Sorprende, relaja y enamora: la villa de paisajes privilegiados que se erige como una joya en Tucumán
Con su clima benevolente acariciando su frondosa vegetación, las actividades rurales cobran vida como un poema en esta tierra impregnada de legado cultural e histórico. Sus yacimientos arqueológicos son testigos silenciosos de la rica narrativa que se despliega en cada rincón. Una invitación constante a sumergirse, distenderse y atesorarlo para siempre.

San Pedro de Colalao.
Si buscas un refugio para escapar de la monotonía y sumergirte en la riqueza natural, cultural e histórica de esta provincia, San Pedro de Colalao se erige como una de las gemas más destacadas. Para aquellos que vienen de fuera, es reconocida como un encantador rincón oculto entre montañas, bosques y ríos, y con razón; no obstante, su esencia trasciende las expectativas.
Situada a menos de 100 km de San Miguel de Tucumán, con un tiempo de viaje de 1 hora y 50 minutos, esta villa turística es precursora en nuestro Jardín de la República. El clima, favorable a lo largo de todo el año, ofrece temperaturas que oscilan entre los 15 y 30 grados.
El lugar ofrece una diversidad de actividades para todos los gustos y edades, desde las más sosegadas hasta las más emocionantes. Aquí puedes maravillarte con la belleza de sus paisajes, como la Piedra Pintada, el Puente del Indio y el Cabildo Indiano, que son testimonios de su pasado prehispánico y colonial. Además, tienes la oportunidad de sumergirte en el turismo rural, participando en las labores y costumbres de los lugareños, quienes se distinguen por su hospitalidad y cortesía.
La gastronomía criolla, confeccionada con productos locales de alta calidad, constituye otra exquisitez que no debes perderte. Y, para los entusiastas de la aventura, se ofrecen experiencias como cabalgatas, senderismo, mountain bike y otras actividades al aire libre, que permiten apreciar la rica flora y fauna de la región.
Pero eso no es todo. San Pedro de Colalao también se distingue por su compromiso con el turismo sustentable, una iniciativa orientada a preservar y valorar los recursos naturales y culturales de la región, generando beneficios tanto para la comunidad local como para los visitantes.
En pocas palabras, este lugar te deja con la boca abierta, te da paz y te roba el corazón. Lo mejor de todo, es que es bien nuestro.