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"Van a participar de algo bastante novedoso": las mejores fugas llegan a Tucumán

Show gratuito

El editor de Revista Anfibia Sebastián Ortega viene a la provincia para ser parte del espectáculo libre y gratuito donde se presentará el podcast Fugas: “Hay una matriz que se mantiene, que es la de la narración, la de los relatos que nos contaban nuestras abuelas y abuelos”.





Uno de los podcast del momento llega a Tucumán en un espectáculo que involucra todos los sentidos. Se trata de Fugas, el plan perfecto no existe que relata los mejores escapes de cárceles en Latinoamérica y que se presentará en la provincia el miércoles 7 de septiembre en dos únicas funciones gratuitas a las 20 y a las 21 en la sede Centro Cultural de la USPT (24 de Septiembre 476). En la previa del show organizado por eltucumano.com, la Universidad San Pablo T (USPT) y Anfibia Podcast, Sebastián Ortega, editor de Revista Anfibia y guionista de Fugas, cuenta de qué se trata esta experiencia: “Van a poder participar de algo bastante novedoso y particular, que es la escucha de un podcast narrado en vivo con proyecciones. Una actividad tan solitaria convertida en un acto colectivo. Una experiencia que mantiene la magia de la escucha inmersiva con auriculares pero que la lleva a otro plano súper interesante”. 

Ortega, junto a Tomás Pérez Vizzón (Director de Anfibia Podcast), estará presente el miércoles para charlar con el público que asista al espectáculo. Este show inmersivo desembarca en Tucumán tras presentarse en el Festival Estación Podcast de Madrid y en el Festival Anfibio en la Ciudad Cultural Konex de Buenos Aires. En los días siguientes al espectáculo, Pérez Vizzón brindará un taller sobre producción integral de podcast.

Un partido de fútbol entre presos y guardias como punta de lanza de un plan de fuga en la Alcatraz boliviana. Un hombre acusado de asesinato que intenta escapar de una cárcel en una isla paradisíaca en medio de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Un grupo de presos políticos mexicanos que consigue su huida con una ayudita de sus madres. Un hombre que promete a su guardia ir a comprar cigarrillos y volver para no regresar jamás. Estas historias increíbles son algunas de las que integran la segunda temporada de Fugas. Antes de la presentación en Tucumán, el periodista Sebastián Ortega charló con eltucumano.com.

-  Cómo fue el trabajo de investigación periodística y de guion para la segunda temporada de Fugas ¿Cómo eligieron las historias?

- En parte el trabajo de búsqueda de historias comenzó cuando terminó la primera temporada de Fugas. Empezamos a pensar en extender el proyecto a toda América Latina y nos pusimos en contacto con colegas para conocer cuáles eran los mejores escapes de cárceles en cada uno de los países. A la par, mucha gente que había escuchado el podcast y le había gustado nos acercaba nuevas historias. Así, fuimos armando un gran listado de posibles historias para investigar y contar.

Después empezó el trabajo de selección de las historias que iban a quedar: queríamos que cada una de ellas pudiera contar algo particular del contexto y el momento en el que se habían desarrollado, que hubiese variedad en las historias (historias colectivas e individuales; fugas con túneles, en bote, a través de la selva, con y sin armas; de presos políticos, ladrones, narcos, pandilleros) y principalmente que pudieran ser contadas por sus propios protagonistas.

Una vez definidas esas historias armamos los equipos que iban a trabajar en cada país en la investigación, las entrevistas y los guiones.

-  Vos tenés mucha experiencia como cronista ¿Cuáles son los desafíos de contar historias en formato podcast?

El gran desafío para quienes venimos de la gráfica es entender que en el podcast las historias suenan. Y esa es la gran pregunta que siempre debemos hacernos: cómo suena esta historia que queremos contar. Esto nos obliga a pensar el proyecto de una manera distinta desde el mismo momento de la investigación y el reporteo: ¿tenemos las suficientes voces para contar la historia? ¿Cuáles son los detalles o elementos que podrían aportar alguna riqueza sonora al producto? ¿Cómo narramos las escenas en vivo? ¿Cómo contar el pasado, con la voz de un narrador o a través de un relato coral?

Todo eso constituye un desafío, pero es a la vez una herramienta maravillosa que no tenemos cuando escribimos: la posibilidad de construir paisajes sonoros que nos permitan arrastrar y envolver a nuestros oyentes a nuestra historia.

Después hay una matriz que se mantiene, que es la de la narración. La de los relatos que nos contaban nuestras abuelas y abuelos o nuestros padres y madres cuando éramos niños.

 

Cómo ves el presente y el futuro del podcast ¿Cuáles te parecen los principales atractivos de esta narrativa?

- Creo que es un gran momento de crecimiento de las audiencias de podcast. Eso genera la posibilidad de pensar y producir productos cada vez de mejor calidad con la garantía de que hay personas que se van a tomar el tiempo de escuchar y valorar la dedicación y el esfuerzo. También de alguna manera creo que este crecimiento le aporta frescura al periodismo y a quienes todavía apuestan a contar grandes historias. Creo que dentro del amplio mundo podcastero todavía predominan otro tipo de producciones y son pocas las propuestas narrativas de no ficción, que son aquellas que a mí más me gustan. En esta línea mis podcast favoritos son algunos ya clásicos: “Las Raras” y “De eso no se habla”, que es mi favorito; o grandes investigaciones, como “El Master”, “Las tres muertes de mi padre”, “Los últimos días de Maradona”. También algunas ficciones: Caso 63, por ejemplo, es absolutamente atrapante.

Por otra parte, para mucha gente que quiere hacer podcast es difícil conseguir cómo financiar esos proyectos y muchas grandes ideas quedan en eso y nunca llegan a convertirse en grandes contenidos.


-  Como editor cómo ves la actualidad del periodismo ¿qué historias se están contando y cuáles todavía faltan contar?

- Esto es una mirada en parte de editor y en parte como lector: creo que se están perdiendo un poco los grandes perfiles. En parte, quizás tenga relación con la idea de que cada vez conocemos mucho más (o al menos tenemos la idea de que es así) de los personajes a través de lo que cada uno muestra de sí en las redes. Entonces sabemos qué hace, qué toma, con quién se junta un actor o actriz, un músico, o incluso un político. Y en la era de lo audiovisual, cuando un medio quiere contar a un personaje, graba una entrevista o un video. Después circulan pastillas de esa entrevista por redes y conocemos anécdotas, posturas, etc. Pero a mí, como editor y lector, me sigue gustando un buen perfil, esos que atesoramos en recopilaciones en nuestras bibliotecas o que citamos en un asado con colegas. Hay algo del perfil periodístico, de la paciencia en la observación, de las entrevistas en profundidad con el entorno de las personas, o en la manera de contar esas mismas historias que no pueden ni deben ser reemplazadas por la construcción en primera persona en las redes. Y todo esto no es culpa de las redes, la responsabilidad, creo, es de los periodistas. Y quizás también de los medios: escribir un perfil sale caro; ponerle una cámara adelante a alguien es mucho más barato.