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Peor que Lola Meyer: la tucumana que les robó a todas sus amigas en el viaje a Disney

¿CLEPTOMANÍA?

Les sacó los dólares, ropa, maquillaje, perfumes y más. Un grupo de chicas rompe el silencio. ¿Cómo la descubrieron?

Imagen ilustrativa





Esta semana, hay una pregunta que circula en todos aquellos que utilizan las redes sociales con regularidad: ¿Quién es Lola Meyer?

Es escándalo estalló rápidamente cuando la panelista Yanina Latorre detalló en LAM sobre una estafa millonaria que habría ocurrido en un círculo de mujeres adolescentes cercanas a su hija Lola Latorre.

Lola, una chica de 17 años, habría fotografiado las extensiones de las tarjetas de crédito de sus amigas (todas pertenecientes a un círculo adinerado de Buenos Aires), para realizar gastos excesivos y banales: “Su pasatiempo era comprar. Rappi, sushi, vuelos internos a Estados Unidos, recitales, Uber y salidas. Las madres empezaron a putear a los hijos por la cantidad de plata que habían tirado. Esto no es adicción, esto es estafa. Estaba re contra planeado” contó la mediática esposa de Diego Latorre en Los Ángeles de la Mañana.

“Le robó a amigas, madres, hermanas. Hasta ahora sabemos que gastó 25 mil dólares. Fotografió 25 tarjetas, las puso en Paypal y empezó a gastar”, explicó Latorre en un audio viral. “Un día se juntaron las amigas, que son como 8, y contaron que a todas les habían cortado las tarjetas y que les había pasado lo mismo. Allí se dieron cuenta de que era una de ellas”.

Finalmente, la sospecha se confirma con un audio que circula de la joven, en donde pide disculpas a una de las estafadas: “Le saque foto a tu tarjeta una vez que fui a tu casa. No me da la cara para decirte esto, me siento muy mal. No sé por qué lo hice, sé que no vas a poder entenderlo y te pido perdón. Nada de lo que te diga va a justificar, pero estoy haciendo las cuentas de todo y les vamos a devolver la plata”.

Pero resulta que este caso, más allá de lo extravagante del gasto, ha despertado en muchas personas (sobre todo mujeres), el recuerdo de aquellas amigas que alguna vez, al igual que Lola Mayer, les robaron descaradamente. 

Este es el caso de una joven tucumana de 24 años a la que llamaremos Romina (prefiere preservar su identidad), que se animó a contar en las redes y a eltucumano del robo hormiga que sufría con una amiga de toda su vida, que tuvo un pico máximo durante su viaje a Disney.

Romina y un grupo de amigas, en donde incluiremos a Candela, la presunta ladrona, eran amigas y estudiantes de un colegio privado de San Miguel de Tucumán que realizaron juntas un viaje a Disney por sus 15 años en el 2012. Cabe aclarar que Romi y Cande eran amigas desde muy chiquitas: “Ella desde los 4 años en el jardín me cuidaba, solo ella me podía joder, me hacía reír mucho y por eso nos hicimos tan amigas, a mí papa le decía papa, vivía en mi casa y yo en la de ella, hasta la llevábamos al colegio todos los días” comienza el relato de la joven.

“Todo empezó en la secundaria, siempre que iba a mi casa yo le decía que no se lleve suvenir (se llevaba maquillaje, llaveros), pero como era re mil jodona no me daba cuenta que estaba enferma. Siempre cuando iba a su casa recuperaba mis cosas que eran tonteras, nada preocupante”, explica. Y es que según Romina, entre las amigas veían en la actitud de Cande de sacar concienzudamente y descaradamente las cosas de sus casas para llevarlas a la suya, como parte de su personalidad, al punto de que se divertían con eso. “Yo iba a su casa y recogía las cosas mías que ella se había llevado para traerlas de nuevo a la mía, me daba gracia, no me parecía ladrona por llevarse unos llaveros, o al menos eso creía”, le cuenta la tucumana a este medio.

