Top

"Me emocioné cuando lo vi": la historia de Pelón campeón, el Messi de Amaicha con mural propio

HISTORIA DE ACÁ

Tenía 5 años Marcelo Ayala cuando empezó a jugar en el club San Ramón de Los Zazos. Hoy tiene 30 años y es el goleador de la Selección Argentina de talla baja campeona de América. Cómo vive y qué sueña. Viaje íntimo en remis hasta la casa del jugador del pueblo.

Marcelo Ayala tiene su propio mural. Fotos: Marian Gallardo.





El sol pega limpio y seco los sábados a la siesta en Amaicha. Las máquinas de Kiko Bazán despejan el camino hasta El Remate. Tienen que hacerlo antes de que los vecinos corten la ruta. Mamaní tiene la 10 de Messi y conduce el remis que sale desde la plaza mientras que el locutor de FM 102.5 Radio Libertad , entre cumbias y guarachas, anuncia que hay ajo deshidratado y que hay grasa de cinco y diez kilos la caja, todo a la venta en la casa de la familia Yapura Suárez en la cuesta de El Pelao, Los Zazos.

Cuando el remis de Mamaní (381-2025493, excelente servicio) se está acercando al club San Ramón, unos metros antes de llegar, asoma un mural pintado sobre la pared de una casa. De ida maneja rápido Mamaní y no se alcanza a distinguir en detalle al mural: sí, se ve una copa; sí, se ve un hombre feliz que la besa; sí, se ve una camiseta argentina. No, no es Messi.

Será en el camino de regreso a la plaza cuando el remis ahora conducido por Cajal (381-5984533, muy buena música) se produzca el siguiente diálogo entre pasajeros y remis:

-¿Podemos parar para sacarle una foto a un mural de la Selección Argentina? No sabemos bien quién es, pero no parece Messi.

-¿El del mural? ¡Ese es Pelón! ¿Este mural? ¡Ese es Pelón! El goleador de la Selección de talla baja. Es de acá Pelón, de Los Zazos. Ahí está besando la Copa América. Mirá, ahí viene. ¡Eh, Pelón! Acá te quieren conocer.

Entonces aparece Marcelo Ayala, Pelón. El delantero tucumano es el goleador de los valles, tiene 30 años, mide 1.42 de estatura, es inmenso en el área rival y el orgullo de Mamaní, de Cajal, de Morales, de Centeno, de Guerra, de todos los remiseros de Amaicha, y de Miriam también, la única conductora mujer entre tanto acullico y FM Calchaquí 105.1, La Radio Más Escuchada, con DJ Ramón Ayala, pa.

Después de las fotos de Pelón con su propio mural en la puerta de su casa, la entrevista telefónica con el tucumano se concerta para el martes pero el goleador no atiende, para el miércoles pero no atiende, para el jueves pero no atiende, hasta que por fin atiende este viernes: “Es que andaba ocupado, entrenando por mi cuenta. El 28 me tengo que presentar en Buenos Aires. Nos donaron una traffic para que la Selección se movilice. Y el 1º de marzo tenemos un amistoso contra Quilmes para ver cómo estamos. Desde que salimos campeones en Europa no jugamos”.

La única diferencia entre el Pelón real y el Pelón del mural es el pelo y la camiseta. En el mural, Pelón está rapado tal como jugó en la Copa América que está besando en el mural y que ganó en Perú. Y como también jugó en España cuando la Selección fue invitada a jugar la Eurocopa donde también conquistó el 25 de noviembre. Esos fueron los últimos minutos oficiales de los dos tiempos de 30 en la cancha de fútbol 6 donde Marcelo Ayala desplegó su magia y quedó afónico como lo hace desde los 5 años, cuando toda esta historia empezó sobre las mismas calles de tierra por donde hoy pisan sus alpargatas azules a tono con el short de la Selección que viste en las fotos junto al mural.

