"Eso no era normal": otra aterradora experiencia en El Rulo que vivió un tucumano

En más de una ocasión se han conocido historias de algunos tucumanos y tucumanas que han atravesado situaciones poco comunes en la zona conocida como El Rulo, bajando de San Javier. Zona emblemática de la provincia en plena ruta 338.

Este relato de esta noche, es contado por un internauta anónimo en Tucumán Paranormal: “Hola amigos del misterio, me llamo Rodolfo y esta experiencia que viví me pasó hace cuatros años una tarde bajando del cerro San Javier. Me gusta pedalear, lo hago desde hace tiempo. Por lo general salgo en horas de la siesta cuando el día está lindo”, comenzó.

“Cargo una pequeña mochila con un kit de auxilio, herramientas, luces para mí bicicleta entre otras cosas. En una ocasión subí temprano al cerro, llevé algo para comer hice un par de senderos y decidí pegar la vuelta ya que la noche empezaba a caer. En el descenso no había tantos vehículos bajando, tenía la bicicleta en buenas condiciones”, aseguró para la página que relata historias paranormales de todo tipo, pero vividas en nuestra provincia.

“Al acercarme a la zona conocida como el rulo quedé prácticamente solo y rodeado la oscuridad que tiene ese lugar. La luz que tiene la bicicleta extrañamente se agotó, lo cual me parecía extraño ya que es recargable y estaba bien antes de salir”.

“Pasando por el rulo sentí de repente a mis espaldas una voz muy fea con un efecto de eco, no pude recordar que es lo que dijo pero si su timbre era horrible y a los pocos segundos pude percibir que respiraban agitadamente muy cerca de mí, no quise darme vuelta para no evitar una caída”, comentó.

“En ese momento en que sentí esa presencia cerca mío, miré a mi alrededor para ver qué podría ser, pero no había nadie en absoluto.  Estaba solo en esa zona donde aseguran pasan cosas raras. Sabía que a lo largo del tiempo, se han sucedido una serie de relatos acerca de la aparición de un espectro de una mujer” recordó.

“Lo cierto es que pasando el rulo una curva más abajo a metros, vi como una silueta de una persona corría desde la ruta hasta perderse en las yungas. De eso no me olvidó y al pasar por el lugar exacto de esa aparición, sentí que me llamaron por mi apodo. Mi reacción fue salir rápido del lugar estaba seguro que eso no era algo normal. De solo estar la luz de la bicicleta volvió a funcionar normalmente”.

Y aquí es donde el relator recordó el momento más aterrador de todo: “Llegando a una gruta que se encuentra más abajo de donde venía, un silbido que nunca olvidaré se escuchó fuerte. Realmente fue una experiencia que me dejó pensando por mucho tiempo, más que nada por las cosas que se cuentan de esa ruta y de ese tramo conocido que verdaderamente se las trae” finalizór el aterrador relato que se suma al listado de tucumanos que guardan experiencias aterradoras en ese sector de la Ruta Provincial 338.