La gota que derramó el vaso: el viaje a Disney

En el 2012, cuando todas las chicas viajaron a Disney, un viaje que tiene una parte en avión y otra en crucero, fue el ápice del descaro: “Nos robó a todas. Cuando íbamos a los parques robaba llaveros como si nada, y siempre hacía eso también en negocios en Tucumán, sacaba cosas a la gente pero era muy graciosa, era como parte de su personalidad verla sacando cositas”.

Y es que este grupo de adolescentes, veían en su amiga a una chica de clase media, sin necesidad económica, que tenía un padre que cumplía sus caprichos, y que se robaba cosas de poco valor para hacerse la graciosa: “Ya era normal verla robar, pensábamos que era un juego, no sé, estaba re loca. Una noche vamos a lavar ropa estando en Disney, a la madrugada, mientras todos dormían, en un momento ella se fue sola a la habitación para ir al baño, y creo que ahí fue el primer robo”, revela.

Aquí, una sustracción que no fue casual en las pertenencias de Romi, sería el facilitador para poder robarle durante todo el viaje sus cosas: “Me robó el candado de mí valija, tenía 2 candados iguales con tres llaves cada uno, había escondido las llaves y la plata en diferentes partes”.

El robo de este candado y estas llaves es lo que habría permitido a Candela acceder a diestra y siniestra a la valija de quien era en ese momento, su mejor amiga: “Me robó 200 usd, todos los llaveros que compre, ella encima que robó llaveros, me robó también los que yo compré, y un par de cosas de ropa. Cuando no encontraba el candado me puse como loca, ahí revisé las cosas y me faltaba eso, lloré, desperté a todos con los gritos seguro”, se acuerda Romina, evocando ese momento desesperante de su adolescencia.

“No había llevado tanta plata, me quedaban 200 dólares después del robo. Me acompañó a comprar un candado, no conseguí, estaba muerta de miedo de que me roben más cosas. Mandé una valija a Miami con candado y la que iba al crucero conmigo sin candado porque pensé que era más seguro eso. Después de todo el estrés del robo, llegamos al crucero y me dormí mal, cuando me desperté no encontraba una pollera y una remera que había comprado, me quería morir porque me seguían desapareciendo cosas”, se acuerda.

Y la historia sigue: “Vamos a un outlet de Victoria Secret y nos compramos la misma bikini. Después vamos a un outlet de maquillaje y perfume, ya casi no me quedaba plata, me dice que ella me pagaba que después le devolvía, compramos el mismo maquillaje y perfume. Literal, comprábamos casi todo igual en el viaje, porque éramos inseparables”, recuerda la tucumana. Y es que Romina nos confirma que el dolor de esta situación es más allá de lo material, sino que el daño vino de su amiga más cercana, la más querida.

“Ella seguía teniendo plata, así que me ofrecía y que le devuelva después cuando lleguemos. Cuando fuimos al hotel, las habitaciones no estaban listas así que nos tiramos aproximadamente 200 chicos al suelo a dormir con las cosas al lado y todas mis amigas alrededor, me desperté y no estaba el perfume, hicimos un lío increíble, los coordinadores controlaron a las 200 personas y el perfume no apareció. Cuando estábamos en la habitación me desaparece un sorbete de Minnie que compramos el mismo las dos, me tiré a llorar como loca porque estaba cansada de que me roben (hasta el momento no sospechaba de ella, no sabía que me había robado el candado y una llave), al rato me dice: ‘Ay mirá, me equivoqué, lo vi y pensé que era el mío’. Le di pena, obvio, por eso me lo devolvió, ahí empecé a sospechar porque el sorbete estaba dentro de mi valija, no estaba tirado por ahí. Entonces le pedí a unos amigos que la distraigan para intentar abrir su valija, cuando la quise abrir vi mí candado y quedé dura”, se acuerda, con dolor.

“Entró a la habitación y me dijo que ese candado era de ella, que teníamos el mismo, que el mío seguro me lo habían robado las que limpian, parece que guardó todo en la otra valija y puso otro candado así que no le pude abrir. No me di cuenta de hacer problema. Ninguna pensamos en hacer lío, no podíamos creer. En medio de eso a otras amigas de otras habitaciones le desapareció entre 200 a 500 dólares, ropa, zapatos, hasta shampoo y crema enjuague robaba” nos revela, dejando ver hasta qué punto sacó dinero en efectivo, sin tener en cuenta el costo de las cosas materiales.

