"No te mueras con tus muertos": la clave de una tucumana para atravesar el duelo
Esta semana los tucumanos recordaron a sus muertos. Proliferan los altares como en México, y la búsqueda de respuestas se convierte en una constante para superar el dolor por perder a quien amamos: estar presentes, ser conscientes, y hacernos responsables de nuestra vida sin culpar a los otros para superar el dolor.

Si hay muerte, es porque hubo vida. Y si tenemos vida, sabemos que el camino es únicamente hacia la muerte. Tantas cosas se podrían decir sobre el cese de la vida, pero hoy nos enfocamos en los que quedan. En los que deben asimilar ese proceso que para la ciencia es simplemente el cese de la homeostasis: cuando el organismo es absolutamente incapaz de seguir funcionando de tal manera que las funciones vitales lleguen a tiempo y mantengan el funcionamiento de esa máquina perfecta.
El jueves los floristas tuvieron el día más próspero del año, equiparable únicamente a San Valentín quizás: el Día de los Fieles Difuntos, conocido en otros países como el Día de las Almas, el Día de los Muertos, y muchos otros nombres que sirven para tener un día exclusivo en donde recordamos a los que ya no están físicamente entre nosotros.
NINDA es una palabra que se usa para resumir la teoría de Kübler-Ross, y que describe las cinco etapas más comunes que atraviesa una persona que vive la pérdida de un ser amado: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Sin embargo, las maneras de abordar y afrontar esto que –nos toca a todos y a todas- no es igual para cada uno de nosotros.
Las herramientas no son iguales para todos, sin embargo, hay maneras de potenciarlas. Mariana González es licenciada en psicología (MP 2467) trabaja a través de la terapia gestáltica, y el tema de atravesar la muerte de un ser querido fue una urgencia en su profesión luego del primer año de pandemia: “En el 2021 hicimos un taller destinado a quienes estaban atravesando un duelo, junto a mi compañero Daniel, de teatro. Fueron muchísimas personas pero no solamente que habían perdido a un ser querido a través de su muerte, sino que recibimos a personas que duelaban un trabajo, una pareja por separación, un cambio de rol en su vida… todo cambio fuerte lleva un proceso de duelo”, explicó la profesional para eltucumano.
En ese sentido, Mariana contó de qué se trata la terapia de Gestalt: “Es un abordaje mucho más integral que solo la palabra. Nos movemos con cuerpo, mente, emoción, espíritu. Los objetivos son más que nada el poder estar en el presente, hacernos responsables de nuestra existencia aquí y ahora, y estar viviendo en sintonía con ello” remarcó, para hablar sobre las propuestas grupales en donde es posible trabajar distintas situaciones en acompañamiento de más de un solo otro: “Tenemos formación en herramientas grupales, hay muchas propuestas en grupo y mueven muchísimo, hay una cuestión energética que es llenadora”.
Sin embargo, continuamos en el camino de pensar sobre procesar la ausencia de ese otro. La psicología, o al menos en muchos de sus operadores, insiste en que un duelo procesado de manera correcta o concienzuda, pude tener un saldo tremendamente positivo sobre la persona, llevándola inclusive a tener mejores resultados en su vida de los que tenía antes de vivir esa muerte cercana: “Cuando logramos entender que existe la muerte, podemos comprender que estamos vivos y que todos los días me puede suceder esa muerte. Quien la vivencia de cerca y que vivencia el duelo de una manera creativa, se siente mucho más vivo, aprecia la vida” dijo.
La muerte como la mejor oportunidad para valorar nuestra vida
En la experiencia del taller de Mariana y Daniel, entre las dinámicas propuestas a través de la teatralidad, se presentó la figura de un ser humano fallecido. Quienes estaban aquí pudieron despedirse de alguna manera de ese ser querido que ya ha pasado a otros planos: “En nuestro caso, les contamos que como grupo propusimos crear situaciones para realmente despedirse de ese ser querido. Si bien es como volver a encontrarse con ese momento de la pérdida, a la vez es una propuesta que abre más posibilidades de cómo despedir. La teatralidad es muy útil para lidiar con las despedidas y el duelo. Culturalmente tenemos muy instalada la despedida del velorio, con toda su tristeza. La idea es armar esa despedida en torno a lo que esa persona quiera hacer para realizarla, poder trabajar con la muerte para valorar la vida” opinó.
Este último 2 de noviembre, los altares para nuestros muertos se multiplicaron todavía más que el año pasado. Quizás el efecto de “Coco” continúa haciendo mella en los tucumanos, o quizás culturalmente muchos tienen la necesidad de sacar herramientas más positivas para recordar a los suyos: “En México es un festejo pensar en los muertos. La gente busca de alguna manera crear nuevas formas de dejar partir a un ser querido. Nuestros muertos también nos dejan mensajes y energía vital, si prestamos atención podemos comprender de los que ya no están cómo es posible vivir una mejor vida”.
