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"Diganle a mi hijo que lo amo": la desesperante situación de una mamá tucumana

FAMILIA

"¡Si alguien en San Cayetano ve a mi hijo por favor diganle que su mamá va a luchar por él!": hace algunos días, Cecilia Franzini perdió la custodia de uno de sus tres hijos menores de edad, y fue notificada con una orden de restricción de acercamiento.





“Hoy me hice la misma pregunta todo el día, ¿qué pasa con la justicia en esta provincia? Cómo puede ser que a una madre le arrebaten su hijo de los brazos sin causas, ¿o sea que ahora cualquier familiar puede manipular un niño y la justicia o mejor dicho la jueza Sra. Valeria Judith Brand no va investigar sobre la causa? ¿Porque no se solicita cámara Gesell? porque no se solicitó socio ambientales? ¿acaso alguien se vendió? me parece muy rara toda esta situación” comenzó el descargo de Cecilia Franzini en las redes sociales.

Hace algunos años, Cecilia conoció al padre de 3 de sus 4 hijos en San Luis, su provincia. De este hombre tucumano, asegura haber desconocido la historia real que tenía detrás suyo: “al tiempo me enteré que había estado preso por enfrentarse a tiros con la policía en mi provincia y por ser prófugo de la provincia de Tucumán, cuando yo me entero de todo esto ya estaba muy enamorada de él y mis padres a pesar de haberse opuesto totalmente a la relación, como toda tonta ¡no los escuché! Después de mucho cuando me embaracé de mi hija logré que lo acepten”, explica.

“A todo esto a la policía lo molestaba todo el tiempo en San Luis, a lo que decidimos por pedido de su mamá la sra. Velardez que como ya era una persona mayor y decía tener miedo de otra de las nueras en ese entonces, venirnos a vivir a la provincia de Tucumán (grave error). Cuando nos vinimos con el tiempo el padre de mis hijos se empezó a reencontrar con sus amistades de la delincuencia y comenzó la violencia hacia mí, que le pedía por favor que no vuelva a esa vida ya que mucho me había costado que el recapacite y salga”.

“Tantas veces salí corriendo en la madrugada es esconderme para que no me pegue” detalló la puntana en su relato, confesando hechos de extrema violencia que incluyen hasta un aborto, violencia sexual, psicológica y fundamentalmente física.

“Cuando ya vi que comenzó la violencia con mis hijos al punto de levantarlos del cuello ahorcándolos y tirándolos fue que me armé de valor para buscar un psicólogo tanto para los chicos como para mí”. Esta decisión fundamental para Cecilia fue la que le dio el impulso final para animarse a separarse.

En el momento de la separación, esta mamá comenzó a transitar el camino con más baches que se le presenta a una mujer que acaba de separarse: el económico. Tras un tiempo de probar suerte en el limón pero con la incompatibilidad de este empleo con el cuidado y la crianza, sumado a los problemas con su exfamilia política, cuenta que decidió comenzar con un emprendimiento de pizzas listas para hornear: ”Muchos adolescentes y adultos se sumaron a trabajar, vendíamos casa por casa y en los semáforos de Alem y Roca, en Colón y Roca, después comenzó a amenazarme la madre de él con denunciarme, con quitarme los chicos por salir a trabajar y llevar a mis hijos, cuando ellos como familia nunca fueron capaz de decir ‘yo te los cuido salí a trabajar’, jamás me dieron una mano y yo tampoco molestaba, me la arreglaba como podía, cuando dejé lo de las pizzas conseguí trabajo de cadete y ayudante de cocina en un bar”, explica, para revelar que más adelante consiguió trabajo en otro bar, en donde los dueños la emplearon como doméstica en su casa.

“Un día la más chiquita llega a casa y me dice 'no quiero ir más porque cuando voy a casa de mi abuela mi abuela dice cosas feas de vos'. Después en una oportunidad mi hijo me pide si lo podía llevar a casa de la abuela porque la extrañaba y accedí a llevarlo como en muchas oportunidades este año, a lo cual ella logró convencerlo de que me denuncie por supuesta violencia infantil, cosa que el juzgado sin un médico forense, sin solicitar cámara Gesell, le autorizó la tenencia de mi hijo al padre sin investigar absolutamente nada aludiendo que el padre vive en el domicilio de la abuela cuando no es así”, contó.

“En otra oportunidad también me los quiso quitar y el padre lo agarró a patadas porque mi nene lloraba porque quería volver conmigo, hasta que fui a la escuela y aprovechó mi hijo a llorar y agarrarse fuerte de mí a la vista de todos los presentes ahí para volver conmigo. A ese juicio lo gané y no me lo sacaron gracias a qué se hizo todo cómo debía ser, vinieron socio ambientales, se consultó en el barrio, en la escuela y en el dispensario, gané el juicio y es así como hasta hoy tenía la guarda legal de mis tres hijos, ahora solo de dos porque dicha sra. jueza autorizo a qué mi nene quedé con la abuela aludiendo que queda con el padre cuando no es así, el padre no vive en ese domicilio”, aseguró Cecilia en un posteo semanal.

