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"La gente ahora más que nunca, necesita reírse"

STAND UP EN TUCUMAN

La pandemia irrumpió en la vida cotidiana de todo el mundo y dejó atrás algunos espacios de disfrute y refugio como la comedia y la risa. Ana Hynes, lanza un taller de Stand Up para principiantes con el objetivo de reencontrarse con el humor y para aportar a la formación de nuevos creativos. “Tengo mucha fe en que Tucumán es tierra fértil para nuevos comediantes”, señala.





Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, Ana Hynes hizo su primer monólogo de humor de a los 5 años cuando intentaba relatar el complejo proceso a través del cual se hacían los bebés. Sus hermanos le habían explicado el paso a paso y ella corrió a contárselo a todo el mundo. La gente se juntaba en el almacén, en la canchita de fútbol y en las esquinas del barrio para escuchar el relato que los hacia llorar de la risa. Desde ese día nunca dejó de hacer reír a la gente: en radioteatro, en el escenario, como payaso y en monólogos de Stand Up.

“Para mi hacer reír a la gente es un trabajo muy noble. Estos años de pandemia nos han vapuleado mucho el poder creativo en el humor. La gente ahora más que nunca, necesita reírse”, explica Ana en diálogo con eltucumano.com.  Ana es profesora juegos teatrales, actriz y titiritera estable de la provincia. Además, cuando se presenta la oportunidad, arma monólogos de Stand Up y los comparte en los escenarios tucumanos. Su proyecto actual es lanzar en agosto un taller de Stand Up para principiantes.


En el 2016, lanzó “Devaluadísimos - Humor Kamikaze”, junto a sus colegas y amigos Gabriel Carreras y Juliana González. En este proyecto había momentos de Stand Up junto a  varios estilos de humor. Esta experiencia fue una de las primera que tuvo Ana como standupera y desde ahí continuó perfeccionando su técnica y sus monólogosMi monólogo tiene algo genérico sobre lo lesbiana que soy y puede ser recurrente, pero también hablo de otras cosas. Creo que hay un poder de transformación social en la verdad del material que se usa en cada monólogo. Es humor popular. No miento. Soy eso cuando me subo al escenario y también cuando me bajo”, detalla la comediante y añade: “Yo no paré de hacer comedia porque me divierte mucho.  Además, siempre que vuelvo a contar mis miserias en los escenarios me va muy bien”, explica. 

El Stand Up, en palabras de Ana, es comedia insitu, con el público. “Es comedia en vivo, muy natural y parece que te están contando algo que les pasó. Es un humor muy fresco, del momento. Parece que no hay una escritura atrás. Pero hay muchas herramientas que ayudan a mantener ese relato así de fresco”, relata.

Este relato que parece improvisado, aleja al Stand Up del estilo teatral y lo ubica como un humor en primera persona. “El monólogo siempre va a tener algo de autocrítica para poder preservar la identificación con el público. Uno es su propia víctima y también su verdugo.  Si uno se ríe de uno mismo, de sus problemas, de su mundo, se empodera y consigue transformar el veneno en medicina y ahí todo vale”, agrega.

 

  

Sobre el taller:

Con el objetivo de transmitir las herramientas que adquirió en su trayectoria a quienes tengan interés, lanza su taller para principiantes. “Tengo mucha fe en que Tucumán es tierra fértil para nuevos comediantes. El 2022 ha sido un año de acomodarse de nuevo, es oportuno generar material en agosto para reírnos de la realidad que nos circunda”, señala Ana. Comenzará el miércoles 3 de agosto y se dictará todos durante 5 miércoles de 19.30 a 21.

Ana remarca que no hace falta tener experiencia previa ni pertenecer al mundo de las artes escénicas. Quien se sienta interesado en incursionar en este estilo, o simplemente ponerle onda a la vida, puede asistir al taller donde se coordinará el proceso creativo y crítico de la escritura del monólogo. "Está dirigido a cualquier persona que quiera aprender las bases para estructurar un monólogo de comedia, a iniciarse en eso. “Si hay alguien que sabe que puede hacer reír, que se acerque. Va a ser un espacio que de encuentro”, señala. Como cierre del taller se prevé una presentación de los alumnos en la Sala Paco Urondo ubicada en Muñecas 287.

 “No todo lo que escribamos vamos a poner al asador, sino lo mejor. Al ser humor en primera persona, la escritura del monologo tiene un trabajo de reflexión filosófica constante. El laburo es escribir y analizar qué de lo que escribiste, puede andar. Eso se prueba con el grupo, por eso es ideal contar con otros. A veces los procesos son dolorosos. A veces una madre una pareja que te dice cosas que te duelen, pero los llevas al escenario y la gente se ríe”, explica.

Por último, les pide a los interesados que se animen a asistir. “Anímense. Lo peor que les puede pasar es morirse en el escenario. Hasta donde yo se nadie se murió por un mal chiste. Salvo morirse, todo es remable”, concluye.