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Bianca Ragusa: "Mi papá quería que sea rockera"

Música

El Nombre de la Rosa, que salió hace dos semanas, es el primer Ep de Bianca Ragusa. En esta entrevista la música tucumana radicada en La Plata, nos cuenta de sus comienzos en la música, la importancia de buscar su propia identidad y una tierna anécdota con Luciana Tagliapietra.

Foto por Leo Andree.





Después de la videollamada con Bianca me quedó una buena sensación. Después todo lo que pienso que está sucediendo en la música, es positivo para mí escuchar que Bianca reflexiona y tiene consciencia de lo que quiere y de lo que no quiere para su música, y que reniega un poco de las referencias para encontrar su propio sonido. ¿Es un valor aquello? Por supuesto que sí. En una escena donde mucho suena parecido, donde el valor se confunde con lo igual, buscar un sonido genuino es poco común. La música se pone aburrida si todxs hacen lo mismo, por no pensar en cosas peores. De a poco estamos acostumbrándonos a evitar sorpresas (buenas y malas) y preferimos conformamos pasivamente con lo mismo de siempre.

- ¿Cuándo empezó la idea de hacer música?

- De manera profesional hace un par de años, pero siempre, toda la vida ha sido mi único foco. Siempre lo único que he querido hacer es música. Pero era re tímida, no podía encarar sola un proyecto, pero en 2018 me lo he tomado en serio. 

- ¿En qué andabas antes de 2018?

- Siempre he estado haciendo música. Tenía una banda donde hacíamos mis canciones, pero no cantaba. Yo era guitarrista, yo estaba atrás y no daba la cara, jaja. Era re tímida, después lo he logrado afrontar y hacer mi proyecto. La banda se llamaba Mate wayk'u, re jipi.
Después tuve un dúo que se llamaba Té de Garúa, hay algunas cosas en Spotify.

- ¿Qué te llevó a empezar un proyecto personal?

- Lo que ha hecho decidirme es que no encontraba el compromiso que yo buscaba. Tener un equipo que quiera hacer lo que yo quería, enfocado en hacer. Y como no encontraba lo que buscaba, entonces he dicho: “no me voy a poner a buscar a otra gente, lo hago yo sola”. Es un re abismo cuando empezás a dar la cara - ¿Dónde empiezo a tocar? ¿Qué hago? - Y me han empezado a invitar a cantar a lugares, a ferias y arranqué sola.
Después un amigo, Facundo Laurel, me ha invitado a que produzcamos una canción. Ahí saqué Maleza y como que todo empezó. 

 - Más allá de algunas razones obvias de estudiar ¿En qué te sirve a vos personalmente?

- En parte me parece una herramienta copada para mí y para mi proyecto. Porque soy de grabarme, de hacer mis maquetas y de producirme. Y me gusta mucho saber cuándo voy a laburar a laburar con alguien poder decirle con palabras técnicas qué es lo que quiero y entender lo que realmente está pasando. También me gustaría laburar para otros. El sonido en vivo me encanta y la producción me fascina, me encantaría producir a alguien. 

- No recuerdo haber visto una sonidista mujer ni conozco una.

- Yo tampoco he visto y eso que acá la movida esta re fuerte. En la carrera somos re pocas mujeres. Quizás de dos mil alumnos hay doscientas mujeres, re pocas. 

- Pasando a las canciones de El Nombre de la Rosa. Me resultó interesante que te salgas del lugar común.

- Está re pensado eso que me decís, es un poco escaparme de todo lo que vengo escuchando y también el folclore tucumano me fascina. También venir acá me ha flashado y ha sido como “estoy acá y tengo la música del norte que está hermosa, entonces aprovecho y tomo eso”. Sentía que sonaba todo muy parecido en todos lados, me han dado ganas de reflejar otra cosa. Aparte tampoco me sentía tan honesta haciendo ese pop más de sintetizadores. Entonces ha sido hacer lo que siento más. 

- ¿Qué te produce cuando reflexionas y ves que todo suena más o menos igual?