Hoy fui notificada de que se me prohíbe todo tipo de acercamiento a mi hijo, tanto telefónico como personal, se me prohíbe acercarme a la escuela presidente Nicolás Avellaneda turno tarde por qué no me puedo acercar a mi nene ¿y cómo llevo a mi nena más chica a la escuela?”, remarcó, con la única esperanza de que sus palabras lleguen a las autoridades correspondientes. 

Benjamín es por el hijo que más luché, por el que estuve internada junto a él años porque se murió en mis brazos el día que convulsionó por primera vez, le rogué al padre pasar la obra social cómo lo dictaminó el juez aquella vez para poder hacer tratar a mi hijo con una pedagoga y nunca la paso, a lo que decidí esforzarme más y pagar yo de manera particular la pedagoga porque por supuesto como toda mamá quiero lo mejor para mí hijo. Ojalá la justicia investigará en manos de quién puso a mi niño. Si usted como jueza hubiese dejado a mis hijos en buenas manos yo me quedaría completamente tranquila, ¡pero investigue a dónde lo dejó!

“El padre y su señora madre jamás dejaron de hostigarme desde el día que me separe, ¿hasta cuándo la justicia va a seguir permitiendo este tipo de cosas? ¿hasta que me terminen matando a mí? ¿Saben las veces que me quise volver a mi provincia y no podía porque no debía ser impedimento de contacto de mis hijos al padre? Y así es como hasta el día de hoy seguimos en el sufrimiento porque no tengo a mi familia cerca, se aprovechan de eso, ¡como siempre lo hicieron!”

Si alguien en todo San Cayetano lo ve a mi hijo díganle por favor que lo amo y que su mamá no lo abandonó” cerró el fuerte descargo de esta madre puntana en las redes sociales.

Consultada por eltucumano, Cecilia se explayó con mayor precisión sobre la situación que la lleva a contactarse con los medios: “En total tengo cuatro hijos, el mayor de 19 años, pero solo es hijo mío. Con esta persona tuve tres hijos, de 14, de 10 y de 8. Es el varón de 10 el que me sacaron. Les explico, cada vez que mi nene quería ir a su abuela yo lo llevaba, el padre muy pocas veces lo llevó”.

No sé qué dijo mi hijo el día de la denuncia, solo sé que se largó a llorar. Cuando yo llegué el corrió a mis brazos a la vista de todo el mundo. Todos vieron cómo corrió a mis brazos y lloró desconsoladamente. Lo que pasa es que cada vez que mis hijos visitaban a su abuela ella les daba de todo, juguetes, les lleva la comida a la cama, televisiones nuevas… yo no tengo esas posibilidades. Un día le pregunté a mi hijo porque el nunca quería volver de su abuela, y me dijo que ahí le gustaba más estar porque tenía más cosas, porque no tenía que ir a la escuela, al médico, a nada. Ahora por designio de la justicia lo mandan a clases”, comentó.

“Lo que pido es que la justicia se mueva rápido, que se me investigue a mí, a las escuelas, a los dispensarios, que se me investigue todo para comprobar si yo soy maltratadora. Si algo hubiese salido mal me hubieran retenido a mi hija más chica. Yo dejo que mis hijos hagan lo que quieran, ahora mientras hablamos la más grande está con el padre. A su otra nuera le quitó dos hijos también. Les arruinó la vida a esos chicos por retenerlos en base a comodidades, yo no quiero que les hagan lo mismo a los míos”, remarcó.

“El día que mi hijo me confesó que se quería quedar ahí por las comodidades, me dijo que me había denunciado porque su abuela le dijo que si no iba a ir preso su papá. Mi hija de 8 años me dijo lo mismo, que su abuela también le dijo eso, que tenía que hablar en contra mía así el padre no vaya preso. Ahí me enteré de que me habían denunciado”, explicó.

Uno de los pedidos más fuertes de esta mujer tiene que ver con la continuidad del tratamiento pedagógico que su hijo está realizando: “Necesito que lo sigan mandando a la pedagoga”.

“Desde ese día que comencé a trabajar en el limón al tiempo comenzó el hostigamiento de que me los iban a quitar tanto del padre de mis hijos como de la madre de él. Por tal motivo es que dejó de trabajar en el limón y volvimos a pasar necesidades a pesar de que ahí yo ya le hago el juicio para que pase la manutención y obra social cuestión que obra social jamás logré que pase por más que el juez lo había dictaminado así”.

“Yo más que nada lo que pido a la señora jueza Judith Brand es que se me investigue, que se investigue absolutamente todo, no digo que me devuelvan a mi hijo ya mismo pero que al menos se haga una investigación. Yo estoy a disposición de la justicia”.