“Nací aquí. Siempre jugué a la pelota. En San Ramón jugaba desde los 5 hasta los 18. Cuando pasé a 3ra. me llamó un chico de San José de Catamarca. Acá antes no había seleccionado provincial. Así que jugué para Catamarca en la liga santamariana y me hice conocido cuando viajamos a jugar la Copa Argentina. Debuté en Corrientes, salió campeón Buenos Aires pero se fijaron en mí y me llevaron a la Selección. Ahí empezó mi historia con la Selección”.

Aquella primera vez para Pelón fue mucho más que un debut con la Selección Argentina de talla baja. Marcó el inicio para Marcelo Ayala de, por ejemplo, comenzar a viajar más seguido en colectivos de larga distancia que no abona por su carnet de discapacidad, un detalle que el goleador habla sin reparos. “Es que a mí nunca me hicieron problemas por mi estatura. Mido 1.42, soy bajo, pero nunca me hicieron burla”. 

“Acá la gente es buena, me quiere, soy conocido. Acá la gente se da cuenta al ver que sos talla baja, te comprenden. Pero con algunos de mis compañeros no fue así. Sí pasaron momentos incómodos. Sí, lo hablamos al tema en las concentraciones. La primera vez que me tocó viajar iba con miedo, no sabía cómo me iban a recibir los otros chicos de talla baja, pero fue la mejor. Es un lindo grupo, te preguntan los nombres, dónde vivís. Son muy piolas los vagos, hay algunos que son cargosos, pero son muy piolas. Yo soy más tranquilo. Me gusta estar concentrado”.

Así como Marcelo Ayala tiene su propio mural besando una Copa con la camiseta de la Selección Argentina, la imagen de Lionel Messi se replica en distintos rincones del país y del mundo. “Conozco la historia de Messi. Sé que se ha operado para ser más grande, más alto, sé eso nomás. Verlo a Messi es un orgullo, es un gran jugador, un gran muchacho que por su historia se ha tenido que ir del país”, reconoce e infla el pecho cuando se repara en el mural.

“Yo no sabía nada del mural, fue una sorpresa. Me emocioné cuando lo vi. Me lo han hecho los chicos de la Escuela 50 Santa Cecilia. El profe lo dibujó y los chicos lo pintaron. Está muy bueno. Y ahora cada vez que llego a mi casa lo veo. Acá vivo con mis hermanas Cecilia y Marcela, y en Buenos Aires están mis hermanos Guillermo, Sebastián y Fernando. A todos les mando saludos si leen la nota. Acá estoy con ellas, con mis hermanas ahora. En mis tiempos libres estoy acá en la casa nomás. Cuando no juego ni entreno hago la limpieza de la casa desde que mis viejos han fallecido. O salgo a dar una vuelta por El Remate o a la plaza de Amaicha”, relata el goleador, quien volvió a su lugar en el mundo en un camión de Bomberos después de ganar la Copa América.

“Yo no podía creer la cantidad de gente que había esperándome. Mucha gente me quiere: Colalao, Quilmes, Amaicha, Tafí, en todos lados me quieren. Ese día que me recibieron no me lo esperaba nunca, fue un orgullo. Y ahora tengo la esperanza de jugar el Mundial. Esperamos que se juegue en septiembre, pero no se sabe todavía. Quiero seguir entrenando fuerte. Por eso pedí un kit de entrenamiento a la comuna, unos conitos naranjas, una pelota, pechera, esas cosas para ponerme a punto. Quién sabe qué puede pasar en el Mundial. Soñamos con ganarlo”, concluye Marcelo Ayala mientras Amaicha ya se prepara para el fin de semana del carnaval, con sus calles colmadas nuevamente de gente por primera vez desde el Mundial, con Mamaní, con Cajal, con la radio Libertad, con la Calchaquí, con todo a todo volumen, con todo desbordado de felicidad, de espuma, para que el valle sea un puño apretado, para que viva Pelón, para que viva Pelón campeón.

El mural.

La familia Ayala, orgullosa.

Así recibieron al campeón en Amaicha del Valle.