- No quiero decir que son modas, que este indie nuevo es una moda, porque me parece un montón decir eso, porque es re lindo y también está buenísimo. Pero me genera una cosa de extrañar esa sensación de banda en vivo: un bajo, una bata y una guitarra. Extraño mucho más el sonido de tierra, porque siento que está todo muy cibernético. 

- ¿Cómo creer que podés evitar sonar igual y encontrar tu propio sonido?

- Me ha pasado mucho al momento de producir las canciones que me han dicho: “pasame referencias” y para mí la referencia es matadora. Ponele que te paso una canción de Conociendo Rusia, que es una banda actual, que tiene su sonido súper marcado y capaz que limita un montón o no me deja libre a proyectar que es lo que yo quisiera generar con mis canciones que todavía no están producidas. Para mi ese punto es medio matador y tal vez te quita mucho la esencia.
Primero mejor sentarme a ver que flasho y ver qué puedo hacer con lo que tengo y con mi imaginación. Y tal vez después, si estoy trabada un montón, me pongo a escuchar música. Siento que en este tiempo se trabaja mucho con referencias, con músicas y sonidos actuales.
También la forma de escribir me parece re importante, yo siempre me fijo muchísimo en eso. Para mí, en mi música, la letra es lo más importante. Siento que eso me caracteriza bastante. Presto mucha atención en como escriben, como se expresan los demás. También veo que se están expresando muy parecido las personas.

- ¿Qué otras cosas sirven para destacarte y diferenciarte?

- Es re parte lo visual, la parte del personaje. ¿Quién canta tus canciones? ¿Quién es Bianca? Pienso en Mariano Biondi, que para mí es un artistazo, además de ser mi mejor amigo. Es un personaje Biondi, como se viste, como se expresa, como habla, como presenta sus canciones, todas esas cosas me parecen únicas. Para mí todo eso es re importante.

Bueno eso me parece esencial, el personaje que canta las canciones. También veo que se repiten mucho personaje en la escena musical y esta piola distinguirse. Eso de la referencia también, “a ver como se viste tal” o “a ver como se mueve tal en el escenario”, y bueno, no, descubrite un poco.

- ¿De qué manera comenzó el contacto con la música?

- Mi viejo ha empezado a mostrarme música cuando yo era muy changuita, debo haber tenido ocho años. Empecé con los Beatles, me mostraba los documentales del Antology, toda esa locura de cuatro chicos jóvenes rompiendo el mundo con su música me ha empezado a fascinar. Después me ha mostrado a Charly y me ha comprado una guitarra. La primera guitarra que me ha comprado ha sido una eléctrica y era así una cosita (Bianca señala con sus dedos) y tenía una guitarra gigante que no tenía idea de cómo se tocaba. Re loco.

- Fue directo a la guitarra eléctrica, nada de criolla. 

- Claro, no. Mi papá quería que sea rockera. 

Empezó como por ese lado, empezó a mostrarme cosas y a ver si me gustaban o no. Y si no me gustaban bueno, “no te gusta y listo”, pero me encantó la verdad. Después me empezó a mostrar cosas más electrónicas de Jarre, de Mike Oldfield, toda esa movida de la electrónica vieja.

- Mirá que loco, te mostraba cosas un poco más experimentales de alguna manera.

- Claro, me ha mostrado de todo en realidad. Me ha mostrado lo rockero, me ha mostrado el folclore y el tango, me ha ido mostrando cosas a lo largo de los años, cuando era chiquita. De ahí ya he empezado a fascinarme, ya tenía mi guitarra, me compraron un charango también y yo he ido jugando y me he ido encontrando en ese mundo. 

- ¿Cómo arranca ese juego?

- Yo tenía la guitarra y quería ser Hannah Montana, obvio jaja, una pop star. Y de ahí me han llevado a un profesor, Pablo Bustos, que ha sido clave para mí. No era que iba y solo me enseñaba a tocar la guitarra y me enseñaba a poner los dedos, sino que también me mostraba un mundo, me hace jugar con él, cantábamos, por ahí también componíamos canciones juntos y también yo le mostraba las canciones que hacía. 

- ¿Qué edad tenías en ese momento?

