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Tucumán, no lo entenderías: noticias para leer mientras nos invaden los monos

Descajete informativo

Un tucumano que se fue a El Pingo, una provincia repleta de simios sueltos, la ficción invade Famaillá, un extraño portal que traslada personas en el tiempo y el espacio y otras cositas más. Sólo acá ¿Dónde más? Videos.





Un tucumano en El Pingo

El tucumano (muchos de ellos) es un ser literal. Se trata de sujetos que no se andan con tanto gregré para decir Gregorio. A los tucumanos nos justan las empanadas sin papa, las rotondas con semáforos y las palabras claras, transparentes, explicitas, sin metáforas complicadas. Que el lenguaje diga lo que tiene que decir, sin amagues ni piruetas lingüísticas que no llevan a ningún lado. Por eso, no debería sorprendernos la iniciativa de Juan Pablo Avila, el tucumano que, cansado de que lo manden a El Pingo, escribió esa palabra en el GPS y siguió las indicaciones para llegar a la localidad entrerriana que cautiva a tucumanos y tucumanas. Es que el destino nos remite a uno de los vocablos más propios y más usados de nuestra habla. La excursión pinguera de Juan Pablo, como no podía ser de otra manera, fue contada por nuestro medio y muchos otros medios de distintas latitudes se hicieron eco de la noticia. Como Odiseo buscando su destino en los mares embravecidos, este tucumano llegó a El Pingo y, cuando llegó, prolijo y obediente, hizo aquello que todos le habían recomendado que haga: se sentó.  No sólo eso, desde el pueblo, el propio intendente, se encargó de invitar a los tucumanos, tucumanas y tucumanes a ser parte de la Fiesta del Guiso que se realiza en noviembre. Así que ya saben, El Pingo los espera.


Apocalypse en Famaillá 

Muchos recordarán a la popular película bélica Apocalypse Now (Apocalipsis Nau por estas latitudes) estrenada en 1979 de la que participan actores de la talla de Marlon Brando, Martin Sheen, Harrison Ford, Robert Duvall y gran elenco. El film, un clásico del cine universal, tiene soldados, explosiones, barcos, helicópteros, tiros, lio y cosa gorda. Con mucho menos presupuesto y ambientada en el desfile patrio del 25 de Mayo, Famaillá (¿Dónde más?) tuvo su propia y extravagante versión. Así como Famaillá tiene su propio cabildo, su Casa Histórica y su parque jurásico, para no quedarse atrás, ahora también posee su Apocalipsis Ahora (sin Marlon Brando, pero quizás con algún Marlo Blando). Lo cierto es que, en pleno acto, hubo conmoción, corridas, tormenta de tierra y empanadas por el aire ante la incursión de un helicóptero que pasó a muy baja altura y alborotó más de un peluquín. Total normalidad en la capital de la empanada y de los mellizos; un mundo donde caben todos los mundos posibles y donde la realidad tiende a sucumbir ante el predominio de la ficción.


Elije tu propia aventura 

Internet y las redes sociales constituyen un acervo cuasi inagotable de saberes. De verdades que, por cotidianas y familiares, no se nos revelan como tales. Por cómico que resulte, un posteo en las redes puede encerrar más sabiduría que los estudios eruditos de la universidad de Massachusetts o de Pamplona o del que se encuentra en las páginas de El libro gordo de Petete. Existen verdades que son cómicas porque son reales. Acaso este sea el caso de un tuit que plantea que, llegada la adultez, los jóvenes heterosexuales de esta provincia elijen entre cuatro personalidades posibles: el bastión progresista de, tal vez, la única institución tucumana de educación media con profundo sentimiento de confraternidad y amistad entre pares (antes sólo accesible al género masculino), las guitarreadas folclóricas y su despliegue artístico masculinamente legitimado, la práctica del rugby donde se hacen hombres hechos y derechos aun cuando la práctica de este deporte supone el roce permanente de los cuerpos que abjuran de cualquier tipo de tensión homoerótica. Y por último, el ya extinto y por siempre recordado bar Bigotes, refugio predilecto de generaciones de fisuras y personas que solían palear el insomnio al ritmo del karaoke. La polémica publicación ha generado un sinfín de reacciones que van del religioso asentimiento al rechazo enérgico. ¿Y vos qué pensás al respecto?


Peatonal modo Woodstock 

Parece una hipótesis propia de un relato de ciencia ficción o de una serie como Dark, pero no pocos expertos en cuestiones esotéricas y regiones oscuras del conocimiento humano han dado cuenta de umbrales temporo-espaciales en nuestra provincia que se abren, de pronto, como los azahares en primavera. Se trata de portales que transportan seres y objetos procedentes de distintas dimensiones. Así cómo es lógico preguntarse qué agujero de estos ha dejado escapar el característico olor a aca que, cada tanto, impregna la ciudad. También lo es indagar sobre la presencia de determinados seres, llegados vaya uno a saber de dónde, que no sólo forman parte de nuestra comunidad, sino que hasta acceden a cargos públicos. Tratase, en este caso, de una visita mucho más digna y encumbrada. Atraída por el alto poder de seducción sonora del panderetero de la peatonal, tiempo atrás, una bailarina frenética apareció para hacerle compañía al músico callejero que ameniza a los transeúntes del microcentro. Por sus atavíos y gracia para la danza, parece que se trata de una hippie transportada desde el festival de Woodstock de 1969 directamente a Tucumán. Como suele suceder en estos casos, no hay pruebas, pero tampoco dudas de ello. En todo caso y ante el reciente aumento del transporte público, los especialistas recomiendan usar estos portales para trasladarse en el tiempo y en el espacio.


La provincia de los simios 

Al parecer, en Tucumán hay monos, gorilas y simios de todo tipo como para hacer dulce. Un caso reciente que ha conmocionado a la opinión pública fue la aparición de un mono, nombrado como Tití, en los techos de las viviendas de Barrio Sur. Lejos de inspirar ternura, la aparición del macaco ha infundido temor en la población, ya que el mono atacó a un policía cuando este pretendía capturarlo. El hecho es un llamado de atención ante la proliferación indiscriminada de simios que atestan las calles de la provincia. Nuestros colegas de El Precio Es El Mismo han investigado este caso que se suma a otras apariciones de este tipo donde los monos parecen gozar de libre albedrío en nuestra selva urbana. A su vez, estos extraños episodios han despertado el ingenio popular que aportó una tracalada de memes. Si a cierto embajador estadounidense alguna vez se le escapó la tortuga, procuren que no se les escape el mandril. Ya hay superpoblación de gorilas en las calles.