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"En la ficción sabían que la obra no iba a avanzar": María Lobo, y la gran novela en la Ciudad Universitaria que no fue

FM LATUCUMANA 95.9

Es la autora tucumana que hay que leer. En “Ciudad, 1951” narra una historia de amor entre dos arquitectos, ambientada en el corazón de San Javier. Su obra ya ganó el Premio Fondo Nacional de las Artes, será publicada por Tusquets y aquí su adelanto. VIDEO

María Lobo, escritora tucumana. Foto: Juan Pablo Sánchez Noli.





María Lobo (1977) es la autora tucumana que hay que leer. Ya ha publicado las novelas San Miguel (Qeja), El interior afuera (Qeja) y Los planes (Punto de Encuentro), y en 2024 llegará a las librerías Ciudad, 1951, publicada nada más y nada menos que por Tusquets, luego de haberse adjudicado el Premio Fondo Nacional de las Artes.

“Después de que ‘Ciudad, 1951’ ganó el Fondo Nacional de las Artes, la gente pensó que el libro ya estaba en la calle. Pero no. Se premia una obra inédita donde los escritores nos presentamos con seudónimos. El libro no está aún pero, y a esto no lo he compartido en ningún lado, se va a publicar por Tusquets el año que viene. Así que van a tener que esperar un poco”, celebró la escritora en diálogo con Ana Pedraza.

Que una editorial como Tusquets publique la novela de Lobo dice mucho y dan ganas, antes de que sea papel, de adentrarnos en sus páginas y saber con qué vamos a encontrarnos cuando leamos “Ciudad, 1951”: “Como indica el título se desarrolla en la Ciudad Universitaria en 1951 y es protagonizada por dos arquitectos, que son personajes de ficción, todo ambientado en el momento en que se está llevando adelante la construcción de la ciudad universitaria de San Javier, una obra que arrancó en 1947”.

¿De qué trata la novela? “Es una historia de amor entre ellos, Benita y Charles. Como particularidad, los protagonistas de la novela son personas que recuerdan el futuro, hablan del pasado, del presente, del futuro, hablan todo el tiempo de la Ciudad Universitaria. Los protagonistas de la novela sabían que no iba a avanzar, que el esqueleto, que la famosa obra iba a quedar inconclusa en ese lugar tan especial como San Javier. Los personajes están todo el tiempo debatiéndose si trabajar en ese proyecto que no va a prosperar”.

“¿Qué pasó con la Ciudad Universitaria en Tucumán? ¿Por qué creés que no se hizo?”, le consultó Ana a la autora tucumana, quien aclaró: “La novela no va mucho por ahí. Ellos discuten mucho sobre arte, arquitectura, familia, vínculos humanos. Estuve mucho tiempo investigando, leyendo sobre el tema, sobre la residencia en sí, la arquitectura en sí, todo junto a un amigo arquitecto que es Lucas Guzmán, quien me ayudó muchísimo. Pero la trama no va por ahí. Sé que hay una versión oficial de por qué termina, que es por el cambio de gobierno, pero la novela no pasa por ahí. De acuerdo a la documentación a la que accedí había miradas sobre lo que debía ser el proyecto arquitectónicamente, qué forma debía tener. La mirada sobre la arquitectura es la mirada sobre la vida. Pero hipótesis o referencias a la política no tengo”.

En una entrevista con Infobae, al hablar de su novela San Miguel, María Lobo dijo: “La mirada hacia nosotros los provincianos, se mueve entre el desprecio y la condescendencia”. Esta sentencia ¿también se percibe en Ciudad, 1951? “Sí, es la novela sobre la cual más explayé re esa idea. Hay una geografía en mis libros que retrata un país dividido en muchas ciudades y una provincia. Benita es la única arquitecta que viene de esa provincia, Charles es chaqueño, pero al Chaco en la geografía que yo propongo es una ciudad capital. Ella, Benita, todo el tiempo se está quejando en la novela de que es de una provincia de un nivel inferior. Se la pasa renegando todo el tiempo”.

“Ciudad, 1951” se publicará en 2024, pero ya hace ruido. “¿Qué nos espera a los lectores y cuál es el Tucumán próximo que tenés pensado narrar?”, consultó Ana. Y María respondió: “Yo nunca escribo sobre Tucumán. Escribo sobre San Miguel, que no es lo mismo. En esta geografía hay cosas que los tucumanos se identifican, pero no me gusta situar mis historias en un lugar concreto. Me gusta trabajar con los estereotipos y si uno lo encasilla con el lugar se pierde la conciencia del estereotipo. Me gusta descentrar y salirme del lugar concreto”.