"El perro desapareció después de esto": la aparición del duende de Burruyacú
Un relato paranormal que te pondrá los pelos de punta: así se paralizaba un pequeño tucumano en los años 90 tras una terrorífica imagen en el camino.

Burruyacú
Nuevamente traemos hoy una historia que habla de esos seres míticos cuyas apariciones han sido registradas alrededor de todo el mundo, y sobre todo en el Norte Argentino: los duentes.
En este caso, es un relato compartido por El Rincón del Misterio, un sitio tucumano que se ocupa de recopilar buenas historias de terror ocurridas sobre todo en los márgenes de Tucumán. En este caso, la experiencia paranormal viene de Fede, un tucumano que compartió su vivencia: "Bueno esto le pasó a mi primo en el año 98. Él es de Burruyacú, zona de campo, éramos chicos, me acuerdo”, comienza.
“Resulta que era el mediodía y lo mandan a avisarle a nuestros tíos, quienes estaban trabajando al pie del cerro, que ya estaba la comida. Él se va caminando por el callejón con su perro, en ese tiempo era todo cañaveral. Cuando llega les avisa a mis tíos que bajen a comer, y luego él emprendió el regreso” detalló Fede para sus amigos del grupo de Telegram de este blog de historias.
“Venía solamente con su perro, y en un momento lo escucha a éste que ladraba sin parar detrás suyo, ladraba como enojado. Al darse vuelta para ver qué ocurría, ve a un enanito que intentaba acercarse, pero no podía hacerlo pues el perro no se lo permitía”, confesó, para terror de los crédulos.
“La descripción que hizo mi primo fue que toda la ropa que tenía este enanito, era negra; y que tenía un sombrero grande, tan grande como el que usan los mexicanos, de tal forma que le tapaba la cara. Sin embargo, pudo notarle el collar de monedas que le colgaba en el cuello”, explicó, una característica que muchos reconocen a estas entidades, supuestos guardianes del oro.
“Al ver a ese ser, salió corriendo y, cada tanto, miraba para atrás para ver cómo su perro le hacía frente a esa cosa evitando que se le acerque. A todo esto, mi tía había salido de la casa para ir a ver por qué se demoraban, y en el camino se lo encontró a mi primo, quien pasó corriendo, todo asustado, hacia la casa”, explicó.
“Al llegar se sentó en la galería y lo único que hizo fue largarse a llorar. Mi tía le dio agua con azúcar porque estaba pálido, y no se le entendía nada de lo que decía. Cuando se calmó, le pudo contar todo lo sucedido. Y aquí lo más extraño, pues a los 3 días de sucedido esto, aquel perrito de mi primo desapareció, y nunca más se lo volvió a ver”, finalizó el aterrador relato, dejando entender que esta supuesta entidad que tanto miedo causa entre los niños, podría tener algo que ver con la desaparición de su perrito. ¿Conocías alguna historia similar?