- Ahí tenía diez, tengo un par de canciones grabadas con él. Tenía la voz re finita, yo era muy graciosa. Deliraba cosas porque, ¿qué vas a tener para escribir a los diez años? 
De ahí mi viejo veía que me gustaba componer y me re incentivaba. Él es escritor, tiene un par de libros escritos y también por ese lado lo veía a él y decía: “yo también quiero escribir”.
Después he ido creciendo, me he ido un poco por las ramas y he empezado a estudiar lutería, he hecho cuatro años. Estas haciendo instrumentos musicales, pero no estás haciendo música.  Pero bueno, alta herramienta igual saber lutería. De ahí me vine para acá, el año pasado dejé la carrera. 

 - ¿Qué estas escuchando últimamente que te llama la atención?

- Feli Colina, ella me encanta lo que hace. El último disco que ha sacado me fascina. Me parece una gran inspiración, la he descubierto hace poco. Chechi de Marcos, que también ha sacado un disco re lindo hace unos meses que se llama Cecilia. Rosalía también. 

- ¿Nos recomendas música tucumana?

- Aquí en la piel del Topo Encinar me encanta. Después la Luchi Tagliapietra también me gusta mucho. 
Tengo una anécdota muy graciosa con la Luchi. Yo tenía creo que once años y estaba con Pablo haciendo clases, él era amigo de ella. En ese momento ella estaba buscando corista y me dice: “che, anda a conocerla a la Luchi, capaz quedas en la banda”. Y yo toda tímida, con pánico social fui y me hicieron cantar. Después me dijo: ¿Querés ser mi corista? Y yo desaparecí de la faz de la tierra por timidez, pero podría haber sido su corista. 

 - Contame un poco el proceso de El Nombre de la Rosa, tu último trabajo.

- El disco lo empezamos a laburar el año pasado. Llegué a Javi Nadal con la idea de hacer un Ep. Ya había visto que estaba sacando muchas canciones solas, tipo sencillos y yo quería hacer algo más completo. Entonces me dijo que le mande todas las canciones que creía que podían entrar en el Ep. Entonces yo comencé a mandarle un millón de canciones. Le iba mandando lo que ya había hecho e iba componiendo a la vez, como que me inspiró un poco el proceso. Habíamos elegido un par de canciones, pero le dije que tiremos a la mierda todas esas canciones y les di las canciones nuevas, las que había hecho en ese momento. Yo no sabía realmente que quería, no tenía idea porque estaba en ese proceso de dejar lo que era soul y la cosa que había hecho antes que no me gustaba. Y bueno, me re quería salir de eso, porque no lo sentía para nada honesto. 
Ese proceso de descubrir el sonido con el Javi fue muy lindo porque, además de paciente, tiene muchas herramientas para darte para que te descubras. Como él es recibido de acá, tiene mucha vida en La Plata y viene seguido a laburar. Y yo justo me venía a vivir acá, entonces no ha sido tan a la distancia el laburo. Ha sido un proceso re lindo porque él tenía una visión distinta a la que yo tenía. Hemos ido descubriendo juntos, sacando capas y encontrando ese minimalismo que tienen las canciones.
Después me he empezado a encontrar en la parte visual del disco, he descubierto la novela El nombre de la Rosa y después que ya había compuesto todo, ha salido el nombre del disco. Todas las canciones son personajes (Cautiva, Misteriosa, Medusa) que van contando como una historia hasta que llegan a la Abadía. Me ha parecido lindo darle ese nombre porque toda la idea estética había salido por la novela de la iglesia, el pecado y la cosa religiosa. Así que ha sido un descubrimiento hasta el final, hasta que lo he sacado he ido descubriendo al disco, qué era y qué pasaba. Un proceso re nuevo y lindo que me ha destapado un montón de cosas.

- Una pregunta muy cortita para cerrar, ¿algo especial que te dio la música?

- Es haber podido mostrarle a mi papá y a mi mamá las canciones que estaba componiendo, que les gusten y que me digan: “si hija, andá a tocar”. Esa escucha de los padres, que son los que me han presentado la música, me parece muy especial.