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"La vida viene, te pega una piña y chau, fin"

Música

La trampa de Fellini es el debut en solitario de Ramiro Zaravia (ex El Estúpido Martes Sangriento). Lo entrevistamos y nos habla de trabajar solo, de la anécdota de Charly que le dió nombre al disco y de las cosas que realmente importan para él. | Por Jerónimo Cipriani.

Fotografía por Nelson Urdaneta





La Trampa de Fellini es el nuevo proyecto solista de Ramiro Zaravia, ex integrante de El Estúpido Martes Sangriento. Con muy pocos días de publicado, No me maten aquí, yo quiero morir en Hollywood es la vía directa para cumplir con las obsesiones personales de su compositor y la primera parte de lo que será, para él, una trilogía.

Con Ramiro, tuvimos que hacer una segunda entrevista porque la primera se fue con un celular robado. Para esa primera vuelta nos habíamos juntado tipo ocho de la noche en un café, nos enganchamos charlando y no dejamos de hablar hasta las una en mi casa. Hablamos de La trampa, de los Martes, de la vida y mil cosas. No sé qué hubiera hecho con tanto material para des-grabar. 

Quedó eso atrás y nos organizamos para una segunda vuelta. Otra noche, otro lugar, otra entrevista.  Caminamos un poco y llegamos a la meca cervecera local, Trigo limpio. ¡Qué hermoso bar! Mil tipos de cervezas increíbles, excelente atención y clientela fiel. Buena música, siempre. 

Estamos en la vereda. Lejos del sofoque y la humedad de días anteriores, la noche está hermosa y el clima no se podría mejorar. Anoche la lluvia lavó el aire y corre un viento fresco y suave. Siento el mar cerca: cierro los ojos, respiro profundo y ahí está la sal, el protector solar y las cremas. Abro los ojos, Ramiro al frente, agarro la cerveza y brindamos.

- ¿Qué sentís ahora trabajando como solista?

- Mirá, ha sido un poco sacar ese lado dictatorial que tiene toda persona que le gusta el arte. Todo tipo que le gusta hacer arte es medio dictador en el fondo. Pero cuando vos tenés una banda tenés que aprender que la democracia es una obligación, porque si no, no funca. En los Martes (El Estúpido Martes Sangriento) éramos dos cabezas, Fleko y yo. Cada uno traía una canción y la trabajábamos entre todos, pero en el medio de eso también se perdían algunas cosas subjetivas de cada uno. De repente hacer un disco solo era como hacer uno completamente para mis obsesiones. Y mis obsesiones son la música y el cine. 

- ¿Qué es lo que tomas del cine?

- Es como agarrar una esencia y darle al disco un alma. Por ejemplo, cuando lo escuchas a Yupanqui, escuchas campo, escuchas monte, el sonido de la naturaleza. Y cuando escuchas Lou Reed cerras los ojos y ves Nueva York.

Tucumán me parece una ciudad medio cosmopolita, muy europea. Tiene mucha arquitectura europea, entonces cierro los ojos y voy cortando partes. Para mí es: Nouvelle Vague, es Neo realismo, es Dogma 95, es todo. Entonces por eso el cine me parecía una linda excusa para invitar a la gente a eso.

De hecho, en el disco hay un preludio donde a Tucumán le pongo un nombre que vendría a ser como anhedonia, que es un estado psicológico de melancolía perpetua. Yo vivo en barrio sur, es el barrio más tanguero de todo San Miguel, es pura nostalgia, hay adoquines en la calle. El tango desde el punto de vista de la letra, siempre le canta a algo que no está o a la nostalgia. Yo tengo una personalidad bastante nostálgica. El disco era encontrar la manera de invitar a la gente a mi cabeza de la manera más directa. Era a través del cine, era la excusa perfecta.

- ¿Pudiste cumplir con tu obsesión?

- Sí, pero falta. Aparte, el disco de alguna manera era un lugar para, paraaa... Haber mirá, empiezo el disco una noche que escucho Blonde de Frank Ocean. Pero yo estaba buscando otra cosa, estaba buscando algo nuevo. No tiene nada que ver con Frank Ocean, pero cuando escuché ese disco, lo que me llamó la atención era la libertad que había y justamente en mi disco yo no sigo un estilo. Si sigo formulas clásicas de rock, porque es lo que yo escucho. Pero no es que traté de la canción sea una sola y se repita y repita dentro de un estilo. También tiene que ver con que mi disco favorito es el Sgt. Pepper's, es un disco un poco así. Y porque no, Sueño Stereo de Soda. No me gusta seguir un solo estilo, porque si no, te encasillas, y al encasillarte, ya tenés que ser parte de algo y tenés que tener un discurso. Está bueno no seguir un solo patrón, eso lo aprendí mucho de Bowie, yo admiro mucho eso de él.

- ¿De qué manera llegaste al momento de decir: “bueno, esto está listo”?

- Ahí es muy importante la figura del productor, en este caso Fleko. Cuando caigo con el disco, yo quería hacer algo low-fi, low-fi en un sentido de muy desgarrado. Quería acústicas, muchas violas eléctricas con mucha distor y muchos teclados. Yo agarro el disco Blonde, pero también agarro como base el último disco de C. Tangana y Parte de la religión de Charly. Y cuando te metes en un disco, el disco se va apoderando de vos. De repente todo eso que había empezado siendo un disco acústico netamente, con muchas guitarras y mucho sustain de teclado, había pasado a ser otro tipo de disco. Esa cuestión te va llevando a pedir más a la mezcla, más al sonido, más a todas las cosas. De repente ya eran canciones que, si las hacía low-fi, no iban a quedar bien por lo menos desde mi punto de vista. Entonces necesitábamos pulirlo más. Hay un punto, en mayo de este año, donde yo me acuerdo que se termina el disco. La realidad era esta: “¿hacemos el master acá o esperamos y lo mandamos a baires?”. ¿Cuántas veces vas a hacer un disco en tu vida? Capaz que salís a la calle y te morís. Entonces la cuestión era dejar lo más cercano a lo que crees que es un buen disco.