Con este mensaje, la terapeuta quizás apunta a quienes también plantean una reflexión en torno a todo ese mundo de posibilidades que esa persona ya no tiene, pues la vida se le ha esfumado, o pensar quizás en las causales de muerte que podrían haber sido identificadas y que podemos tener en cuenta para nosotros mismos y para el resto de nuestros seres amados: “Pensar en que podemos vivir una mejor vida a partir de la partida del otro es un trabajo difícil porque la mayoría de la gente se muere con el muerto, en esto de negar la ausencia. Aceptar la ausencia como un cambio de materia es trascender en cuerpo, pensamientos, conectarnos con los demás. Por eso, es necesario hablar de la muerte. La ansiedad llega cuando nos damos cuenta de cuánto perdimos sin vivir. Pensar en la muerte a veces nos hace mal porque sentimos que no lo estamos aprovechando. Mostrar la muerte es mostrar que puedo vivir en coherencia conmigo mismo, y que la muerte está en todo, todo” agregó Mariana González.
Priscila Palacios es una tucumana que, tras ser paciente de Mariana, decidió realizar al taller en medio de una separación, como un modo de atravesar ese duelo por la relación que se rompía. Lo que quizás no sabía, fue que las herramientas de ese tipo de ayuda grupal y terapéutica, le ayudaron a atravesar la muerte de su madre.
“Recuerdo que de las herramientas más valiosas que me llevé, la principal era como un lema, y es que el estar presentes en el aquí y en el ahora, es decir, ‘no te mueras con tus muertos’. Claro que esto aplica para la muerte de los proyectos, relaciones de parejas, trabajos, casas, cambios de provincias, etc. Estar presentes me ayudó mucho a decir ‘bueno, ya está bien, no está más aquello que perdí pero si tengo todo esto otro, cuento con todas las herramientas, riquezas, y un presente rico que me espera para vivirlo’”, recordó para eltucumano.
“La conciencia fue otro gran lema que me llevo de aprender a atravesar el duelo. Vivir en el pasado es estar en otra dimensión, estar ausente… estar consciente es entender qué es lo que me está pasando y reconocerme en ese dolor, en esa pérdida, reconocerme dolida, herida, perdida” agregó.
“Finalmente, me sirvió mucho ese sentido de la responsabilidad, la tercera cara de esta especie de moneda de tres caras para seguir adelante. Estoy presente aquí y ahora, soy consciente de lo que estoy viviendo, y bueno, no puedo seguir cerrando los ojos. ¿Qué hago con todo? ¿Sigo llorando, sigo escarbando mi tumba? ¿Me muero con mis muertos o tomo decisiones para seguir viviendo mi vida? Me pasó de tener que tomar decisiones a diario para estar mejor para volver a cierto equilibrio. Decisiones pequeñas pero que hay que tomarlas”, aconsejó Priscila.
Quizás la manera de esta tucumana de comprender este proceso doloroso pero presente en cada persona que tenga al menos un ser querido en la vida, deja un importante consejo para quienes viven un momento doloroso en este momento: “En mi caso yo fui por una cuestión vincular, por un duelo de una pareja, pero entendía que el amor no se muere, es algo que viene con cada uno de nosotros y que se sigue alimentando, necesita leña para seguir viviendo, y que necesita vínculos nuevos para seguir existiendo. Yo retomé una carrera que tenía olvidada, estoy a una materia de recibirme ya, es como decir que se cierra una puertita pero hay otras que están abiertas y están esperando para ser atravesadas”
“Ahí vuelve esto de que podemos salir de una ansiedad o una depresión volviendo a construir el deseo, hasta en lo más chiquito. El deseo de cocinar algo rico, caminar 20 minutos por día, visitar a dos amigas por semana, volver a amar la vida con metas pequeñas. Volver a amar estar vivos, encontrarle el gusto. Manejar la muerte de un ser querido es una frustración tremenda, que te corran del trabajo, tener enojos con la pareja, son frustraciones que me llevaban a estar enojada, a ponerle la culpa a otros. Nos enfocamos en todo lo que el otro me hace o no me hace para justificarnos todo el tiempo. Me parece sumamente importante volver a mirarnos a nosotros es ser responsables también. Si culpo al otro me sigo quedando en esto de que lloro, de que me quejo, de que todos me han herido. Está bien decir que una persona no me quiso, por ejemplo, pero yo si puedo quererme, y puedo hacerlo de miles de maneras” oopinó.
Finalmente, Priscila nos confiesa cómo transformó todo el dolor en algo positivo: “Hice cambios profesionales desde ese dolor que me llevó al taller hace dos años. Ahora casi termino mi carrera, disfruto de otro lugar la maternidad, me animé a viajar sola por primera vez, me empecé sentir merecedora de más”.
Para cerrar su mensaje de manera terapéutica, la licenciada González brinda un mensaje esperanzador para quienes hoy se encuentran viviendo un momento de profundo dolor: “Nunca es tarde, miren a su alrededor, piensen en quienes están a la vuelta. podemos nutrirnos de todos. Nuestra energía es contagiosa para quienes nos rodean. Pensemos en como queremos que nos recuerden. En salirnos un poquito de la tristeza. Siempre hay tiempo, siempre podemos despertar. Estamos hechos de pulsión de vida y de muerte. El instinto vital de vivir a pleno la vida lo tenemos todos”.