“Entró a la habitación de todo el mundo así que robó muchísimo. Los últimos días ninguna tenía plata ya y ella estaba viendo en qué gastar, una amiga le vio mucha plata y nos sorprendió, ella había llevado casi la misma plata que yo y compramos casi todo lo mismo, y encima ella más que yo, le sobraba muchísimo. Yo calculo que debe haber robado aproximadamente 2000 usd, más ropa y otras cosas”.

Cómo si no fuera suficiente el robo real que sufrió Romina, se sumó que el dinero que Cande “le prestó”, se lo tuvo que devolver y con el precio del dólar actualizado, situación que terminó por desbordarla y dejar de lado la comprensión y la pena: “Le di porque estaba cansada. Todas sabíamos que fue ella pero no caíamos hasta que robó la plata del curso para pagar la semana del colegio, después robó el cargador de la notebook de un profesor (ni tenía notebook), le robó labiales a una profesora, nos robaba todos los útiles escolares, no podíamos dejar nada”.

Como era de esperarse, Cande terminó de lado y sin ser integrada en todas las situaciones escolares y de camaradería, propias del secundario: “Todas nos alejamos de ella, quedó sola, los últimos meses antes de terminar la secundaria me dio pena y me volví a acercar, pensaba que con la psicóloga ya había cambiado, que estaba mejor. En la cena de egresados nos quedó una caja con 6 vinos de mí grupo de amigas, se lo llevó porque íbamos de after pero al final me bajé del auto, me colgué, y cuando le pedí que me devuelva la caja le echó la culpa a otra de mis amigas. Ahí la taché para siempre. Todas nos alejamos, quedó sola, pasó de tener tantas amigas (porque era muy divertida) a estar sola, nunca más supimos nada de ella, le dimos mil chances de cambiar, el colegio estaba al tanto, iba a psicóloga y le hacían seguimiento, pero se ve que era muy fuerte todo, la volví a ver hace unos años y quedé en shock por días”.

Sobre el tiempo que Romi conoció lo que su amiga hacía, reconoce: “La perdone mil veces porque sabía que tenía una enfermedad (cleptomana y mitómana) pero al final me volvía a robar”. 

Lamentablemente, según detalla esta mujer a eltucumano, la situación se volvió sumamente dolorosa al ser la presunta ladrona, parte elemental de su vida: “Nunca volví a tener una amiga así, era ‘la’ amiga, con la que te juntás a hacer nada, ahora tengo más amigas de la facultad y más, pero con ella era diferente, creo que nunca volví a tener a alguien así, es la única persona con la que llegué a tener tanta relación. Ella era más grandota y yo muy chiquitita, me decía que era su hijita, me defendía de todo, pero a la vez me hacía esto. En la secundaria ella vivía en mi casa, le decía papá al mío”.

Cuando llegó el viaje de egresados en Bariloche, ninguna de las chicas (las mismas que fueron a Disney) quiso compartir con Cande la habitación. Terminó durmiendo con gente de otras provincias, y sola, sin ser incluida en el grupo por ninguna de las chicas.

Ahora no sé nada de su vida, sé que está estudiando, no sé si tendrá amigas o seguirá robando, nadie de mi entorno se relaciona con ella ya”, cerró Romi, quien confesó que hace algunos años la cruzó en San Miguel de Tucumán pero quedó en shock, confirmando que la situación que vivió a manos de una presunta cleptómana, dejó un trauma activo. 

En medio de esta confesión de Romina, que cuenta que recién diez años después se anima a hacerlo público, el resto de las chicas del grupo recordó en Twitter la gran cantidad de cosas que Candela les había sacado no solo en ese viaje (que se supone, debía ser perfecto), sino que en decenas de situaciones anteriores y posteriores al mismo, quebrando su confianza por completo y alejando a todos de su lado.