- ¿Haber hecho este disco que te devuelve?

- Por lo menos a mí, siempre me han gustado las cosas que tienen un deje de algo insatisfecho, en el sentido de que no tiene un final feliz. Yo quería hacer un disco que no tuviera un final feliz, porque justamente en el arte vos podés controlar eso, en la vida real no lo podés controlar. Entonces para mí el disco no tiene un final feliz, pero para la gente que lo escucha sí. Tiene una última canción que te da un mensaje, dentro de lo triste, positivo. En el arte vos podés hacer que las cosas terminen bien, en la vida real no. La vida viene, te pega una piña y chau. Fin. Hablaba con la piba a la que le estoy prometiendo todo a cambio de nada, le decía que lo mágico que tiene el arte es que vos podés inmortalizar las cosas, ella me decía que nada era inmortal, pero yo le digo que sí. Vos le haces una canción a algo y ese algo va a vivir para siempre en algún lugar. Y ahora que está la red, con más razón. Alguien algún día va a encontrar una canción, “¿Qué es esta canción?” Está ahí y capaz que han pasado 200 años.

Al disco ya no lo escucho, ya no lo soporto. Pero toda persona sensible va a entender de lo que está hablando el disco. No porque yo lo haya hecho, sino porque habla de cosas muy humanas. La muerte, el amor, el desamor, la tristeza. Lo más importante que me pasa es enamorarme o desenamorarme, son la única excusa para hacer algo. Todo lo demás es relativo. El trabajo es relativo, los segundos son relativos, pero vos estas con la piba que te gusta o pasas un buen momento como este y eso te salva la vida. Porque un día no vas a estar así, un día capaz que estas en una cama a punto de… ¿De qué te vas a acordar? ¿Te vas a acordar de Argentina en cuartos de final? No, te vas a acordar que estabas con los vagos viendo el partido. El mundial es una excusa hermosa para juntarte con gente que querés, nada más. Un disco también es una excusa. Yo soy una persona muy solitaria, me cuesta muchísimo comunicarme con la gente y por la ahí la única manera que encuentro de comunicarme es a través de la música. Qué mejor manera que entregar eso y tratando de ser digno con lo que yo siento. Como para poder entregárselo al otro de una manera sana y que el otro diga: “este tipo por lo menos lo intentó”. 

- ¿Intentar qué?

- Intentar conmover al otro de alguna manera. Trato porque para mí el ser humano es un ser trágico. Es el único ser que sabe que se va a morir. Los animales no lo saben. Por ahí respeto mucho a la gente que encuentra o siente alguna nostalgia por las cosas que se van. Por ahí hay gente que en eso se siente muy sola. Y hay artistas como Charly, como Lennon o Spinetta que te dicen: “no estás tan solo en eso”. Entonces, trato de conmover para que la gente que esta tan sola como yo, no se sienta tan sola, nada más. No hay ninguna otra pretensión más que esa. Y si consigo con este disco que al menos cinco personas se conmuevan, no una porque una es poco, yo sería muy feliz. No sabes a quien le podés salvar la vida. Por eso yo le sonrío a la gente, sobre todo cuando voy a comprar a los quioscos. Realmente no sabes a quien le podés salvar la vida solo con una sonrisa.

- ¿De dónde viene el nombre del disco?

- Hay un libro de una biografía de Charly que es muy linda. Hacen un festival en Córdoba cuando estaba terminando la dictadura y lo invitan a todos los grandes de ese momento. Lo invitan también a Charly y los cordobeses estaban enloquecidos, estaban tirándole cosas. Entonces Charly en el medio de su genialidad les grita: “cordobeses de mierda no me maten aquí, no me hagan esto, yo me quiero morir en Hollywood”. Yo digo “listo”, eso quiero yo también. ¿Qué es no me maten aquí, yo me quiero morir en Hollywood? No es que vos te querés morir en yankilandia, creo que Hollywood es una idea. Es no querer morirte ahí en el medio del odio, te querés morir en el medio de la elegancia que te da tu arte.

- Ahora que terminaste el disco, ¿qué sigue?

- Armar el plantel y en marzo o abril presentarlo. Y comenzar con el otro. Quiero que La trampa de Fellini sea una trilogía nada más, no quiero hacer más que tres discos. De hecho, ya tengo los nombres de los discos. El segundo se va a llamar Los fantasmas de Bulgaria, ¿por qué? Porque es re pretencioso. Y el tercero se llamará Las bases. De ahí armar una banda. Quisiera armar una banda bien densa. Me gustaría mezclar Black Sabbath con Djs Pareja y ver qué pasa. En la música, flasho que tenés que quemar rápido las etapas, para no quedarte en un solo personaje. En dos años más ya no quiero ser La Trampa de Fellini.

- ¿Discos o canciones locales que te gustaría recomendar?

- Bienvenido al mundo de los desconectados del mundo de Fleko. El homónimo de Los Chicles (2000) y el primer disco de Monoambiente, que es un discazo. No te quiero decir Triste noticias de un imperio de Redd que es un discazo, pero no es un disco que yo recomendaría, pero bueno, lo pongamos a ese.